LOS ÚLTIMOS AÑOS DE LA BARONESA DEL PINCEL O DE CÓMO ALGUNAS MUJERES POSEEN UNA LENGUA BICÉFALA
Aunque el título del post suene algo rimbombante, el final de la baronesa del pincel –tal y como la definía Cocteau- o Tamara de Lempicka, como quieran ustedes, no puede calificarse como feliz. A medida que pasa el tiempo, Tamara va destruyendo su imagen de pintora de los locos años veinte para convertirse simplemente en una protagonista elegante de la prensa sensacionalista.
Varios son sus intentos por retornar al arte y ésa última vez, la baronesa –lejos de brillar con luz propia como en la era del art decó- se adhiere al movimiento abstracto y a la pintura no figurativa, renunciando de esta forma a todo modelo exterior, abandonando todo cuanto había aprendido. Pero todo lo que se hace de mala gana, de mala gana se acoge y no termina de convencer. La artista mediática está acabada, sólo le quedan las fiestas de Hollywood donde habría de oírse:
“No te olvides de invitar a la baronesa Tamara de Lempicka-Kuffner. Ella es tan graciosa y sus cuadros tan entretenidos…”
6 comentarios
ladydark -
cedovi -
Un saludo
Vailima -
mizo -
A mi personalmente, ni me gusta su vida, ni me gusta su obra, pero creo que entiendo los lazos que las unen.
Paseis buen día.
Vailima -
un abrazo
Salamandra -
Cosas de la telepatía sin hilos.