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REFLEXIONES FILOSÓFICAS ARETINAS

REFLEXIONES FILOSÓFICAS ARETINAS

Reflexionábamos esta semana unos amigos de un palco y yo, sobre esa cuestión de hacerse viejo. Y llegamos a la conclusión de lo relativo de dicho estado, ya que ellos por logos y una servidora por sustancia chocheamos por naturaleza. Como ejemplo de este fatum, les he dejado esta magnífica expresión natural de nuestro pensamiento filosófico.

Pasen un buen fin de semana y si les preguntan, respondan: "aquí, chocheando"

10 comentarios

Carlos Fernando -

La flor llama la flor
La boca la otra boca
El ensueño el amor
Y el arte que lo evoca.

Ana Bande -

Te superas día a día pequeña.

naboleon -

Pues un pavo viejo también tiene su encanto.
Pardiez !! Qué bruto soy.

Microalgo -

Curiosa, la foto.

Curiosa.

elhadadelacharca -

Pardiez que mentes calenturientas las vuestras

Alkaest -

Aquí se demuestra, que la Naturaleza siempre supera al arte. Y que la imaginación tiene alas, que la hacen elevarse muy alto, a veces hasta espacios ignotos...

Salud y fraternidad.

isabelbarcelo -

A la vista de tu bella fotografía, me pregunto si no sería mejor dejarse de filosofías y actuar. Besitos, guapa.

Vere -

Dice Corominas que dios bendiga que: "chocho, caduco, procede de clueca y de otras variantes romances de la gallina que empolla, porque el viejo achacoso debe permanecer inmovil como una gallina clueca". Así que ¡a empollar amigos!

Charles de Batz -

Y nada mejor que, ante semejantes dolores lumbar-filosófico, volver al origen, concretamente a la recreación del Origen del Mundo que nos ofreces este viernes.

Buen finde

Salud

Lumen Dei -

Esta entrada de tu blog me ha hecho pensar en las santas incorrutas, y en si todas las partes de su morfología lo estarán y, en su caso, hasta qué punto.

Porque no lo olvidemos, después de la vida, el cuerpo humano sigue su evolución aunque ya nos hayamos muerto. A veces devenimos en sonrientes esqueletos, otras en cenizas que se esparcen por las aguas, los montes y parcialmente regresan a casa entre las fibras de la ropa de nuestros deudos; cuando no pasamos a adornar una chimenea o un televisor; y en ocasiones, sí amigos: quedamos incorrutos, como el bazo de Santa Teresa. El bazo, el brazo... y es de suponer que las partes que sean.

PS. He escrito "incorrutas", no me he equivocado.