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Vailima

NADA POR AQUÍ, NADA POR ALLÁ



Acostumbrados como estamos a demonios barrigudos, peces voladores, criaturas deformes e híbridos mitad hombre, mitad bestia, la obra que les quiero comentar hoy nos presenta unos personajes de El Bosco mucho más “discretos”.
Se trata de un cuadro de juventud que fue pintado cuando el maestro contaba con unos 25 años y, aunque como vemos los demonios todavía están escondidos, en el carácter que domina la obra subyace una visión aguda y crítica que pretende denunciar la ingenua credulidad de sus contemporáneos.
Como siempre, comencemos por mirar el cuadro. En este caso (y a diferencia de las obras a las que nos tiene acostumbrados), el orden es claro y simple.
En el centro, una mesa con cubiletes, bolas, una varita mágica y una rana que muy bien podría haber salido de la boca del personaje que se inclina hacia la mesa. Miren cómo de la boca de éste parece estar surgiendo de nuevo el mismo animal mientras que por detrás un hombre con hábito de monje intenta romper la cuerda que sujeta la bolsa del personaje inclinado.
¿Creen ustedes que el ladrón de hábito y el charlatán son cómplices?
No hay indicios en el cuadro que respondan la pregunta. De lo que sí estamos seguros es del título de la obra y de su autor. Discúlpenme, todavía no se la he presentado. El lienzo que hoy nos ocupa se titula El charlatán o El mago según las versiones. Y hablando de versiones. Sepan que existen cinco de esta pintura además de un grabado. El que hoy tenemos entre manos no está firmado (aunque se atribuye a El Bosco) y se exhibe al público en raras ocasiones. Se encuentra en Saint-Germain-en-Laye, cerca de París, en un museo municipal donde se guarda la obra en una caja fuerte.

El hecho de que el pintor aislara la escena con un muro como el que nos encontramos, confiere a la escena que se desarrolla una mayor importancia. Engaño y robo en una ciudad de los Países Bajos que contaba por aquel entonces con unos 25.000 habitantes. De ellos, los más temidos eran los vagabundos para los que en Francia se empleaba la fórmula “demeurant partout”: viven en todas partes, es decir, en ninguna.
Entre los vagabundos se incluían los juglares, los músicos, los charlatanes, arlequines, curanderos y buhoneros, que encontraban a sus “víctimas” en las ferias. Una ciudad como la de El Bosco, en pleno auge económico, era más que un reto y una atracción para este tipo de personajes.

Topémonos con la Iglesia. La alusión que se inscribe en la obra de manos del monje ladrón no es fortuita.
En los tiempos de El Bosco, los dominicos constituían una orden poderosa y controvertida. La Inquisición había sido confiada a esta orden y era su instrumento de poder. La orden combatía a las brujas con el beneplácito del Papa. Inocencio VIII (al que seguro hubiera dado un pasmo el programa televisivo “El Castillo de las Mentes Prodigiosas”) declaró en una bula que ”numerosas personas de ambos sexos, renegando de la fe católica, han cerrado pactos carnales con los demonios y, por sus fórmulas mágicas y encantamientos, por sus invocaciones, maldiciones y otros sortilegios abyectos, han causado graves daños a los hombre y los animales”. Vamos, todo un padre Apeles del siglo XV.
La verdad es que la orden de los dominicos era poderosa pero también tenía sus límites. Límites como la extensión adecuada de un post.
Así que aquí les espero, como siempre, hasta otro día en el que intentaremos descubrir más curiosidades de este lienzo.

6 comentarios

Fanny -

Este cuadro es sumamente interesante!!

Me gustaría saber tus fuentes, ya que cuento con unas fotocopias del libro de donde sacaste por completo la información, pero no tengo la bibliografía. Además estaría muy bien que lo citaras.

SALUDOS desde México.

Dem -

"¿Creen ustedes que el ladrón de hábito y el charlatán son cómplices?"

No sólo ellos dos, también están compinchados los sietes "mirones" y quizás hasta el niño. Cuando no hay primos o no se atreven a jugar, los mirones hacen de gancho (unas veces ganando y otras perdiendo de forma estúpida, esto anima al primo a pensar que él será más listo y ganará).

Esto lo he vivido y casi me la juego por darme cuenta in situ XDD Desde entonces cuando veo "algo sospechoso" siempre miro alrededor para ver quienes son sus compinches ocultos (casi siempre los hay).

Palimp -

¡Ah! Yo pensaba que era por cambiar de monitor!!! Gracias por el esfuerzo. Saludos.

Carl Philip -

La mejora de la imagen es espectacular, gracias por tomarte la molestia. Yo también aguardo, ávido, la continuación.

Vailima -

La verdad es que no es un cuadro conocido pero no por ello es menos interesante. Acabo de colocar otra foto donde la imagen tiene mayor nitidez (incluso se vislumbra la rana saliendo de la boca del personaje inclinado). Hay veces que en en Internet no se encuentra lo que uno quiere.
Un saludo

Palimp -

Acabo de repasar mi mini-libro sobre el Bosco y no veo ni mención de este cuadro; así que gracias por descubrírmelo. Aguardamos la continuación.