CORAZÓN PARTÍO (CULEBRÓN FLORENTINO). EL DESENLACE
En el capítulo de hoy…
Han transcurrido siete días desde que Nastagio presenciara la cruel escena de caza. Vuelve a ser viernes y el pragmático muchacho no deja escapar el momento. Organiza un gran banquete en el campo al que invita a Paolo Traversaro y su familia. Las mesas se disponen a la sombra de los pinos justo en el mismo lugar donde la doncella fue capturada y coloca a su escurridiza amada “frente al sitio donde debía desarrollarse la escena”.
A la hora establecida por el joven muchacho, justo cuando los postres acababan de ser servidos, aparece en escena una joven desnuda, sus cabellos revueltos e implorando piedad entre lágrimas desconsoladas. Junto a ella, dos perros de caza desgarran su blanca piel con sus terribles fauces. Todos los comensales quedan impresionados. Un caballero, furioso y gritando insultos atroces, blande su espada con la que quiere dar fin a la vida de la hermosa doncella. Los invitados no pueden guardar asiento, los músicos dejan de tocar y las damiselas gritan y sollozan ante el espantoso espectáculo. Todos parecen haberse vuelto locos de miedo ante la terrible matanza, todos menos uno. El joven Nastagio es el único que guarda la calma porque su plan ha surtido el efecto deseado: “todas las mujeres vertieron las lágrimas más amargas como si fuera su propia pena… pero la amada de Nastagio se dio buena cuenta de que, entre todos los presentes, era ella a quien iba dirigida la escena, también fue la que más se asustó. Ya le parecía huir de la ira de Nastagio y sentir a los perros a su lado. Fue tal su angustia pensando que podría sufrir un destino parecido, que se apresuró a informar a Nastagio que su odio había mudado en amor”
En el capítulo siguiente…
El domingo siguiente Nastagio degli Onesti celebrará su matrimonio rodeado de amigos y familiares. Y bajo una magnífica arquitectura renacentista, los dos jóvenes muchachos se jurarán amor eterno.
Y ... colorín colorado
este cuento de Boccaccio ha terminado.
17 comentarios
eric -
eric -
ladydark -
La verdad que dejando a un lado lo "poco edificante" de la historia, me ha parecido estupenda y yo como soy menos observadora que nuestra amiga anarkasis, no había reparado en ellos, de hecho no recuerdo si había dos o tres.
anarkasis -
(buen relato, es decir bien contao).
No me gustaron los cuadros, me sorprendió el tamaño son muy pequeños, igual otra spalliera de esas, y, yo te juro que vi solo dos en el prado, (o lo estaban limpiando, o estaba de escursión el tercero, preguntaré la próxima vez)
Busscar -
india -
por cierto, y aunque he llegado un poco tarde, también he comentado antes la "latita" de Manzoni.
¡Saludos!
Herri -
Y como performance no tiene precio.
Vailima -
Efectivamente en la misma obra y en la cuarta aparecen los escudos de la familia (escudo del moro) y de los Medicis (sus protectores).
damablanca -
En 1483 se casaban Giannazzo Pucci con Lucrecia Bini, matrimonio concertado por Lorenzo "el magnífico", de la familia Medicis. El encargo fue hecho por el padre de Giannazzo, Antonio Pucci, que se supone un rico comerciante de la época, y no el famoso poeta que murió unos años antes de este enlace.
Las tablas decoraban la alcoba nupcial, y en ellas se observan los escudos de los contrayentes , asi como el escudo de los Medicis.
En la tercera y cuarta tablas se ve a la izquierda el escudo de los Pucci, en el centro está el de los Medicis y en la derecha el de los Pucci cuartelado con el de los Bini, lo que indica una boda. Otros simbolos que indican la participación directa de Lorenzo en esta boda son las ramas de laurel que aparecen en los escudos de los capiteles de la cuarta tabla y el anillo que cuelga en el escudo central, en punta de diamante, insignia privada de los Medicis.
Esto parece más un juego de espejos, donde una historia se encuentra dentro de otra y estas dos dentro de una tercera. La historia moralizante de la joven perseguida por no acceder a las pretensiones del enamorado, obliga al desposorio de la siguiente dama, y a su vez esta situación de aceptación es la imagen que reside en la alcoba nupcial de otra dama cuyo matrimonio fue concertado por alguien externo a los dos novios, tal vez para que aceptara con resignación un matrimonio sin amor y evitar los peligros de no acceder a esta demanda.
Pobre Lucrecia, dormir rodeada de tamaña amenaza y moneda de cambio de intereses económicos de un Lorenzo de Medicis bien conocido por su talante cabroncete.
Un placer leerte siempre Vailimia y a la gente que te acompaña.
Gabriel -
Los cuadros me parecen geniales salvo por la historia que encierran, que de bucólico pasan a terroríficos.
Saludos Vailima.
Vailima -
Charles de Batz -
Salud
ignatius -
saludos
Coyote -
Jose -
Vailima -
Madrugador te veo...
mizo -
Buen día.