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Vailima

EL EXTRAÑO CASO DE LOS NÚMEROS PERDIDOS

EL EXTRAÑO CASO DE LOS NÚMEROS PERDIDOS Érase una vez un país muy lejano del que nadie sabía su ubicación exacta pero que, sin embargo, todo el que quisiera podía visitar. Era un país muy pequeño gobernado exclusivamente por una dama de la que sólo conocemos su nombre: Vailima. Se dice que países como éste existen muchos, coexistiendo en armonía y todos gobernados según crea conveniente su dueño y señor pero ninguno de ellos podía escapar del poder que ejercía, nadie sabe porqué si y porqué no, el gran soberano de todos ellos, el Impredicible: Azarnet.

Después de que Vailima hubiera sacado a su país prácticamente de la nada, vivía feliz en su pequeño reino, rodeada de gente que iba a pasear por sus tierras cada vez con más asiduidad. Ella se sentía dichosa porque pensaba que por fin tanto trabajo había dado su fruto. Sin embargo, nadie sabe cómo ni porqué, un día de otoño en apariencia como otro cualquiera, ocurrió algo inesperado y que ya se había repetido no hacía mucho tiempo atrás.

Todos los números del país habían desaparecido misteriosamente.

Alarmada y disgustada al mismo tiempo, tomó la determinación de visitar otros reinos como el suyo y ¡cuál no sería su sorpresa al descubrir que a muchos de sus vecinos les había ocurrido lo mismo! De esta forma regresó a su casa y reunió a todos los sabios de la tierra. Tras muchas discusiones, ninguno supo explicarle a Vailima de qué forma habrían podido desaparecen los números, ni la causa de su marcha. De lo que estaban todos seguros de manera unánime era que el ladrón no podía ser otro que Azarnet.

Cansada de tanta conversación, la dama decidió pedir consejo al soberano de un territorio vecino, famoso porque gobernaba sobre la belleza de los números, al que todos llamaban Tio Petros.

-Dime, Tio Petros, -preguntó la dama-, tú que todo lo sabes sobre la magia de los números: ¿qué ha podido ocurrir que han desaparecido de forma tan misteriosa? ¿acaso puede haber sucedido que ellos mismos hayan querido abandonarnos?

A lo que el rey contestó:

-ya conoces, amiga mía, la volátil naturaleza de lo que hemos perdido. De ahí su verdadera belleza. Según de quiénes se acompañen, tornan su carácter. Cuando se enfadan, se dividen; cuando se reúnen en familia, se suman muchos más. Cuando tienen prisa se multiplican; cuando se sienten solos añoran la unidad...

- y ¿qué es lo que ha podido sucederles hoy que nos han abandonado?

-pues, sencillamente, que hoy es viernes y se encontraban tan dichosos que han tendido al infinito.
Guarda bien tu reino, querida amiga, el gran Azarnet podrá robarnos mañana el lenguaje y, entonces, ya no nos quedará nada.

4 comentarios

Vailima -

Pues ahora que lo dices... la verdad es que no lo había visto así, para qué te voy a engañar, pero ya que lo mencionas...jejeje
¿por qué no habré estado más aguda? cachis...

malglam -

¿Que el nombre del malvado del cuento se parezca tanto al del presidente de un pais de opereta, con principes y princesas de cuento, es casualidad? ;)

jose -

No importa! Si no nos quedara nada, tendríamos que volver a inventarlo todo y así se acabaría el paro.

Cristina -

Me ha gustado mucho este creativo post.
También podría suceder que los habitantes del reino distorsionasen tanto el lenguaje que ese reino se transformaría en una especie de Babel.