VISIÓN DESPUÉS DEL SERMÓN (y 2)
En una carta dirigida a Pizarro en 1881, Gauguin insinuaba ya un método de trabajo que no abandonaría nunca y que constituye la primera divergencia del pintor con respecto al impresionismo. Si la estética impresionista reivindicaba la importancia de las notas (bocetos) al aire libre como si el apunte mismo tuviera tanto valor como el propio cuadro, por el contrario, en Gauguin, la producción de documentos (bocetos o estudios) que iba acumulando le serviría para construir obras futuras y no para constituir, sin más, un cuadro al modo impresionista. Sus documentos, referidos a figuras humanas y de animales, se integrarán más adelante en diversos escenarios escogidos por el artista modificando sus proporciones y jugando con ellas a modo de piezas de puzzle encajadas unas y otras a su antojo como dentro de un collage.
Como saben, la Visión después del sermón supone el principio de esta organización no naturalista del cuadro unida a la técnica del cloisonnisme de la que hablábamos ayer.
Una vez concluida la obra, Gauguin hacía una descripción completa del lienzo en una carta dirigida a Vincent Van Gogh:
Acabo de hacer un cuadro religioso muy mal hecho pero que me ha interesado hacer y que me gusta. Yo quería donarlo a la iglesia de Pont-Aven. Naturalmente no lo han querido. Las bretonas agrupadas oran, trajes negros muy intensos. Las cofias blancas amarillas muy luminosas. Las dos cofias a la derecha son como cascos monstruosos. Un manzano atraviesa la tela violeta oscuro y el follaje dibujado por masas, como nubes verde esmeralda con intersticios verde amarillo de sol. El terreno (bermellón puro) hacia la iglesia desciende y se vuelve pardo rojizo. El ángel está vestido de azul ultramar violento y Jacob verde botella. Las alas del ángel amarillo de cromo 1 puro. Los cabellos del ángel cromo 2 y los pies carne naranja. Creo haber alcanzado en las figuras una gran simplicidad rústica y supersticiosa. El conjunto muy severo. La vaca bajo el árbol es muy pequeña con relación a la verdad y se encabrita. Para mí, en este cuadro, el paisaje y la lucha sólo existen en la imaginación de la gente en oración a continuación del sermón, por eso el contraste entre la gente natural y la lucha en su paisaje no natural y desproporcionado.
Si han leído con cierto detenimiento el texto anterior habrán comprobado lo revelador del mismo ya que presenta los rasgos que, pese a ciertas similitudes, distinguen la Visión después del sermón del lienzo de Bernard Bretonas en la pradera.
Esencialmente los rasgos son tres: el tema, la composición y el uso del color.
El tema de la Visión es religioso. Representa la aparición de la lucha entre Jacob y el ángel ante la mirada de las mujeres que han escuchado en la homilía el relato bíblico. Mientras unas contemplan la imagen, otras rezan con los ojos cerrados y las manos juntas. Por el contrario, el cuadro de Bernard sólo representa una escena de género en la que las mujeres parecen charlar tranquila y serenamente en una verde pradera.
En cuanto a la composición, no puede decirse que en el caso de las Bretonas en la pradera se detecte ningún esquema de organización espacial. No así en la Visión cuya estructura del espacio se nos presenta como si el espectador pudiera ir descifrando el relato paso a paso. Las cabezas que aparecen en primer término de forma ordenada quedan enmarcadas por las dos figuras de perfil de ambos extremos. Un árbol dispuesto en diagonal las separa de la lucha entre Jacob y el ángel (inspirada en una estampa japonesa de Hokusai). La desproporción entre ambas escenas es perfectamente apreciable. Desproporción de escalas como manifestación de la oposición entre la realidad y el más allá, entre lo natural y lo sobrenatural. Así como las bretonas (mundo real) están modeladas de una forma más tangible, la aparición (mundo espiritual) en tanto que irreal (perdona Tio Petros), es plana a semejanza de las escenas de concierto de Degas.
Por último, el color. Los colores de la Visión son más puros y para nada realistas. Si los impresionistas y neoimpresionistas buscaban con la conjunción de pigmentos y juegos de luz una pureza que podríamos llamar óptica, Gauguin aboga por una pureza cromática en el más estricto sentido. El color del lienzo es aquel que sale directamente del tubo tal y como le informa a Van Gogh en su misiva. El color como materia y artificio.
