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Vailima

EL PRIMERO DE TRES: CAGNACCIO DI SAN PIETRO

”El pintor perfecto debe estar en condiciones de rascar su mejor cuadro y volver a pintarlo diez veces una tras otra para demostrar que no depende ni de los nervios ni de la casualidad”
G. Courbet

Para qué nos vamos a engarñar: los artistas que son y que del mundo han sido, son muchos y muy buenos. Pero como en todo (deporte, música, etc.) una tiene sus favoritos, aquellos ante los cuales se inclina con total devoción y, que conste, que quizás se trate, a veces, de admiración sólo ante una obra de ese artista, como si ella fuera justificación suficiente para subirle a los altares.
Como han podido apreciar en los últimos post (excluyendo el dedicado a la devoradora de libros británica, naturalmente) he escogido el realismo como tema de los mismos. Si alquien, en un afán psicoanalizador, piensa que mi elección es producto del término del período vacacional y su consiguiente “vuelta a la realidad”, puede pensarlo: hay que sacar provecho de nuestra vida cotidiana.
Lo que quiero decirles con este preámbulo es que me gustaría presentarles a tres de mis artistas favoritos que han concebido sus obras dentro del realismo o del hiperrealismo: Cagnaccio di San Pietro, Charles Bell y Richard Estes.
¿Me acompañan?

CAGNACCIO DI SAN PIETRO: LA TENSIÓN ENTRE LA IDEA Y LA REALIDAD

El nombre con el que fue bautizado era Natale Bentivoglio Scarpa y en 1920 decidió sustituirlo por el que hoy conocemos al artista que tras alguna incursión en la pintura de salón y el futurismo, se le considera como el representante del realismo (nueva objetividad, quédense con el término) italiano.



Después de la orgía (Dopo l´orgía) es la obra que quiero mostrarles hoy. Ejecutada en 1928, este óleo sobre lienzo de 140 x 180 cm, está considerado como ejemplo del sugestivo (y en cierto modo sugerente) realismo mágico made in Italy.
Como en casi todos los cuadros, nuestra mirada tiene que abarcar varios frentes. El primero de ellos respondería a la cuestión de qué estamos viendo. La pregunta no es en modo alguno banal. Féneon, el crítico apologista del impresionismo decía, en referencia a los hábitos visuales del público que, quien pega sus narices a un cuadro queda cegado por la luminosidad, lo mismo que no es aconsejable sentarse en medio de los metales cuando uno quiere oir una sinfonía y este planteamiento vale tanto para una obra impresionista como para otra realista como en nuestro caso.
A primera vista aparecen ante el espectador tres mujeres que duermen su sueño (permítanme la transitividad) en diferentes posturas. Sin embargo, no se trata de tres mujeres sino de la misma mujer.
Su piel, su pelo, su constitución y el dibujo de sus músculos nos hacen pensar en la misma modelo y en tres visiones de la misma persona agotada. Cada figura mantiene una posición diferente dentro de un ambiente que pudiera ser un escenario. El telón semiabierto, el pavimento aparentemente aterciopelado acogen para sí los restos del libertinaje de esa burguesía italiana de los años 20 que esperaba el apoyo de Mussolini. Dos copas, un sombrero hongo sobre unos guantes de cabritilla blancos, naipes, un cubrepuños y en un trozo de papel, la firma del autor.
El escenario resulta más deprimente que voluptuoso. La precisión de los detalles y, por sobre todo la luz, crean una atmósfera de decadencia que se convertirá en desencanto cuando las figuras despierten.
Podría decirse que las tres mujeres representan tres momentos de la misma persona en el que el repliegue hacia sí misma comienza con la distensión de la figura de nuestra derecha, pasando por la que se encuentra encima de la alfombra, para terminar en la que de espaldas al espectador se repliega sobre sí misma en actitud defensiva.

La representación femenina que Cagnaccio nos muestra está sola. Huir de la realidad sólo comporta soledad.
Tres figuras, dos copas, ningún hombre, un sueño.

Hasta mañana.

6 comentarios

Gatito viejo -

Muy interesante tus explicaciones del cuadro de Cagnaccio di San Pietro.
Esperaré nuevos post de Charles Bell y Richard Estes.
Saludos

Palimp -

También hice fotos de todo tipo de iglesias con pinta de romántico y demás...

Vailima -

Gracias, Palimp.

Palimp -

En formato cutre salchichero y bastante mal hechas. Pero por si acaso:
http://www.flickr.com/photos/palimp/

Vailima -

fotos en qué formato?
No obstante, en el formato que sea me interesan.
Ya me dirás.
Un saludo

Palimp -

Me encantan estos cuadros del siglo XX que estás poniendo ultimamente... y tus explicaciones, claro. Gracias.

Por cierto, estuve en el museo de Bellas Artes de Sevilla y tengo toda una colección de fotos de Zurbaranes, Murillos y demás... ¿Te interesan?