¿QUÉ ES ESO?
“Confieso que encaro la extraña narración que estoy a punto de relatar con considerable timidez. Los sucesos que pretendo detallar son de una naturaleza tan extraordinaria que estoy del todo preparado para enfrentarme con una inusual cantidad de incredulidad y escarnio. Lo acepto todo para enfrentarme al escepticismo. He decidido, después de una madura consideración, contar de la manera más sencilla y directa posible algunos hechos de los que fue testigo el pasado mes de …, y que en los anales de los misterios de la ciencia física no tienen igual”.
Así comienza el relato de terror escrito por Fitz-James O´Brian titulado “¿Qué es eso?” e incluido en su obra “La lente de diamante y otras historias de terror y fantasía”. Las palabras de O´Brian se ajustan con exactitud al pensamiento o reflexión del que quiero hablarles de ahí que las haya escogido para introducir el post de hoy.
Hay ocasiones en las que el ser humano se sale de puro bobo. Bobo es el insulto más cruel que conozco, mucho más que cabrón, hijo puta o gilipollas. Les diré porqué. El bobo denota una flojera de espíritu tan ilimitada que un ser racional se ve incapacitado para enfrentarse a un tipo así. La flojera del bobo se traduce en una ausencia de ánimo tal que su humanidad queda en entredicho. Esto es así porque la ausencia de alma hace al bobo el más feliz de los hombres. Por definición. Su grado de concentración en sí mismo es inconmensurable y no es capaz de estructurar ni de distinguir los más mínimos preceptos del bien o del mal. Su ensimismamiento social no debe confundirse con ningún tipo de egocentrismo y tampoco debemos pensar que se trata de un espécimen asocial. Todo lo contrario. Al bobo le importa la gente y mucho porque en la sociedad encuentra no el espejo en donde reflejarse sino el reflejo de sí mismo, que desde su punto de vista es el que rige (y no he dicho “debería regir”) el mundo.
El bobo comparte con el caballo esa capacidad de cagarse y cagarla por doquier y con la hiena (que no con la Gioconda ni con Mari Trini) esa sonrisa constante de “jode, jode” por la que su entorno y la tierra entera, ¡qué digo! el universo entero le rinde pleitesía por el mero hecho de existir.
Es difícil creer que existen individuos así, de ahí que como en el relato de O´Brian, tengamos que prepararnos para enfrentarnos a ellos con esa cantidad de incredulidad y escarnio. Pero yo les aseguro que existen estos seres, disfrazados de hombres y mujeres y viven en nuestros edificios y comen en los mismos restaurantes y pasean por las calles de nuestra ciudad de forma anónima hasta que el destino o la casualidad hacen que nos topemos con uno de ellos. Y es precisamente nuestro ánimo primero y nuestra educación después y entiéndase esta última como el compendio de conocimientos, valores morales y sociabilidad, el que hace que no nos los podamos quitar de encima con la presteza y el entusiasmo con el que aplastamos un mosquito molesto e infecto.
El bobo también dispone de un recurso que maneja a la perfección: va a contracorriente. Y esta característica es lo que lo convierte a su vez en imbécil. El imbécil considera que todo lo que dice es gracioso y que todo lo que hace sienta cátedra. Aunque saben, amigos lectores, que la imbecilidad no tiene cura, el imbécil no toma nunca consciencia de su enfermedad porque comparte con el bobo y el estúpido la ignorancia suficiente como para creerse el rey del mambo, rey que, como todos ustedes conocen, gobierna más allá de cualquier ley escrita por la naturaleza o por el hombre. Pero basta ya de tanta palabrería y contemplen in situ y en todo su esplendor, a un bobo, a un imbécil superlativo actuando de tal forma que me atrevería a afirmar que en los anales de los misterios de la ciencia física no se ha visto cosa igual.
25 comentarios
ah -
jOoXe LuIX -
el barto -
TU -
mathiu -
la foto d desnudos esta muy comoca
Ender -
Pueden llamarme Maria Antonieta o Sylvia Plath... en todo caso las dos sufrieron por jaqueca... pinche Excedrín! Dónde estuviste aquella noche que le conocí!!! -
pichabrava -
Licinia -
¿Se puede calificar de "bobo" a un personaje ficticio como ése? ¿Y qué podríamos, entonces, decir del autor del fotomontaje?
Saludos.
Vailima -
la imagen es buena de c... aunque sea un montaje, pero como decía en otro comentario, puedo imaginarme cosas peores.
un abrazote
Cris -
Lo de la flojera de ánimo y espíritu que lleva a dudar de su propia humanidad, también me lo quedo, si permites.
Y en cuanto al bobo concentrado a lo suyo... hum... la cara no es lo más sospechoso, con perdón ;-)
Me encanta tu labia, Valimia.
vigi -
Vailima -
jeje
Herri -
Como vengo de mi isla solamente puedo decir:
Rostro "rupestre", espejo del hastío, lejos de la fragancia de nuestros soñados cielos.
Vailima -
Dem -
Vailima -
http://www.diapositivas.com/powerpoints/16-12-2005/tontodelculo.gif
Vailima -
India, Spencer Tunick tiene un concepto del ser humano muy elevado. Aunque imagino que habrá tenido que fotografiar de todo...
India -
ladydark -
Jose -
Jafatron -
Fonéticamente la propia palabra ya es definitoria de la actitud del bobo respecto a los demás, dos sílabas que parecen caer de la boca con desgana y desidia. Esa repetición silábica resume la simplicidad de espíritu de este ser sin principios y refleja también lo inmutable de su condición pues el bobo permanece igual de principio a fin, nunca cambia.
Desgraciadamente Vailima, como dices tú, nuestra educación nos limita para enfrentarnos en condiciones a semejante personaje. A veces la única opción es huir, alejarse, dejarlo solo para que su presencia y cercanía no pueda impregnar a nadie de su estupidez, y aún así siempre consigue salpicar porque es imposible detectarlo a distancia, solo cuando está demasiado cerca somos conscientes del peligro.
el brujo don carlos -
Vailima -
Elías -
Saludos.