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Vailima

EL DESNUDO EN INGRES: "El baño turco"


"La Gran Odalisca", 1814, óleo sobre tela, 91x162, París, Museo del Louvre

Durante los primeros años de su estancia en Roma, Ingres sentaba las bases para su idea del desnudo, desarrollándola y alcanzando su máxima expresión en sus años de ancianidad. Si bien ignoramos cuándo comenzó a trabajar realmente en El baño turco, podemos afirmar que cincuenta años antes ya se había dedicado a los personajes, decorado y ambiente de esta obra singular.
Se cree que el pintor se inspiró en un texto de la esposa de un diplomático destinado al imperio otomano. En Las cartas de Oriente de Lady Mary Montagu quedaba reflejado el interés creciente por lo oriental que ya desde el siglo anterior se iba adaptando al gusto rococó en la sociedad europea.
Victor Hugo, Lord Byron y Delacroix son ejemplos de ello junto a las esclavas blancas y odaliscas de Ingres.
Al contrario que otros artistas más comprometidos con lo oriental desde el punto de vista político, Ingres introduce en sus lienzos motivos exóticos de forma moderada y estéticamente prudente: a lo sumo pañuelos con motivos orientales y pesadas joyas que cubren delicadamente los cuerpos de las odaliscas.
Lo importante es el cuerpo desnudo femenino en reposo. Sensualidad y erotismo que los contemporáneos del artista veían tan sólo en las musulmanas. Delacroix decía al respecto:

”Un instante de felicidad y extraña fascinación… He aquí la mujer como yo la imagino que ya no se lanza de lleno a la vida, sino que se retira al corazón de la misma, allí donde se consuma con el mayor secreto, voluptuosidad y emoción.”

No vayan a pensar ustedes que a pesar del auge de la estética oriental, la sociedad de la época la imitaba de natural manera. En la Europa de Ingres no se disfrutaba en público de los placeres del baño. Es más, los parisinos solían bañarse una vez al año (evitaré comentario alguno al respecto y al mundo de los perfumes) y encerrados en sus dormitorios, aunque en 1831 ya utilizaban una de las 1059 bañeras que 78 empresas especializadas les hacían llegar a sus domicilios con agua caliente incorporada. ¡Un lujo asiático! ¿no creen?
Además de esta especie de Telepizza de bañeras existía un baño turco en la Rue du Temple. La media luna que resplandecía sobre la puerta de entrada permitía que por treinta sous se disfrutara de un baño “à la Mahoma” con esencias orientales y acompañamiento musical.
Así como Lady Montagu relataba que en el baño de mujeres de Adrianópolis no se permitía la entrada a los hombres bajo pena de muerte, en el establecimiento de la Rue du Temple, los encuentros secretos entre amantes era de lo más frecuente. Vestidos con indumentaria femenina, los hombres accedían al local furtivamente donde su amada les recibía complaciente en la bañera. Ni qué decir tiene que las bañeras estaban divididas en compartimentos separados.
Independientemente de la existencia de este local, Ingres y sus contemporáneos conocían los baños turcos sólo a través de los autores de la Antigüedad que habían resurgido en su memoria en el siglo XVIII con las excavaciones de Pompeya y Herculano y con el impulso hacia lo clásico de la Revolución Francesa.

Al igual que en lienzo que comentamos, Ingres tiene en la línea su reina y en el color la sirviente. A pesar de las numerosas figuras que conforman el escenario de El baño turco, el orden y la calma rigen este cuadro que concebido en principio como rectangular pasó en 1863 a convertirse en un tondo.

Hasta aquí llegamos hoy. Les deseo que este lunes les sea leve y que disfruten, a pesar de ello, de un voluptuoso descanso “à la Mahoma” de Ingres.
Hasta mañana.

10 comentarios

andrea -

no fume

Klapaucius -

Y unos enlaces a algunas fotos de Weston, a modo de acompañamiento:
- La de los problemas con el correo:
http://www.edward-weston.com/nudes/nude_doorway.html

- Algunas con las plantas de los pies:

http://www.edward-weston.com/nudes/nude_124n.html
http://www.edward-weston.com/nudes/nude_34n.html
http://www.artnet.com/magazine_pre2000/news/tully/tullyII7.asp

lo siento, pero encontrar imagenes de los estudios sobre el cuerpo humano que no sean las más famosas de este fotográfo en la web, parece mision imposible.

