LA HERIDA (3)
Ejercicio de aguadeza visual: fíjense en los prismáticos. Ya sabemos ahora porqué no ha encontrado nada...
EL JUEGO DEL ESCONDITE
Ayer el presidente Bush celebró la cena anual con la prensa americana. Parece ser que la tradición impone que en dicha celebración el presidente haga de cómico para amenizar la velada. En medio de un ambiente distendido, no se le ocurrió otra cosa al presidente del mundo mundial que hacer un gag a costa de las armas de destrucción masiva de Irak. Sí, esas que han aparecido por todos sitios...
Pues bien, el Bush, personaje tragicómico donde los haya, preguntaba de forma retórica:
- ¿dónde están las armas de destrucción de Irak?
Hacía como si abriera un cajón de la mesa de su despacho y se contestaba:
- No, no, no. Aquí no están.
Una vez cerrado el imaginario cajón, se agachaba por debajo de la mesa y de nuevo preguntaba.
-¿dónde están las armas de destrucción masiva?
Y con una sonrisa de oreja a oreja, ésa que imita tan mal Aznar, volvía a contestar:
- No, no, no. Aquí no están
Díganme ahora, señores míos, si este cuento no es de terror. Pero del terror más terrorífico que ustedes hayan podido imaginar jamás y sin banda sonora que acompañe al protagonista...
Que pasen un buen fin de semana.
EL JUEGO DEL ESCONDITE
Ayer el presidente Bush celebró la cena anual con la prensa americana. Parece ser que la tradición impone que en dicha celebración el presidente haga de cómico para amenizar la velada. En medio de un ambiente distendido, no se le ocurrió otra cosa al presidente del mundo mundial que hacer un gag a costa de las armas de destrucción masiva de Irak. Sí, esas que han aparecido por todos sitios...
Pues bien, el Bush, personaje tragicómico donde los haya, preguntaba de forma retórica:
- ¿dónde están las armas de destrucción de Irak?
Hacía como si abriera un cajón de la mesa de su despacho y se contestaba:
- No, no, no. Aquí no están.
Una vez cerrado el imaginario cajón, se agachaba por debajo de la mesa y de nuevo preguntaba.
-¿dónde están las armas de destrucción masiva?
Y con una sonrisa de oreja a oreja, ésa que imita tan mal Aznar, volvía a contestar:
- No, no, no. Aquí no están
Díganme ahora, señores míos, si este cuento no es de terror. Pero del terror más terrorífico que ustedes hayan podido imaginar jamás y sin banda sonora que acompañe al protagonista...
Que pasen un buen fin de semana.
8 comentarios
Vailima -
JR -
Saludos.
JR -
JR -
A gusto que se quedó, oh sí.
Vailima -
en ascuas estoy...
jose -
JR -
Menos mal que McEnroe, el ex tenista, le dio un buen corte luego.
malglam -