EL TERCERO DE TRES: RICHARD ESTES
RICHARD ESTES: EL URBANISMO QUE SURGIÓ DEL PINCEL
Richard Estes es un mago. Desde su mirada interior diseña paisajes urbanos que luego construye en el lienzo con la ayuda de los pigmentos de su paleta y la dedicación prerrafaelita de su pincel. Me lo imagino pintando en su taller con la misma delicadeza con la que se abraza a un recién nacido.
Considerado uno de los principales hiperrealistas de la primera época junto con Audrey Flack y Chuck Close, fue en 1967 cuando encontró la veta de su arte: los paisajes urbanos de finales del siglo XX.
Sus pinturas son el producto de los modelos fotográficos tomados por él mismo. Su interés no incluye al ser humano. Sencillamente la gente no le interesa y sus obras así lo corroboran. Todos y cada uno de los elementos de sus cuadros están ejecutados con precisión y exactitud, cuestión que responde a la filosofía del artista:
No me gusta que ciertas cosas aparezcan desenfocadas y otras enfocadas, ya que ello marca de forma muy específica lo que se supone que uno debería mirar, cosa que intento evitar. Quiero que uno lo mire todo. Todo está en el punto de mira
Por lo tanto, la obviedad de lo representado en su vertiente hiperrealista tiene su equivalente en la estructura total de la pintura abstracta ya que en ambas no se concibe una jerarquía de la mirada. Sin embargo, no debemos caer en el error de pensar su obra como una mera copia de la realidad y de identificar esa obviedad de la que hablo con la simple ampliación de una fotografía. Lo que mueve a Estes no es reproducir de forma idéntica algo que ya existe sino de mostrar una realidad ideal (ideal reality) cuya estructura ordenada pueda interiorizarse con nuestra realidad más allá de lo puramente observado.
Retomando la tradición del trompe-l´oeil, sus cuadros son ilusionistas desde el momento en que nos parecen surgidos de una fotografía gracias a los efectos pictóricos empleados aunque, a veces, la vista global carezca de la perspectiva correcta. Aún y todo sus obras convencen y nos conducen a una suprarrealidad que las distingue a pesar de una renuncia expresa a cualquier elemento narrativo.
El efecto de los reflejos, los paisajes urbanos sin seres humanos y la mirada simétrica (todo está en el punto de mira) de un artista de lo real: así se da Richard Estes; de ello trata su realidad ideal.
Richard Estes es un mago. Desde su mirada interior diseña paisajes urbanos que luego construye en el lienzo con la ayuda de los pigmentos de su paleta y la dedicación prerrafaelita de su pincel. Me lo imagino pintando en su taller con la misma delicadeza con la que se abraza a un recién nacido.
Considerado uno de los principales hiperrealistas de la primera época junto con Audrey Flack y Chuck Close, fue en 1967 cuando encontró la veta de su arte: los paisajes urbanos de finales del siglo XX.
Sus pinturas son el producto de los modelos fotográficos tomados por él mismo. Su interés no incluye al ser humano. Sencillamente la gente no le interesa y sus obras así lo corroboran. Todos y cada uno de los elementos de sus cuadros están ejecutados con precisión y exactitud, cuestión que responde a la filosofía del artista:
No me gusta que ciertas cosas aparezcan desenfocadas y otras enfocadas, ya que ello marca de forma muy específica lo que se supone que uno debería mirar, cosa que intento evitar. Quiero que uno lo mire todo. Todo está en el punto de mira
Por lo tanto, la obviedad de lo representado en su vertiente hiperrealista tiene su equivalente en la estructura total de la pintura abstracta ya que en ambas no se concibe una jerarquía de la mirada. Sin embargo, no debemos caer en el error de pensar su obra como una mera copia de la realidad y de identificar esa obviedad de la que hablo con la simple ampliación de una fotografía. Lo que mueve a Estes no es reproducir de forma idéntica algo que ya existe sino de mostrar una realidad ideal (ideal reality) cuya estructura ordenada pueda interiorizarse con nuestra realidad más allá de lo puramente observado.
Retomando la tradición del trompe-l´oeil, sus cuadros son ilusionistas desde el momento en que nos parecen surgidos de una fotografía gracias a los efectos pictóricos empleados aunque, a veces, la vista global carezca de la perspectiva correcta. Aún y todo sus obras convencen y nos conducen a una suprarrealidad que las distingue a pesar de una renuncia expresa a cualquier elemento narrativo.
El efecto de los reflejos, los paisajes urbanos sin seres humanos y la mirada simétrica (todo está en el punto de mira) de un artista de lo real: así se da Richard Estes; de ello trata su realidad ideal.
9 comentarios
nike shox o'nine -
Jordan Flight 45 -
UnA aRtIsTa eN PotEnCiA -
Vailima -
un saludo
CAROLINA -
Luisfer -
Si con la "jerarquía de miradas" te refieres, a nivel fisiológico, el enfoque del ojo al centro de atención de la mirada mientras la periferia se desenfoca. La pintura hiperrealista me parece una imitación a la foto. Hasta hace unos años, las cámaras de fotos no podíar enfocar con nitidez todo el campo de visión (como el ojo)y le pintura hiperrealista iría más allá de los límites que ofrece la fotografía, de ahí su cualidad principal. Pero actualmente las cámaras digitales si pueden obtener una foto nítida y enfocada en toda su imagen. ¿Qué sentido le queda al hiperrealismo?. ¿Destacar la habilidad de un pintor "artesano" minuciso que causa admiración?. ¿Es un dibujo al carboncillo o una acuarela una foto retocada con el photoshop? ¿y si se imprime sobre papel de acuarela?.
El hiperrealismo tuvo razón de ser cuando se opuso al Minimal en los años 60 y hoy día solo forma parte del eclecticismo del arte actual.
Otra lectura del hiperrealismo, o ralismo puro ofrecen los trabajos de Antonio López, pero eso es otra historia.
Bye
Vailima -
gracias.
Vailima -
Un saludo
Gatito viejo -