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LIBÍDINE

LIBÍDINE tomado del lat. libido, -inis, ´deseo´, ´apetito desordenado, sensualidad´, derivado de libere ´gustar´. 1ª doc.: 1438, Juan de Mena.
Es uno de los latinismos excesivos empleados sin éxito por este poeta. Pocos le imitaron, ni siquiera Góngora, sólo el latinizante Apal. 244d, y Aut. advierte que “es voz latina y antiquada”. Lo único que cuajó fue el derivado libidinoso, y como sustantivo, lascivia. Recientemente han empleado los freudianos libido o libídine como tecnicismo de su jerga especial.


Estoy aún hoy disfrutando de mis vacaciones y el hecho de poder ser dueña de mi tiempo me es tan desconocido que en todo lo que me gusta y me propongo realizar compruebo que mi apetito se torna desordenado y atropellado. El hecho más palpable en el que se me descubre es en la elección de mis lecturas: he pasado por la relectura del Hamlet de Shakespeare, el redescubrimiento de Ruiz Zafón como un gran novelista en El Príncipe de la Niebla (literatura juvenil, ojito) para pasarme un buen rato con La Hermandad de la Sábana Santa de Julia Navarro.
Además de la lectura, he podido disfrutar del séptimo arte. Todas las pelis que he visto han sido única y exclusivamente una concesión, por amor, a mi marido: tensión a mansalva, un nudo en el estómago con la promesa de no cenar nada una vez salimos del cine, el culo apretado en el asiento como cuando me siento en el avión y esa espera cansina y terrible porque tarde o temprano el protagonista va a recibir un susto de muerte que te transmite en cuestión de segundos con una vuelta a casa en la que te giras por la calle cada dos por tres y por el que no te atreves a ir a mear por miedo a que te salga un ser alienígena del inodoro y te muerda un órgano preciado. Como tengo prohibidos los filmes de amor romanticón por una cláusula matrimonial con mi matemático, sólo le he pedido un pequeño esfuerzo por su parte como recompensa a la estabilidad de mi corazón (cinematográficamente hablando). Fuimos a ver la Pasión de Cristo. Me gustó: muy bien ambientada, una buena música y lo que más aprecié fue el uso del arameo, el hebreo y el latín de los diálogos. Bueno, la sangre... en fin, una menstrúa desde hace tiempo y ha visto muchos documentales; sobraba pero me quedo con el resto.
Todavía me quedan unos días que voy a dedicar a la pintura y la música, también mis grandes pasiones. La primera vela por mi espíritu y la segunda aleja mis soledades.
Pura lascivia.

1 comentario

Alida -

Es un placer leerte. Me encanta la ironía de la despedida.