MAX ERNST: IRREVERENCIAS DEL SURREALISMO
No, no se preocupen. Están viendo la Piedad de Miguel Angel. Ni les engañan los sentidos ni les engaño yo. Les cuento.
Existe una larga tradición en la representación de la Virgen María con el cuerpo de su hijo muerto sobre sus rodillas y la más conocida seguramente sea la que ilustra el encabezamiento del post de hoy. Max Ernst aporta su granito de arena a esta tradición con su obra titulada Piedad, o La Revolución de la noche, un óleo sobre lienzo fechado en 1923.
Como ya habrán podido comprobar, los personajes tienen que ver muy poco con la idea que tenemos de la piedad. Reemplazando a María por un burgués bien ataviado, el artista no desea tanto representar sin más una simple crítica anarquista sobre la clase media de su tiempo como aludir de forma más marcada a la Revolución, siguiendo el dictado de Karl Marx de cambiar el mundo. Sin duda, su pretensión queda plasmada en el cuadro.
A pesar de su simpatía por el comunismo, Ernst procedía de una familia de clase media.
Sobre un fondo oscuro en el que trabaja con superficies planas de color, se nos muestra un hombre que reposa en los brazos de la burguesía aunque despierto y en alerta. El estilo de la obra es casi pueril, de factura simple, con colores lisos y un diseño dépouillé (despojado, desnudo), elementos que, sin embargo, consiguen un efecto rebuscado del conjunto.
En fin, amigos, una breve reseña de una obra que me viene al pelo para pedirles disculpas por estos dos últimos días en los que blogia ha estado prácticamente inactivo. Así pues, piedad.
Hasta pronto.
Existe una larga tradición en la representación de la Virgen María con el cuerpo de su hijo muerto sobre sus rodillas y la más conocida seguramente sea la que ilustra el encabezamiento del post de hoy. Max Ernst aporta su granito de arena a esta tradición con su obra titulada Piedad, o La Revolución de la noche, un óleo sobre lienzo fechado en 1923.
Como ya habrán podido comprobar, los personajes tienen que ver muy poco con la idea que tenemos de la piedad. Reemplazando a María por un burgués bien ataviado, el artista no desea tanto representar sin más una simple crítica anarquista sobre la clase media de su tiempo como aludir de forma más marcada a la Revolución, siguiendo el dictado de Karl Marx de cambiar el mundo. Sin duda, su pretensión queda plasmada en el cuadro.
A pesar de su simpatía por el comunismo, Ernst procedía de una familia de clase media.
Sobre un fondo oscuro en el que trabaja con superficies planas de color, se nos muestra un hombre que reposa en los brazos de la burguesía aunque despierto y en alerta. El estilo de la obra es casi pueril, de factura simple, con colores lisos y un diseño dépouillé (despojado, desnudo), elementos que, sin embargo, consiguen un efecto rebuscado del conjunto.
En fin, amigos, una breve reseña de una obra que me viene al pelo para pedirles disculpas por estos dos últimos días en los que blogia ha estado prácticamente inactivo. Así pues, piedad.
Hasta pronto.
11 comentarios
El Gato Canalla -
Un saludo a todos los Ernestinos
virginia hernández pérez -
virginia hernández pérez -
angel -
GUSSANITA -
que viva el surrealismo y la 'patafísica!
Gatito viejo -
Saludos
Santino -
Pero Ernst es un pintor muy irregular y tiene otros muchos lienzos que no me gustan tanto, aunque se valora que sea tan experimentador.
Por cierto, vaya decepción me llevé en el Reina Sofía con los cuadros de Max Ernst que había allí.
Un saludo.
Vailima -
donde dije "yo también me quedo con Miguel Angel" quise decir "yo también me quedo con LA de Miguel Angel".
Palimp, Max Ernst me apasiona. Tanto es así que el próximo post también es suyo ¿Será que me estoy haciendo vieja?
jeje
Un abrazo
Palimp -
Max Ernst es uno de mis pintores preferidos.
Vailima -
noesmivida -