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TE RERIOA


Gauguin, Te rerioa, óleo sobre tela, 95 x 130 cm

”Soñar despierto es más o menos lo mismo que soñar dormido. El sueño dormido es a menudo más audaz, a veces un poco más lógico”

Se dice que Gauguin pintó este lienzo en diez días y a pesar de lo que se pueda pensar, el artista lo consideraba como una de sus obras maestras. El cuadro cierra un ciclo ya iniciado con Manao tupapau (pensamiento y aparecido):



El tupapau, el espíritu de los muertos, es el demonio que puebla las noches de insomnio. Es el miedo. Aunque en este lienzo el tupapau consigue aterrorizar a la muchacha que duerme desnuda, en Te rerioa no ocurre lo mismo.
La escena se nos presenta menos demoníaca. En el interior de una casa tahitiana un niño duerme en una cuna tallada con formas extrañas. La madre mece la cuna con su mano derecha. Tras ella, se nos muestra otra figura enfundada en un casquete similar al espíritu de los muertos pero de aspecto más humano que en Manao tupapau. Mientras que el niño y la madre se nos presentan tumbado y de frente respectivamente, tupapau se nos aparece de perfil.
Alrededor de las figuras, diferentes imágenes cubren las paredes. Es difícil adivinar si se trata de pinturas o de relieves esculpidos. A la izquierda se distingue una pareja abrazada y una figura femenina que brota de las hojas de un árbol; debajo, a modo de rodapié, una hilera de figuras de animales. En el otro muro (derecha del cuadro), hombres y bestias se confunden sobre la mirada atenta de la diosa Hina que alza sus brazos. En la misma pared, se nos abre un paisaje con un jinete. No podemos apreciar si se trata de una pintura o de una ventana. La temática de este enigma nada tiene que ver con el decorado del resto de la estancia.

Gauguin describía de este modo el lienzo:

”El título es Te rerioa (El sueño). Todo es sueño en esta tela; lo es el niño, la madre, el caballero en el camino e incluso ¡es el sueño del pintor! Todo eso está al margen de la pintura, dirá alguno. Quién sabe. Tal vez no”

El término rêve es utilizado en la literatura simbolista no como un ensueño nocturno sino como aquel estado de exaltación de la imaginación donde se confunden lo real y lo irreal. Así es como debemos interpretar Te rerioa. sus figuras no comparten su existencia en un mundo real, sino a diferentes ámbitos a su vez diferentes sólo conectados por la imaginación. Soñadores y sueños comparten un mismo escenario interpretando cada uno escenas diferentes: si se fijan cada personaje se encuentra de espaldas o con los ojos cerrados tras la imagen que proyecta para así subrayar su carácter exclusivamente mental.
El niño en la cuna sueña a su madre; la madre a su vez, parece presentir la extraña figura que tras ella, la contempla de perfil. Tal vez todos sueñen con las imágenes de los frisos o con el jinete que se aleja. Tal vez todo sea un sueño del pintor.
Fíjense en la parte inferior izquierda del lienzo. Aquí les dejo una imagen del mismo de gran tamaño para que lo puedan apreciar mejor. Pegado al culito del bebé podemos entrever una figura, un perfil oculto que mira hacia el muro izquierdo y que parece llevar como sombrero las figuras talladas de la cuna. Ese perfil sombrío no es otro que el de Gauguin.
Entre lo real y lo imaginario, el pintor proyecta una especie de laberinto onírico del que no puede salir. Al modo de un dios omnipotente preside la existencia (o no-existencia) de los seres que ha creado. Todo es contenido y a la vez continente. El cuadro dentro del cuadro (¿ recuerdan ?) y el propio Gauguin, se encuentra inmerso, como otra sombra, entre las sombras. El sueño dentro de un sueño.

2 comentarios

Luis -

Gaugin, que tuvo la "suerte" de vivir en un mundo mucho más grande que el actual, huyendo de Francia encontró algo que no buscaba directamente, y que tampoco había encontrado en anteriores viajes, reflejándolo perfectamente en su trabajo, en mi opinión, con estudiada inocencia.

A diferencia de Van Gogh -resulta sorprendente tanta acumulación de talentos en tan poco tiempo- Gaugin encontró su sitio, aunque éste le maltratase severamente.

Palimp -

Lo recordaba, claro. No pensaba que en los cuadros de Gauguin se jugara tanto con estos conceptos... pero para eso esta nuestra experta favorita; para iluminar nuestra ignorancia.