¿Qué motiva, pues, a Gauguin a utilizar el bermellón puro cuando representa la pradera donde se desarrolla la visión?
Podría justificarse, en un primer momento, de manera fisiológica si decimos que al contemplar durante largo tiempo el prado, al cerrar los ojos, experimentamos una postimagen de color rojo. Sin embargo, esta explicación, demasiado cercana al impresionismo, entraría en conflicto con la postura de Gauguin.
El artista pinta con bermellón porque le da la real gana, porque de esta manera subraya la soberanía de la imaginación sobre la rígida naturaleza, porque el pigmento, como apuntábamos ayer, es artificio y ficción.
La Visión no es un cuadro religioso (a pesar de que su temática nos lo parezca). Gauguin nunca fue un católico devoto. La aparición sólo puede entenderse como la crítica más feroz al naturalismo cuando lo sobrenatural es el más eficaz antídoto del realismo.
Lo mejor de la naturaleza es la imaginación con la que la soñamos, con la que la disfrazamos de artificio, con la que hacemos la misma tarea de Dios. Crear.
Yo querría las praderas teñidas de rojo, los ríos amarillo de oro y los árboles pintados de azul. La naturaleza no tiene imaginación.
Baudelaire
Espero que les haya entretenido. Hasta la próxima y séanme buenos.
Como saben, la Visión después del sermón supone el principio de esta organización no naturalista del cuadro unida a la técnica del cloisonnisme de la que hablábamos ayer.
Una vez concluida la obra, Gauguin hacía una descripción completa del lienzo en una carta dirigida a Vincent Van Gogh:
Acabo de hacer un cuadro religioso muy mal hecho pero que me ha interesado hacer y que me gusta. Yo quería donarlo a la iglesia de Pont-Aven. Naturalmente no lo han querido. Las bretonas agrupadas oran, trajes negros muy intensos. Las cofias blancas amarillas muy luminosas. Las dos cofias a la derecha son como cascos monstruosos. Un manzano atraviesa la tela violeta oscuro y el follaje dibujado por masas, como nubes verde esmeralda con intersticios verde amarillo de sol. El terreno (bermellón puro) hacia la iglesia desciende y se vuelve pardo rojizo. El ángel está vestido de azul ultramar violento y Jacob verde botella. Las alas del ángel amarillo de cromo 1 puro. Los cabellos del ángel cromo 2 y los pies carne naranja. Creo haber alcanzado en las figuras una gran simplicidad rústica y supersticiosa. El conjunto muy severo. La vaca bajo el árbol es muy pequeña con relación a la verdad y se encabrita. Para mí, en este cuadro, el paisaje y la lucha sólo existen en la imaginación de la gente en oración a continuación del sermón, por eso el contraste entre la gente natural y la lucha en su paisaje no natural y desproporcionado.
Si han leído con cierto detenimiento el texto anterior habrán comprobado lo revelador del mismo ya que presenta los rasgos que, pese a ciertas similitudes, distinguen la Visión después del sermón del lienzo de Bernard Bretonas en la pradera.
Esencialmente los rasgos son tres: el tema, la composición y el uso del color.
El tema de la Visión es religioso. Representa la aparición de la lucha entre Jacob y el ángel ante la mirada de las mujeres que han escuchado en la homilía el relato bíblico. Mientras unas contemplan la imagen, otras rezan con los ojos cerrados y las manos juntas. Por el contrario, el cuadro de Bernard sólo representa una escena de género en la que las mujeres parecen charlar tranquila y serenamente en una verde pradera.
En cuanto a la composición, no puede decirse que en el caso de las Bretonas en la pradera se detecte ningún esquema de organización espacial. No así en la Visión cuya estructura del espacio se nos presenta como si el espectador pudiera ir descifrando el relato paso a paso. Las cabezas que aparecen en primer término de forma ordenada quedan enmarcadas por las dos figuras de perfil de ambos extremos. Un árbol dispuesto en diagonal las separa de la lucha entre Jacob y el ángel (inspirada en una estampa japonesa de Hokusai). La desproporción entre ambas escenas es perfectamente apreciable. Desproporción de escalas como manifestación de la oposición entre la realidad y el más allá, entre lo natural y lo sobrenatural. Así como las bretonas (mundo real) están modeladas de una forma más tangible, la aparición (mundo espiritual) en tanto que irreal (perdona Tio Petros), es plana a semejanza de las escenas de concierto de Degas.
