LOS TRES CERDITOS
Después de derribar a soplidos la casa de paja y la de hierba, y habiendo utilizando una oruga D-7 para echar abajo la casa de ladrillos del cerdito listo, el lobo tuvo por fin frente a él a los tres cerditos.
Se relamía con la lengua todos sus colmillos, eligiendo a cuál de los desdichados animales le hincaría el diente primero. No obstante, recordó que su endocrino le había puesto un régimen estricto de té de camomila y alimento rico en fibra, y su conciencia se debatía entre lo que debía hacer y lo que su estómago le instaba. "Ni para él ni para mí", pensó finalmente el lobo mientras se apoyaba en un árbol. "Que decidan los cerditos".
Así, para decidir a cuáles se almorzaba, el lobo les propuso una prueba a los cerditos asustados que, dadas las circunstancias, les fue imposible no someterse. Cogió cinco hojas de un árbol, de ésas con aspecto de mano abierta: tres de ellas eran verdes, pues las había arrancado directamente del mismo árbol que tenía junto a él; las otras dos, del suelo, tenían el color cobrizo del otoño. Hecho esto, les mostró a los cerditos las cinco hojas.
"Tengo en mis manos tres hojas verdes y dos marrones", les dijo. "Colocaré una hoja en cada una de vuestras cabezas, cerditos. Si alguno adivina su color, los tres quedaréis libres por ahora. Si no lo adivináis ninguno o falláis al intentar adivinarla, me comeré a los tres". Y eso hizo, dejando las dos hojas sobrantes en el suelo, sin que ninguno de los cerditos pudiera verla.
Colocados en fila, viendo el tercero la espalda del primero y el segundo, el segundo la espalda del primero, y el primero nada de nada, el lobo preguntó en primer lugar al tercer cerdito, quien podía ver a los otros dos. Éste, sin embargo, no supo decir el color de su hoja; podía haberse arriesgado, pero sabía que, si fallaba, el lobo se los comería a todos.
El segundo, quien sólo veía la hoja sobre la cabeza del primer cerdito, tampoco fue capaz de saber el color de la suya y guardó silencio.
Le tocó entonces al primer cerdito... ¿Qué dijo éste para salvarse él y a sus hermanos?
18 comentarios
TGYJHGGHGG -
ana -
chinga-sa-tu-madre -
Macarena G.Z -
y el autor de los tres cerditos es tatan!!...
los hermanos Grimm!!
q facil!!
RANDY FERNANDEZ -
carmen nathalia aguilar trigo -
¿que espacio cubrian?
¿como trabajaban?
sonia -
elsie -
faby -
pilar -
Tony -
maria -
Vailima -
jose -
Vailima -
Así, que al final se comió a los tres.
Un saludo
Avelino -
Dicho esto, paso a desglosar su razonamiento (aquél que quiera sacarlo por sí solo que no lo lea):
El primer cerdito sólo podría acertar si los otros dos, a los que ve, llevasen los dos una hoja marrón. En ese caso sólo cabría la posibilidad de que él llevase una verde, y podría afirmarlo con seguirdad. Como no dice nada, los otros dos cerditos deducen que al menos uno de ellos dos, cuando no los dos, llevan una hoja verde.
El segundo cerdito sabe esto. Sabe que hay al menos una hoja verde. Si él estuviese viendo en la cabeza de su hermano (el tercero) una hoja marrón, entonces la respuesta sería clara: es él, el segundo, el que lleva la hoja verde. Por tanto, podría hablar.
Si, por el contrario, su hermano tuviese una hoja verde en la cabeza, aún le cabría la duda de si él la lleva verde o marrón, pues en ambos casos el primer cerdito no hubiese podido deducir el color de su propia hoja.
Como el segundo cerdito calla, el tercero deduce que es éso lo que ocurre, es decir, él lleva una hoja verde en la cabeza.
En cuanlquier caso el tercer cerdito debe hablar, pues calle o fallase el lobo se zaparía a los tres. Así que debe hablar, y diría verde.
Saludos Vailima.
Vailima -
1ª opción: como era el cerdito que construyó su casa con paja, es un inconsciente e imbécil y ya se sabe que la ignorancia es valiente.
2ª opción: es el cerdo más envidioso de los tres y no soporta que sus hermanos construyeran casas mejores que la suya. Por eso no le importa que sus hermanos mueran.
3ª opción: siempre ha deseado ser hijo único y se arriesga para que sus hermanos mueran.
4ª opción: ésta es la que vale.
un saludo Avelino
Avelino -