BRUEGHEL Y SUS TORRES DE BABEL
La construcción de la Torre de Babel
Se desconocen la fecha y el lugar de nacimiento de Brueguel pero la primera mención escrita de Peeter Brueghels data de 1551, al ingresar como maestro al gremio de San Lucas de Amberes.
Hablar de Brueghel es hablar de esta ciudad, por entonces la población más próspera de Occidente. Las nuevas rutas marítimas propiciaron su desarrollo y su emplazamiento, a mitad de camino entre el norte y el sur, favoreció el comercio de la seda y las especias de Oriente, los cereales del mar Báltico y la lana procedente de Inglaterra.
En una ciudad tan fértil económicamente es fácil pensar que artistas y artesanos también sacaran provecho, tanto es así que trabajaban 360 pintores en Amberes (uno por cada 250 habitantes). La expansión económica trajo consigo un considerable aumento de la población en pocos años, duplicándose incluso, de la cual un número importante eran extranjeros con lenguas y costumbres extrañas y, sobre todo, religiones diferentes: católicos, calvinistas, luteranos y anabaptistas que hacían de Amberes una ciudad multicultural en la que el entendimiento era difícil.
Esta situación impulsó sin duda a Brueghel a inspirarse en el relato bíblico de la Torre de Babel para trabajar sobre el tema nada más y nada menos que en tres ocasiones. Hoy en día sólo se conservan dos: La construcción de la Torre de Babel y La pequeña construcción de la Torre de Babel; la primera en Viena y, la segunda en Rotterdam.
La pequeña construcción de la Torre de Babel
En ambas obras la torre adquiere proporciones gigantescas respecto a cualquier dimensión humana y la acción se desarrolla no en un tiempo remoto sino en época del artista donde un sinfín de detalles realistas dan buena cuenta de ello: grúas capaces de soportar el peso de grandes piedras, contrafuertes tomados de las catedrales góticas, barracas para cada gremio de trabajadores, etc.
Además de las diferencias obvias entre una y otra obra tales como el tratamiento de la luz o el tono pictórico predominante en una y otra, existe una importante, relacionada con la narrativa de ambos lienzos pero que les mostraré mañana para que no se aburran. Hoy es lunes y hay mucho que hacer.
Saludos
10 comentarios
Josecarlos -
arturo venegas alvira -
paul -
paul -
Vailima -
Un saludo
Santino -
Cuando estuve en el Prado, delante de "El triunfo de la muerte", temblé de gozo. Y me habría parecido el mejor cuadro de la sala de no ser porque allí estaba "El jardín de las delicias" del Bosco.
Un saludo.
Vailima -
Un saludo
abel -
http://daurmith.blogalia.com/
Gatito viejo -
Qué distintas las dos pinturas ¿verdad? , la de Viena y la de Rotterdan .
Esperaremos la segunda parte. Saludos
Palimp -
Casualidades de la vida, ayer me leí un artículo en una revista con esa misma ilustración.