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Vailima

EL COMETA DE DONATI

Para Tio Petros, por su interés prerrafaelita por la verdad



La playa de Pegwell Bay, Kent. Una rememoración del 5 de octubre de 1858, William Dyce
Óleo sobre lienzo, 63,5 x 88,9 cm.
Royal Academy, 1860
Tate, Londres.


La playa de Pegwell Bay, situada al sur de Ramsgate, en la costa oriental de Kent, constituía un importante destino para aquellos que quisieran pasar sus vacaciones comiendo gambas y paseando en burro. William Dyce también viajó hasta allí en otoño de 1858 donde confeccionó la acuarela que más tarde le serviría de modelo (a pesar del firme principio prerrafaelita de pintar al natural) para ejecutar, pues, en retrospectiva, el lienzo del que quiero hablarles hoy.


Acuarela sobre papel, 24,4 x 34,4 cm.
Aberdeen Art Gallery and Museum


Aún hoy podríamos reconocer la cadena de acantilados víctimas de la erosión que aparecen en una y otra composición. Pero hablemos de la principal, al menos de la más famosa y, a mi juicio, mejor composición de las dos.

A estas alturas ya sabemos qué debemos hacer cuando contemplamos una obra: preguntarnos por lo que se representa en ella.
Pues bien, en el cuadro de Dyce podemos ver una figura a nuestra derecha, con total seguridad podemos afirmar que se trata del propio pintor cargando con los aparejos de pintura; en un primer plano su esposa, las dos hermanas de ésta y el hijo de Dyce. La imagen que nos ofrece sugiere tranquilidad y cierta melancolía que se ven reforzadas por las figuras que aparecen diseminadas por la playa. Está atardeciendo.
La playa de Pegwell Bay ilustra la afición victoriana de coleccionar caracolas donde las figuras se afanan por buscar conchas retirando, para ello, las piedras encharcadas. Si pudieran contemplar esta obra al natural, se quedarían maravillados por el exceso de mimo y el detallismo (recuerden “la lupa prerrafaelita”) con el que Dyce pinta las rocas, las piedras, las caracolas, las conchas y las algas marinas del litoral. Debo decirles que éste es el cuadro preferido de Tio Petros, por la razón que acabo de explicarles y por algún detalle del que hablaremos después. Tal es la maestría del dibujo que si se fijan en la parte inferior izquierda (para nosotros) del lienzo podrán contemplar un “monedero de sirena”, es decir, una especie de funda con huevas de raya con aspecto de cuero propia de esta zona.
Peinar la playa de conchas y caracolas era una afición de las damas de mediados del siglo XIX, actividad recomendada, por otra parte, por los naturalistas del momento aunque nos resulten un tanto chocantes los atuendos con los que iban ataviadas: faldas de miriñaque, estupendos sombreros y chales de colores que se integran con hábil sutileza con los colores apagados del paisaje.
La modernidad de este lienzo se debe, por un lado, al efecto que producen las figuras casi planas, como superpuestas sobre la escena y, por otro, por la mirada casi microscópica con la que el artista ejecuta todos los elementos que intervienen en la composición.
Dyce sentía un intenso interés por la geología. Miren los estratos incrustados de sílex y la erosión de la roca caliza. Entre el boceto de acuarela que le sirvió de modelo y el lienzo acabado existen unas diferencias en la reproducción de los acantilados que podrían interpretarse como un deseo de Dyce por reflejar la desintegración de la roca donde diminutas figuras humanas nos recuerdan lo insignificante de su existencia frente a las capas y fragmentos del extenso período de tiempo que las contempla.
A pesar de que Pegwell Bay era conocida como el lugar donde San Agustín desembarcó para introducir el cristianismo en Inglaterra, en el lienzo no existe ninguna referencia en este sentido. Según dijera Dyce, sus montañas de granito no habían sido redondeadas por la acción de un ser divino, sino por las leyes de la naturaleza.
Les decía más arriba el interés que despierta esta obra en Tio Petros. Les explico el asunto en cuestión. El título del lienzo, así como la estela que cruza el cielo, apenas perceptible y vista sólo por el artista (fíjense que es la única figura del cuadro que alza su mirada sobre la estela), hacen referencia al cometa de Donati. El cometa más grande y más brillante que se había contemplado jamás fue visto la noche del 5 de octubre de 1858. Fiel amante de las ciencias, Dyce tendría conocimiento de las teorías más recientes sobre cometas que postulaban su existencia como el resultado de alguna catástrofe planetaria o simplemente como cuerpos celestes errando en el espacio como consecuencia de alguna ley que viniera a regir la evolución del sistema solar. En cualquier caso, astronomía y poesía se mezclan en este lienzo magnífico donde Dyce nos deja testimonio de un fenómeno del que hoy, casi siglo y medio después, podemos disfrutar.

Pues eso era todo. Espero que les haya gustado la obra; espero, también, no haberles aburrido demasido con la extensión del post. Sólo una curiosidad quedaría pendiente. ¿A qué creen que hace referencia el término “rememoración” del título del lienzo? Les dejo una pista: mandamiento prerrafaelita.
Hasta mañana.

8 comentarios

dani -

tengo que hacer un trabajo sobre el cuadro en cuestión,¿de donde puedo sacar mas informacion sobre el cuadro? me han dicho que me centre en el cometa y en uno de los personajes del cuadro que al parecer es famoso...¿podrias decirme de que personaje conocido en la época se trata?

Palimp -

No se puede ganar siempre :D

Gerardo -

No sé qué nombre reciben en Galicia los monederos de sirena, Vailima, en adelante será el nombre que use. Que yo sepa, poca gente sabe qué son, algunos incluso creen que son algas.

Vailima -

Lo siento Palimp, esta vez no has tenido suerte (jeje). El término "rememoración" hace referencia como decía en la pista, a uno de los mandamientos por antonomasia de la Hermandad. No es que tuviera que recordar el paso del cometa, sino que "no fue pintado in situ, del natural, sino a través del boceto de acuarela que mentaba en el post. La rememoración es por la copia, por el trabajo en el taller y no en el campo de trabajo. En fin, que ya te tenía yo ganas, campeón.
No obstante, no por eso dejo de considerarte un genio.
Gerardo: la expresión "monedero de sirena" es exclusivamente inglesa. ¿Qué nombre recibe en Galicia?
Siento que la calidad de la imagen sea tan mala y no se puedan apreciar los detalles que hacen de este lienzo un tratado naturalista.
Un abrazo a todos.

Palimp -

Hermoso cuadro, hermoso post...
Aventuraré una respuesta. Como el cometa no podía posar el autor pinta 'de memoria' como recuerda la escena. En cualquier caso espero impaciente la respuesta.

Gerardo -

No puedo ver en la imagen el “monedero de sirena”. Aquí en Galicia es frecuente verlos en las playas, fueron un misterio infantil hasta que descubrí qué eran. No sabía que se les llamaba así.

TioPetros -

Respondería a la pregunta, pero habida cuenta de que hace unos meses, cuando vimos el cuadro al natural en Madrid pude oir de tus labios la respuesta, no sería ético hacerlo ahora. (Soy un hombre afortunado)...

TioPetros -

Gracias.
Por el post, por la dedicatoria, por la mención y por todo lo demás.