Blogia
Vailima

EL INFIERNO SON LOS OTROS

EL INFIERNO SON LOS OTROS

El sábado por la noche nos dirigíamos a cenar Tio Petros y una servidora a un restaurante de la ciudad. Caminábamos contentos, uno junto al otro entre callejuelas con ambiente festivo y balcones adornados con la bandera de la ciudad (recuerden que les comenté que se celebran las fiestas del patrón). Ya en el último tramo del recorrido, poco antes de llegar al restaurante, se encuentran las ferias o las barracas que es como las denominamos aquí: todo un espectáculo de luz, sonido y gentío que nos hizo acelerar el paso y acomodarnos más, si cabe, el uno al otro. El vocerío del personal unido a las diferentes ambientaciones de uno y otro puesto motivó que el Petros me llevara literalmente en volandas mientras me confesaba:

- Seguro que en mi infierno hay una tómbola.

Una vez sentados y esperando pacientemente a que el personal de servicio nos trajera las primeras viandas, descubrimos que en la mesa de al lado (ocupada por tres parejas de seres humanos adultos con sus respectivos cachorros de poco más de cuatro años) se sentaba un espécimen de esos, desagradable en grado sumo, que gritaba sin necesidad, hablaba ex catedra y se reía de sus propias gracias como sólo los imbéciles de nacimiento saben. En el restaurante, bastante amplio, hacía sobresalir su voz como si fuera el último superviviente del Titanic o como si le estuvieran arrancando un huevo de cuajo. Los cachorros de humano gritaban y lloraban, el ciclán chillaba como gorrino víctima de una fiera matanza y Petros y yo apenas podíamos oír nuestra propia conversación que, cómo no, versaba sobre el Hades.

Todos tenemos nuestro propio infierno, caracterizado unas veces por la ausencia de alguna cosa que nos haría estar en el cielo o por la presencia de otra que nos reitera el pecado que hayamos podido cometer. En cualquiera de los dos casos, estábamos de acuerdo: en nuestros respectivos infiernos no faltaría un puesto de feria ni un hijoputa estridente sin piedad ni la música cansina de una trikitrixa condenada a sonar por toda la eternidad.

Salir del restaurante supuso todo un alivio y decidimos tomarnos, en un recóndito y solitario pub, un par de gintonics que nos reconciliaran con el mundo. Una vez allí, disfrutando de los cinco sentidos y después de toda una noche en la que el martirio es, necesariamente, los otros, llegamos a la siguiente conclusión:

“Mi infierno perfecto es aquél en el que no estés tú”

Y ustedes, confiesen ¿cuál es su infierno?

23 comentarios

Juan Cosaco -

Mi infierno perfecto es donde no estoy. Lo malo es que todavía no me he encontrado.

Carlos Leiro -

Infiernos de ratas/latas congeladas, azules, inquietas, sin piso.
Siete mares arriba tuyo y una sola gota de aire que no deja de hablar francés.
¿Quien sabe? Repetida hasta el infinito por ese labio seco , seco, seco.
Busco mi pie y encuentro diez mil pasos agotados de perros sin ombligo.
Una, si una, sangre rígida inyectada , inyectada con aguja carmesí .
Un numero siempre cambiante de caballos-cabellos con patas compás.
Una mosca ebria de olvido-recuerdo ( y aquí dejo un espacio en blanco..........)




Silencio en viruta, rasgado con la uña de mi ojo, una y otra vez.( multiplicar y multiplicar aca)
Y aquí solo se toma el té Madame, te dirá un niño de piel sin hueso.
Y deje el piso y las paredes en el guardarropa.

Vailima -

Ninfa, en todo infierno se está sólo porque de tener compañía sería la que más odias, la que más te aterra. Es el infierno, por definición.

Ninfa -

Mi infierno sería estar sóla en él. Me aterra la soledad.

Vailima -

No importa nada de lo que hoy hayamos dicho, amigos, el verdadero infierno os espera mañana en la última entrega (por esta temporada) de La Parte por el Todo. Y sabed, compañeros, que Vailima os arrojará a él y ella contemplará desde arriba el espectáculo. Sed felices cuanto podáis. Mañana os espero.

Vere -

Es gracioso, alguna vez he dicho la misma frase que el Tio Petros, y sin son varias..horror. Pero a veces siento una especie de hastio y pienso que el infierno perfecto sería aquel en el que no estuviera yo.

Jorenob -

Mi infierno -lo estoy viendo ahora mismo- esta en mi mesa, y son montoncitos de hojas, ordenados por temas, por apuntes y fotocopias... el portaminas perdido debajo de algún de esos montones... en medio de eso infierno estoy yo, sin camiseta mirando la ventana a ver si hay suerte y sopla una mínima brisa, pero te informo que de momento hace eones que no sopla.

ladydark -

Vailima, ese es mi infierno, para mi no hay nada más doloroso que las ausencias no olvidadas.

