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Vailima

ESTÉTICA DE LO COTIDIANO

cotidiano

Tio Petros se ríe de mí cuando le digo que Naomi Campbell tiene unos juanetes escandalosos: el resto de su cuerpo sí que es de escándalo me contesta el descarado.

¿Qué nos ocurre? ¿Acaso no podemos hacer más humanos a nuestros ídolos? ¿Por qué no vamos a poder disfrutar de semidioses como lo hacían los griegos?

Pensar en la estética de lo cotidiano y de lo que consideramos mortal resulta una tarea interesante. Ahí tienen las dos nueces que la modelo de color muestra sin reparos en sus pies desbordándose bajo la presión de unas sandalias de tacón vertiginoso. O la reciente maternidad de mi inefable periodista metida a princesa: los medios nos han hecho ver el acontecimiento como la primera cesárea que se practica en España, incluso en alguna cadena de tv emitieron un programa sobre cesáreas. O si lo prefieren, imagínense las veces que la madre de Fernando Alonso se habrá “cagao” en los cochecitos de su niño, ésos que hacían que el parquet del pasillo pareciera un código de barras.

¿Qué piensan, que no habrá políticos respetados y respetables que sentados en el inodoro no lean con pasión las etiquetas de la composición del champú a la aromaterapia o del gel de avena para pieles secas? Y aunque parezca mentira, a Nieves Herrero se le habrá escapado un pedo en una de sus entrevistas y a Teresa Campos se le hincará en el pulmón la varilla del sujetador en pleno debate televisivo.

Cuando haciendo la carrera (perdonen por la expresión, soy consciente que “hacer la carrera” en nuestros días significa ser puta o maricón televisivo y por lo tanto famoso) me tuve que enfrentar con mi primera exposición oral (y esto tampoco significa que emulara a la Lewinsky) un profesor amigo me dio el siguiente consejo:

”piensa que todos los que tienes frente a ti y todos los días de su vida, se bajan los pantalones por lo menos una vez”

Entonces les hablé de Hegel sin nervios porque yo, al igual que Napoleón, era el espíritu del mundo a caballo.

Que pasen un buen fin de semana.

7 comentarios

Santino -

Yo conocía el consejo de imaginarse a todo el mundo desnudo, pero lo que tú comentas nunca se me había ocurrido. Y ahora que lo dices, creo que puede funcionar bastante bien.
Muchas gracias, porque te aseguro que necesitaba un consejo así. Un saludo.

Vailima -

Pues muchas gracias por tus palabras, Sunfaith, y ánimo con lo que tienes entre manos. Aquí estaremos para lo que desees.
Un saludo

Sunfaith -

Hola, Vailima,
hace unos días que descubrí tu blog y estoy encantadísima con él. Disfruto un montón con tus posts de arte, especialmente. El año pasado me decidí por fin a matricularme en Historia del Arte, y ahora que he descubierto tu página la he agregado a mi carpetita de enlaces útiles para estudiar. Ahora tengo que leerme tu blog entero. Aún voy por Octubre del 2003. Volveré cuando termine.
Un beso.

TioPetros -

Tsch, tsch...
Yo es que no sé qué le ven...

Vailima -

Elías, tan cierto como que me apodo Vailima.
Gerardo, puestos a ser sinceros, reconozco que TAMBIÉN los juanetes son prodigiosos.
Un abrazo a ambos

Gerardo -

Sí que tiene unos juanetes prodigiosos, sí...

Elías -

¡Muy bueno! Y estoy de acuerdo en todo... bueno, en todo no. Lo de Nieves Herrero no puede ser, te lo has inventado.