Por segunda vez, recojo el guante de un meme que me brinda, en esta ocasión, mon compagnon Charles de Batz. Los tintes que le dan color provienen ahora de pigmentos literarios en los que una tiene que desnudarse para responder a la siguiente cuestión:
“reproducir el quinto párrafo de la página 123 del libro que esté leyendo en este momento”
Hago hincapié en lo del “desnudo” porque además de dicha información es menester que aclare alguna cuestión de índole más personal e íntima. También leo en el cuarto de baño. Lo he hecho desde que tengo uso de razón y en mis tiempos de estudiante siempre me he sentido cómoda en este lugar inhóspito de la casa que nos brinda soledad, intimidad, asiento y buena luz. Una vez que el tiempo se nos echa encima y hemos de abandonar irremediablemente juventudes y estudios académicos, el cuarto de baño sigue proporcionándome, en este sentido, el espacio propicio para dedicarme a la lectura. Un baño, un libro (aquí también dispongo de un tetris, advierto); un aseo, otro libro (eficacia familiar se denomina esto). Tengan ustedes en cuenta que cierta dama española de rasgos orientales posee diecisiete retretes en su mansión sin incluir el del perro (que seguro también lee), háganse idea entonces de la amplia cultura de la susodicha… cuando sea mayor quisiera parecerme a ella.
Cuando me planteo responder al meme, surge entonces la duda: ¿qué libro escojo? Y respondo con rotundidad: pues no escojo. Habrá necesidad… y aquí me tienen a puntito de comenzar con la empresa que me han encomendado (1):
Situado en el cuarto de baño: párrafo primero de Vita sexualis (El aprendizaje de Shizu) de Ogai Mori:
“Con todo, será todo lo sorprendente que se quiera, pero el caso es que a lo largo de cinco años, desde que tengo recuerdo de su cara, esta joven se mantiene doncella. No tiene nada de sorprendente que esto ocurra en mis fantasías, pero sí, desde luego, que la joven siga siendo doncella en realidad. Incluso he llegado a pensar, en mis preciosos sueños de marras, si no sería éste el caso: que la joven estaría allí esperando a que yo, yendo o viniendo de Kosuge en carricoche de mano, detenga alguna vez la marcha y le dirija la palabra. Sin embargo, yo ni por asomo poseo el talante poético necesario para creer en esas cosas, una vez que vuelvo en mí”.
Situado en el aseo: párrafo tercero de Historia de la Estética III ( La Estética moderna 1400-1700) de Wladyslaw Tatarkiiewicz:
“La estética de la Academia no fue, pues, ni la estética de los filósofos universitarios, ni la de los artistas, ni tampoco la de los humanistas. Fue la estética de un cierto grupo de hombres unidos por su interés por la filosofía y por una doctrina espiritualista. Pero lo que mejor define la poética y algo nebulosa atmósfera de la Academia así como su ideología –reflejada también en sus juicios estéticos- son las palabras de Pico Della Mirandola cuando afirma que en el mundo en todas partes hay vida, en todas partes hay Providencia y en todas partes hay inmortalidad”
Nota: confieso que esta obra comparte pupitre con otra, propiedad de Tio Petros, titulada Teoría del conocimiento y ontología de Ignacio Iztueta y Pedro Guirao del año 1949 que es para cagarse (de ahí que hábilmente viva en el aseo junto al inodoro).
Situado en la librería del salón: párrafo segundo de El Bosco y la tradición pictórica de lo fantástico de varios (muchos) autores:
“También resulta muy significativo analizar los asuntos representados en los tres cuadros que fundadamente podemos considerar encargados por el archiduque, Nassau y Guevara. No nos referimos tanto a los innumerables detalles iconográficos, que han sido objeto de múltiples estudios y seguirán siéndolo, cuanto al sentido esencial de los mismos en relación con sus propietarios. Nos parece que en los tres casos son contrapunto a su calidad de poderosos de la tierra y como advertencia moral a su actuación pública. En la pintura pagada por Felipe el Hermoso el juicio divino es lo que realmente importa de manera explícita, y de forma también bastante clara en los dos trípticos: la persecución de los bienes del mundo que son como heno y vanidad conduce al final de la vida al infierno (que se representa en las tablas extremas).
Situado en la mesilla de noche: quinto párrafo de Felices pesadillas: los mejores relatos de terror aparecidos en Valdemar (1987-2003):
“-Sea así –respondió el compañero de viaje-. Acorta por el bosque que yo seguiré por el camino”.
Nota: de El joven Goodman Brown de Nathaniel Hawthorne
En la sala de máquinas (comúnmente denominado despacho) donde Tio Petros y una servidora tienen sus ordenadores en red, se encuentran otros ejemplares que consulto. Pero ya es tarde y es hora de cenar. Dejémoslo en este punto que la infancia no entiende de memes (aunque sí y mucho de memeces).
Que ustedes lo pasen bien.
(1) obligada estoy a advertirles que en careciendo la obra de “quinto” párrafo, paso a reproducir el que escojo a mi antojo, que para eso es mi meme, mi libro y mi blog.