ILLUMINARE (3)
TEMPORALES
El temporal contiene los textos de la misa para el año eclesiástico por lo que son distintos para cada celebración y cada día, siguiendo el orden de Adviento, Navidad, Cuaresma, Semana Santa, Pascua Florida, época pascual hasta la Ascensión y Pentecostés.
Entre algunos temporales también existen textos para las horas canónicas igualmente ordenados según el año eclesiástico.
BREVIARIOS
Al principio, el breviario hacía las veces de catálogo de los cantos de las horas canónicas eclesiásticas para pasar más tarde a utlizarse como el libro que contenía esos cantos y textos de oración, himnos y antífonas.
Eran de uso exclusivo de los clérigos.
Para hacer un repaso (que también me viene bien a mí), las horas canónicas abarcaban las vigilias (la gran oración de la noche), los laudes (la gran oración matutina), además de la prima, la tercia, la sexta y la nona (las cuatro horas menores de la primera, tercera, sexta y novena hora), las vísperas (la gran oración del anochecer) y las completas (la pequeña oración del anochecer o de la noche).
GRADUALES, ANTIFONALES
El gradual y el antifonal contienen los cantos (antífonas) de la liturgia de la misa y son entonados por dos grupos alternos en el oficio o en las horas canónicas de los monjes.
LIBRO DE HORAS
Los libros de horas, libros de oraciones para los laicos, deben su existencia a los breviarios. Sin embargo, a diferencia de éstos, no están estructurados siguiendo el orden de sucesión del año eclesiástico. Son considerados, por lo general, como los bestsellers de la Baja Edad Media, magníficamente ilustrados (con opulencia en su mayoría) y comprendían un calendario con las festividades del Señor y de la Virgen María, las regionales y supraregionales, lecturas de los cuatro Evangelios, el oficio mariano como núcleo central (oraciones a María) y oraciones para la Santa Cruz y para el Espíritu Santo, además de un oficio de la pasión y un oficio de difuntos.
En su mayoría, los libros de horas expresaban la devoción personal de quien los encargaba. Toda una maravilla en lo que a iluminación se refiere. ¡Ay...si la envidia fuera tiña!
Bien, para finalizar por hoy, vayamos a dar una pequeña vuelta por los libros del Apocalipsis...
APOCALIPSIS
Un tipo aparte de manuscrito iluminado son los libros del Apocalipsis que contienen el texto de las revelaciones de San Juan y/o los comentarios sobre él. A pesar de que apenas desempeñaban ningún papel en la liturgia, en los monasterios de la Alta Edad Media solían leerse fragmentos en determinadas épocas del año. Por citar algunos famosos tenemos el Apocalipsis de Bamberg, Apocalipsis del Trinity College y el Apocalipsis de Douce.
Mañana terminaremos con la serie, conociendo por encima algunos libros especializados y de uso corriente y otros que podríamos catalogar como literatura narrativa y de viajes.
Les espero, si ustedes quieren, por supuesto.
El temporal contiene los textos de la misa para el año eclesiástico por lo que son distintos para cada celebración y cada día, siguiendo el orden de Adviento, Navidad, Cuaresma, Semana Santa, Pascua Florida, época pascual hasta la Ascensión y Pentecostés.
Entre algunos temporales también existen textos para las horas canónicas igualmente ordenados según el año eclesiástico.
BREVIARIOS
Al principio, el breviario hacía las veces de catálogo de los cantos de las horas canónicas eclesiásticas para pasar más tarde a utlizarse como el libro que contenía esos cantos y textos de oración, himnos y antífonas.
Eran de uso exclusivo de los clérigos.
Para hacer un repaso (que también me viene bien a mí), las horas canónicas abarcaban las vigilias (la gran oración de la noche), los laudes (la gran oración matutina), además de la prima, la tercia, la sexta y la nona (las cuatro horas menores de la primera, tercera, sexta y novena hora), las vísperas (la gran oración del anochecer) y las completas (la pequeña oración del anochecer o de la noche).
GRADUALES, ANTIFONALES
El gradual y el antifonal contienen los cantos (antífonas) de la liturgia de la misa y son entonados por dos grupos alternos en el oficio o en las horas canónicas de los monjes.
LIBRO DE HORAS
Los libros de horas, libros de oraciones para los laicos, deben su existencia a los breviarios. Sin embargo, a diferencia de éstos, no están estructurados siguiendo el orden de sucesión del año eclesiástico. Son considerados, por lo general, como los bestsellers de la Baja Edad Media, magníficamente ilustrados (con opulencia en su mayoría) y comprendían un calendario con las festividades del Señor y de la Virgen María, las regionales y supraregionales, lecturas de los cuatro Evangelios, el oficio mariano como núcleo central (oraciones a María) y oraciones para la Santa Cruz y para el Espíritu Santo, además de un oficio de la pasión y un oficio de difuntos.
En su mayoría, los libros de horas expresaban la devoción personal de quien los encargaba. Toda una maravilla en lo que a iluminación se refiere. ¡Ay...si la envidia fuera tiña!
Bien, para finalizar por hoy, vayamos a dar una pequeña vuelta por los libros del Apocalipsis...
APOCALIPSIS
Un tipo aparte de manuscrito iluminado son los libros del Apocalipsis que contienen el texto de las revelaciones de San Juan y/o los comentarios sobre él. A pesar de que apenas desempeñaban ningún papel en la liturgia, en los monasterios de la Alta Edad Media solían leerse fragmentos en determinadas épocas del año. Por citar algunos famosos tenemos el Apocalipsis de Bamberg, Apocalipsis del Trinity College y el Apocalipsis de Douce.
Mañana terminaremos con la serie, conociendo por encima algunos libros especializados y de uso corriente y otros que podríamos catalogar como literatura narrativa y de viajes.
Les espero, si ustedes quieren, por supuesto.
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