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Vailima

LA APARICIÓN DEL EXPRESIONISMO



Estarán de acuerdo conmigo en que todo en esta vida tiene un padre y una madre. No me refiero evidentemente, a que ese todo es fruto de la omnipontencia de ningún creador (¡Por Bach!, que diría algún amigo) sino consecuencia de un momento histórico en el que se dan unas cinscunstancias tales que no habría podido ser en otro. Por todo ello, creo conveniente que nos empapemos un poco de lo que se cocía en el momento histórico en el que surge el movimiento del que nos ocupamos hoy. Vamos allá.

En la Alemania del cambio de siglo (del XIX, claro), el arte que se hacía al margen del academicismo oficial se orientaba en dos direcciones: por un lado el naturalismo, más o menos relacionado con el impresionismo y, el modernismo o Jugendstild.
El foco del Jugendstild era Munich. Allí trabajaban Obrist, Endell y Eckam. Allí se publicaban revistas difusoras de las nuevas ideas como “Jugend” o “Pan” y allí abundaban las exposiciones de las últimas novedades: Munch, Gaugin, Van Gogh...
El modernismo proponía la integración de las artes y como resultado de la fusión entre arte y vida, la regeneración de la humanidad. Aunque esta idea fuera acompañada a veces de serias preocupaciones sociales, nos encontramos con una contradicción de base. Les cuento. La exigencia de obras supremas en calidad y belleza, creadas a partir de la idea de regenerar el arte y rechazar cualquier producto industrial (antimasificación), llevaba a tal magnificencia que el uso y disfrute de las mismas se limitaba a una minoría. Tiene gracia, tan altos ideales surgidos como rebelión contra la alta burguesía y resulta que es ésta la única que puede sufragar los gastos de adquisición...
Como vemos, el modernismo es el resultado de un juego de tensiones contradictorias: “popularismo (no del PP ¿eh?, no se me confundan)/aristocratismo”, “primitivismo/decadentismo”. Pero como ustedes ya sabrán por un post de mi cosecha (¡porque sabrán ¿no?), la segunda Ley hace de las suyas y a medida que la sociedad evoluciona, algunas de esas tendencias actuantes se reforzaron y otras se debilitaron. Venga, algún ejemplo que no venga mal: así como el “dandy”, figura elegante y refinada del movimiento desapareció diluido por la figura del “bohemio” apasionado y antinormativo, el gusto por lo germinal, lo originario será sustituido por la fascinación crepuscular, por el sentimiento de muerte y a su vez, este gusto por lo decadente dejará paso a la rebeldía. Mejor lo ilustramos: es el camino que va de El silencio de Khnopff a El grito de Munch.
De esta misma manera, la relación entre el arte y la industria cambiará por lo que las nuevas circunstancias obligarán a fundir el ideal con la realidad.
En Viena o en Munich no había ya solución de continuidad entre la severidad geométrica del modernismo tardío y la desnuda abstracción de Loos en arquitectura o Kandinsky en pintura. La forma externa sirve solamente para reflejar la “esencia interna”. Tal y como intuyó Endell en 1898, estaba naciendo un arte “con formas que no significan, ni representan ni recuerdan nada, pero que emocionan tan profundamente y tan fuertemente el alma como sólo la música había sido capaz de conseguir.”

Y para no acaparar todo su tiempo, dejamos el resto para mañana. Que por ser segunda parte no deja de ser interesante...

3 comentarios

Vailima -

Acabo de poder entrar. Son las diez y cuarto de la mañana. Estaba atacada. Una vez reestablecida la normalidad, a por el siguiente post.
Por cierto, Raschid, ruborizado me has.
un abrazo

Raschid -

Como ya estamos acostumbrados, la calidad e interés de los comentarios de este blog sigue y sigue y sigue...
Vamos, que si Vailima no existiera, tendríamos que inventarla.
Yo también he tenido problemas para acceder a blogia.

Carl Philip -

La cosa promete. No me extiendo más porque parece que blogia tiene algún problema, he necesitado varios intentos para entrar. Saludos.