Vailima -

Lady: entonces tu infierno está llenos de ausencias más que de presencias?
Terrible infierno pues.

Herri -

Si alguien quiere leer el relato al que hacía alusión en mi comentario anterior: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/villiers/esperanz.htm

Vailima -

¡dios mío! un bucle de infiernos.

ladydark -

Para mi el infierno es todo lo que he perdido y no puedo dejar de recordar. El resto son males pequeños, soportables.

Herri -

Fue el inconsciente el que marcó el infierno de mi vida; hace ya muchos años, después de haber leído el relato “La Esperanza” de Villiers de L’Isle-Adam, éste se me hizo recurrente en sueños, en los que yo era protagonista de esta historia, añadiéndole un no-final borgiano en anfisbaena; el sueño tardó meses en desaparecer.
El infierno siempre son los otros y nosotros podemos formar parte de esos otros para otros.

Charles de Batz -

Pues si es por concha no te preocupes, Vailima, que este mismo agosto os la traigo, junto con un bordón de punta afilada a piedra de Foncebadón, que dicen que es bien güena, y la mandas de un viaje a St.Martin in the Fields.

Jose -

Pues prefiero no pensarlo mucho porque hoy es lunes... o quizás tiene que ver con eso mismo...

Vailima -

¿Y qué me decís de una puñetera señora que no para de toser y abrir caramelitos de menta con su doble papelito y todo durante todo un maravilloso concierto a capella del Coro Monteverdi dirigido por Gardiner y dedicado íntegramente al Camino de Santiago?
Si durante el transcurso del mismo hubiera tenido a mano una concha de Santiago le hubiera atravesado el corazón con ella y de paso, en vista de mi buena fe para con el público restante, le hubiera quitado el puñetero catarro de cuajo.
Maria mater...

Jafatron -

El perfecto infierno, como dice Charles, sería aquel en el que están todos aquellos que ya en la tierra no quieres encontrártelos, pero además añadiría que contendría todo aquello que nos hace tocar el cielo en la tierra pero estariamos privados de su disfrute.

Difiero aquí de Palimp, lo peor no es no tenerlos (libros, música, personas, etc..) sino que estén allí y no poder disfrutar de ellos.

Y añadiría también que el infierno debe ser un lugar tremendamente abarrotado de gente, un dúplex gigantesco donde te pasas la eternidad comprando madalenas que te desaparecen al momento (¿o esto será el infierno en la tierra?)

anarkasis -

la frase tiene tela, Estoy con Charles, si me sueltan eso o me voy a cambiar la ropa interior, o me voy a por un hacha griega.
(Dándole contexto la puedes presentar a un concurso de epitáfios)

Habría que desdramatizar esto de los infiernos.. porque es cosa de otros designios en los que creer irreBerentemente cual humanos, que (esto) es un infierno, puede ser motivo de castigo y no quiero imaJinar lo que las orto-mentes de los sin-trabajo allá en los cielos dicen, pueden preparar.

un saludo y dadme infierno tan feliz

Charles de Batz -

Aunque imagino que ya lo conoceréis, dejo aquí un link muy interesante que reproduce "Las leyes fundamentales de la estupidez humana":

http://www.eumed.net/cursecon/economistas/Cipolla.htm#estupidez

En cuanto a lo que dices de la adolescencia como enfermedad mal curada que persiste en algunos adultos, creo que has dado en el clavo con uno de los males más frecuentes en las "sociedades avanzadas".

Vailima -

fe de ratas (jaja): no he querido decir que Aristófanes era un estúpido, sino parafrasear su definición de " ser estúpido".
mi lunes es peor de lo que yo me lo imaginaba... perdón.

Vailima -

Palimp, me parece, amigo, que nuestro infierno es similar.
Charles: al hilo de tu comentario y de tu post de hoy, debo admitir que en mi infierno también habría adolescentes como te he dicho en tu blog. La adolescencia es una enfermedad de la que algún adulto no se ha curado: dios mío! acabo de rememorar al estúpido de Aristófanes.
lunes cruel donde los haya...

Charles de Batz -

O dicho de otro modo, el infierno perfecto es aquél en que están todos aquellos con quienes no quisiéramos compartir ni la sombra de un mismo techo.

En resumidas cuentas, mi infierno es aquél que habitan quienes se creen merecedores del mejor de los paraísos.

Saludos y disfrutad de lo que os queda de fiestas.

Palimp -

Sin música, sin libros y sin mi exmorenaza. Eso es un infierno, tenéis toda la razón. Un abrazo.