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Vailima

LA HERMOSA TÉCNICA DEL ENGAÑO

LA HERMOSA TÉCNICA DEL ENGAÑO Desde tiempos remotos, el ser humano practica el arte de la seducción en los diferentes ámbitos de su vida. Las mujeres, por ejemplo, utilizamos el maquillaje para seducir, para engañar al macho (y a las hembras de nuestra especie, para qué engañarnos). Baudelaire en su Elogio al maquillaje nos dice que todas las ventajas del individuo son las surgidas del cálculo, del artificio, de la falsificación voluntaria, intelectualizada. Lo natural corrompe.

En la historia del arte se da, igualmente, este mismo fenómeno. En torno a 1588 se acuñó un vocablo para designar aquella técnica pictórica por la que el artista intenta engañar la vista del espectador, de ahí el término trampantojo (trampa ante ojo) mediante el juego del claroscuro y la perspectiva. Los motivos pintados, en lienzos, muros etc, están tan logrados que el observador no lo diferencia de la realidad. Cuentan que un pintor de la antigüedad plasmó de una forma tan real unas uvas en un lienzo que hasta los pájaros acudían a ellas para picotearlas.

El engaño tiene algo que nos atrae. Para el artista que lo realiza no deja de ser un desafío. Nos presenta una realidad disfrazada de otra realidad. La técnica del trampantojo, que aún se conserva en nuestros días, no deja de ser un engaño limpio, sin mancha.

Existe otro tipo de engaño que viene desarrollándose desde que existe el arte y es la práctica de la falsificación. Según he podido leer, incluso los fenicios falsificaban cuencos de plata “egipcios” que luego vendían a los romanos (¡ingenuos, tanto imperio y tanta gaita!).
La cuestión de la falsificación no deja de tener un enorme atractivo ya que la figura del artífice del engaño (el falsificador) se nos presenta como un héroe capaz no sólo de darle gato por liebre al millonario de turno sino de dársela con queso al crítico de arte más pintado. Se dice que Corot pintó diez mil cuadros, de los que veinticinco mil se encuentran en los Estados Unidos.
Una falsificación no es una copia, más bien podría definirse como aquella obra de arte ejecutada de tal forma que lleve al engaño por considerarla o creerla como una obra de un artista diferente. Es decir, como siempre, lo que importa es la intención.
El artista-falsificador tiene que dominar perfectamente no sólo el estilo sino aplicar la misma técnica (de trazo etc.) y los mismos materiales (pigmentos, aceites, etc.) de su “víctima”. Fijáos si han existido buenos ejemplos de este tipo de destreza que uno de los grandes falsificadores de nuestro tiempo, Han van Meegeren, no se cansaba de repetir y publicar hasta la saciedad a los expertos críticos de arte el fraude cometido y todavía éstos no le creían.
Verdaderamente, todo un arte.

En este tiempo en el que nos ha tocado vivir coexisten dos tipos de engaño. El primero, como hemos visto, es un arte, una elegante destreza de guante blanco. El otro se produce cada vez con más velocidad y se reproduce cada vez con más intensidad.
Esta mañana escuchando la radio, un periodista ha hecho público el carácter altruista y solidario de una de nuestras figuras del fútbol nacional: mister Beckham. En una gala del Real Madrid para recaudar fondos para Cruz Roja, el rubito de oro hace entrega a la mujer del Presidente del Club de la suma de 1,00 € (UN EURO). En efectivo, eso sí, sin mariconadas de cheques que ya sabemos lo que se llevan los bancos en comisiones.
Este señor, es una falsificación, un engaño pero en el sentido más fraudulento del término. No es un imitador de un ser humano, es una mierda.
Por si el señor de las coletitas y el pendiente carece de conocimientos sobre los poetas que ha dado la tierra en la que evacua sus desperdicios actualmente, ahí va un regalo de esta que suscribe, para que lo recuerde todas las mañanas al levantarse:

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu'es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.


¡Va por ti!

5 comentarios

Vailima -

Mankel, me parece vergonzoso que un señor al que nos "meten" por un tubo los distintos medios de comunicación teniéndonos debida y cansamente informados sobre su duda entre comprar una mansión de mil o dos mil millones de no sé qué (que con lo del euro todo ha subido una barbaridad) tenga la mala baba de hacer ese donativo. Es vergonzoso lo bajo que puede caer uno cuando socialmente está tan arriba.
De acuerdo contigo: a la pira.
Un saludo

Mankel -

Hace uno o dos días vi a Beckam hacer un donativo. Era de 20€. PEro como no llevaba nada en efectivo fue un representante de su club el que tuvo que prestarle el dinero.
Yo no he donado nada, y no creo que el problema sea donar más o menos, sino la feria de imagenes en la que estamos metidos. Una feria que es más una pira.

Vailima -

uno que se va a morir también.

Tio Petros -

¿Beckham?
¿Y ese quién es?

Amanda -

Glups, cuesta creer que un personaje así sólo done un euro.
Qué barbaridad, es casi como un insulto un feo a la humanidad...
En fin, el poemita le va como anillo al dedo.
Saludos.