Klapaucius -

Sobre las plantas de los pies en fotografía: en realidad no es ningún tabú reglado. El propio Weston mismo tiene obras que son única y exclusivamente estudios de pies, además de muchos desnudos en los que por la posición del cuerpo no se pueden esconder.

La explicación sobre las plantas de los pies es en realidad simple, es una de las partes de la piel del cuerpo que más sufre durante toda la vida, así que mostrarlas tal como estén puede no resultar acorde con lo que se está tratando de contar. También es cierto que al igual que para mucha gente pueden resultar atractivos, hay otra mucha para la que sólo pensar en ellos les resulta repulsivo, así que a mi parecer no resulta tanto una cuestión de reglas como podría serlo desde el punto de vista práctico.

Hay una anécdota curiosa acerca de todo esto, y es que en uno de los desnudos más famosos de Weston (usado hace relativamente poco para portada de una novela) asomaba imperceptible algo de vello púbico, pero habia que comprobarlo con lupa, no te vayas a creer, lo que causaba a autor una gran preocupación porque quizás al vender las reproducciones por correo, estuviese violando la normativa del servicio postal... Quiero decir que la gran mayoría de los artistas que conocemos como grandes, fueron profesionales que vivían de los encargos y de su obra, así que para la gran mayoría de ellos las consideraciones del grueso de su obra acerca de tal o cual pasaban ineludiblemente por lo que el público podía llegar a aceptar y comprar.

Carlos -

Jaja Un aplauso por esa sinceridad :D :D me apuesto las gafas a que no eres la única que piensa eso

Vailima -

Carlos: se me olvidaba. No eres fetichista en absoluto. Acariciar un pie con los labios, masajeándo a éste y al cerebro no veas lo que pone. Siempre y cuando el pie en cuestión sea de una persona de confianza. Jeje, por lo de la higiene más que nada.

Vailima -

No hay nada que perdonar ni que disculpar, Carl. Fui yo la que suscitó la confusión.
Carlos: con respecto a lo de los pies tienes razón aunque en la pintura de Ingres, no sólo no son antiestéticos sino que los llega incluso a deformar abultándolos para conseguir el efecto deseado.
Lo que no me he fijado es si entre tanto pie hay juanetes. Será cuestión de investigar...
un saludo

Carl Philip -

La confusión es sólo mía. Ando con prisas en estos días y no estoy leyendo con atención suficiente. Mis disculpas.

Carlos -

A lo mejor quedo de fetichista y todo pero me he fijado en que se ven claramente las plantas de los pies de la Odalisca, por lo poco que sé, en el desnudo fotográfico las plantas son consideradas "antiestéticas"..
¿En el contexto en el que se movió Ingres no importaba tanto esto? ¿O habían otras consideraciones al respecto? :P

Vailima -

Siento mucho, querido Carl, haberte llevado a la confusión en la cuestión que planteas. Precisamente en La gran odalisca no puede hablarse de una supeditación del color a la línea. Yo me refería a El baño turco o a La bañista de Valpinçon donde por medio del color, Ingres consigue crear un ambiente de íntima y sensual naturalidad. En La gran Odalisca, ambos, dibujo y color están perfectamente armonizados tal y como tú apuntas. A este respecto, la crítica del Salón de 1819 calificó la figura de extraña, gótica y primitiva; cercana al concepto de los grabados japoneses por la monotonía cromática y la debilidad del dibujo. Cuentan, como anécdota divertida, que alguien se entretuvo en contar las vértebras de la espalda de la Odalisca y concluyó que tenía dos de más.
un abrazo

Carl Philip -

Como de costumbre, magnífico, Vailima. Las costumbres de baño occidentales de la antigüedad las cito con alguna frecuencia en clase cuando mis alumnos "romantizan" el pasado, aunque reconozco que desconocía ese "telebañera" que nos has descubierto. Sobre orientalismos, ya sabes que estoy, por motivos de trabajo, indagando mucho en como Oriente y Occidente se influyen —en mi opinión, en ambos casos, de manera más imaginaria en el XIX que real—. Vaya, que el artículo lo tiene todo. Estoy deseando saber cómo lo seguirás.

¿De verdad crees que el uso del color es inferior al de la línea en La gran Odalisca? Visualmente soy muy nulo, pero los veo bastante parejos.

Un abrazo.