LA TRAGEDIA DE LA DAMA DE EWILL
John Everett Millais pintó este lienzo con tan solo 22 años. Se trata de una interpretación del suicidio de la Ofelia de Hamlet en la que el artista, huyendo de las convenciones aceptadas de la tragedia schakespeariana, efectúa una transposición literal de la muerte de la joven tal y como nos informa la reina Gertrudis en su monólogo.
Sin duda no encontramos suficientes calificativos para ensalzar la belleza de esta obra. Spielmann hablaba de ella como uno de los estudios de la naturaleza más bellos, fieles y elaborados jamás realizados por la mano del hombre. Y no es para menos.
Entre julio y noviembre de 1851, Millais y su compañero de hermandad William Holman Hunt trabajaron juntos en Ewell, cerca de Kingston en el condado de Surrey, pintando fondos de paisajes. Entre ambos sumaron más de mil quinientas horas de trabajo al aire libre para ejecutar la vegetación de Ofelia y El pastor a jornal respectivamente. La primera, a la que desde aquí rindo mi personal homenaje, personifica la extrema miopía de la mirada prerrafaelita de la que ya hablamos en un post anterior.
Sin embargo, dejando a un lado la belleza de toda la composición, hay un hecho que la hace especial. Como les digo, el fondo fue creado durante su estancia en Ewell, la figura a su regreso a Londres, invirtiendo de esta manera el proceso natural de creación según rige la norma académica de subordinar los elementos del fondo al argumento de la figura humana protagonista. Además, el lienzo de Millais difiere en otra cuestión. Salvo algunos estudios preliminares, la composición fue ejecutada directamente sobre la tela, pintando fragmento por fragmento a partir del anterior. ¿Una prueba? Fíjense, por favor, en la vegetación. Millais adoptó un fondo de blanco húmedo sobre el que todas las plantas se asientan, consiguiendo de esta forma la excepcional luminosidad del color, sobre todo del verde claro, combinación ésta de amarillo cromo y azul prusiano.
La figura de Ofelia fue pintada en menor tiempo que el fondo vegetal. Sólo cuando el encuadre estuvo terminado, Millais hizo surgir a la muchacha, de ahí esa especie de exuberancia claustrofóbica en la que se encuentra envuelta.
Con el fin de atenerse al principio prerrafaelita de la observación escrupulosa de la naturaleza, Millais tuvo que enfrentarse a una denuncia por violar una propiedad privada, al viento, a un toro, a las moscas y a dos cisnes que le observaban descaradamente justo en el lugar preciso donde quería pintar. Desgraciadamente, estos obstáculos no le impidieron realizar esta magnífica obra donde están plasmados, con todo lujo de detalles, los amplios conocimientos que el artista poseía en cuestión de botánica. Conocimientos que, por otra parte, fue ampliando a lo largo del desarrollo del cuadro y perfeccionados por algunos de sus amigos que llegaron a advertir que ciertos narcisos que había incorporado a la tela eran incoherentes con las demás flores de verano que aparecían en ella, por lo que Millais no tuvo más remedio que eliminarlos.
La individualidad de cada planta o flor es lo que importa al pintor y no el lugar concreto donde se encuentra en contra de toda convención paisajística, por lo que Ofelia ha sido incluso calificada de poco natural. Es más, al apurar al máximo la claridad de cada figura, la luz y la sombra adquieren la misma importancia produciendo, pues, un extraño efecto de bidimensionalidad en todo el cuadro que anula cualquier tipo de organización jerárquica.
La muchacha que acaba de suicidarse vuelve a la tierra. A una tierra plena de vida que la acoge cuando a ella no le queda nada. Sus manos parecen implorar un deseo que se escapa de su boca entreabierta, como si de un susurro se tratara. Es precisamente la conciencia de Millais sobre la fragilidad y fugacidad de la existencia lo que otorga patetismo y tintes de tragedia a su Ofelia, a esa Ofelia que es la nuestra: la de la dama de Ewill.
16 comentarios
Philipo Andolini -
ines -
ESMERALDA -
susana -
Dem -
Anónimo, esas cosas por correo mejor ;P
Anónimo -
Crystal -
Miranda -
Gracias.
M
jose -
http://www.wga.hu/art/m/massys/quentin/2/ugly_duc.jpg
de un tal Quentin Massys.
Cristina -
Digo lo que dice Palimp: con atención y con envidia, sí señor.
Carl Philip -
Palimp -
:D
Vailima -
Ya va siendo hora que alguien te meta en vereda (como diría mi madre).
juas juas
Palimp -
Esta semana santa he leído 'El retrato de Dorian Gray', y en un párrafo dice 'como una Ofelia rodeada de nenúfares', me acordé de ti.
Ekaterina -
Luis -