Por último, el color. Los colores de la Visión son más puros y para nada realistas. Si los impresionistas y neoimpresionistas buscaban con la conjunción de pigmentos y juegos de luz una pureza que podríamos llamar óptica, Gauguin aboga por una pureza cromática en el más estricto sentido. El color del lienzo es aquel que sale directamente del tubo tal y como le informa a Van Gogh en su misiva. El color como materia y artificio.
¿Qué motiva, pues, a Gauguin a utilizar el bermellón puro cuando representa la pradera donde se desarrolla la visión?
Podría justificarse, en un primer momento, de manera fisiológica si decimos que al contemplar durante largo tiempo el prado, al cerrar los ojos, experimentamos una postimagen de color rojo. Sin embargo, esta explicación, demasiado cercana al impresionismo, entraría en conflicto con la postura de Gauguin.
El artista pinta con bermellón porque le da la real gana, porque de esta manera subraya la soberanía de la imaginación sobre la rígida naturaleza, porque el pigmento, como apuntábamos ayer, es artificio y ficción.
La Visión no es un cuadro religioso (a pesar de que su temática nos lo parezca). Gauguin nunca fue un católico devoto. La aparición sólo puede entenderse como la crítica más feroz al naturalismo cuando lo sobrenatural es el más eficaz antídoto del realismo.
Lo mejor de la naturaleza es la imaginación con la que la soñamos, con la que la disfrazamos de artificio, con la que hacemos la misma tarea de Dios. Crear.
Yo querría las praderas teñidas de rojo, los ríos amarillo de oro y los árboles pintados de azul. La naturaleza no tiene imaginación.
Baudelaire
Espero que les haya entretenido. Hasta la próxima y séanme buenos.
14 comentarios
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Vailima -
Palimp -
mendigamos por las esquinas un rayito de sol que nos caliente el alma.
Raschid -
Vailima, una vez más, encantado de leerte.
Palimp -
Respecto al tema de la naturaleza, yo no pongo ningún pero; todo arte no es sino un intento de mejorar la naturaleza o, en todo caso, hacerla nuestra. Si nos gusta tal como es ¿Para que pintarla o narrarla?
Klapaucius -
Klapaucius -
Nfer -
Otro abrazote desde un Sur sofocante...
Vailima -
un abrazo
Carl Philip -
La precisión que iba a pedirte: ¿sería posible que comentases dónde leer la carta a Van Gogh? Si hay un volumen con la correspondencia de Gauguin, me interesaría leerlo.
Y la opinión que iba a manifestar: cuando dices: Lo mejor de la naturaleza es la imaginación con la que la soñamos, con la que la disfrazamos de artificio, con la que hacemos la misma tarea de Dios. Crear., dices algo precioso y emocionante, tanto que me molesta tener que poner un pero a algo con lo que en gran parte estoy de acuerdo. ¿Tú opinas que el arte es una actividad separada de la naturaleza? También es cierto que la posterior cita de Baudelaire está asumiendo que son cosas separadas.
Por mi parte, en vista de que tanto malo hay que decir de la humanidad, asumir que cosas como el arte, la filosofía o la ciencia son actividades armoniosas con nuestra naturaleza me resulta confortador.
Bueno, perdón por la lata.
Vailima -
Carl: tómate tu tiempo y por supuesto encantada de que comentemos lo que quieras y espero con inquietud tus opiniones que valoro mucho.
Carlos: trato con mis post que uno se entretenga. Si además se puede aprender algo más que mejor. Con respecto a tus "favoritos" ya los tendré en cuenta, por supuesto.
Un abrazo a los dos.
Carlos -
Saludos!
Carl Philip -
¡Qué bueno!
En algún momento próximo, si alcanzo a librarme de una obligaciones inesperadas, sobre algún detalle querría precisiones y manifestar alguna opinión, ¿de acuerdo? Un abrazo.