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Vailima

ANIMALES (2)

Entre estas fuentes tenemos, cómo no, la Biblia. Sin embargo, a partir del siglo IV se comienzan a redactar diversos tratados sobre los animales y sus funciones simbólicas que tienen gran divulgación, como el Hexaemeron de San Ambrosio, escrito entre los años 386 y 390. En dicho libro, San Ambrosio describe una teología de la creación, haciendo uso de la etimología del propio nombre del libro (Hexaemeron = seis días). Cada uno de los seis libros que compone la obra repasa uno de los seis días de la creación.

El Hexaemeron presenta un grandioso retablo en el cual los conocimientos profanos de su tiempo están armoniosamente enlazados con la doctrina bíblica y cristiana. En religión, todo se aprovecha y lo que hoy parece ser una doctrina bien conformada y perfectamente diferenciable de otras coetáneas, en su momento fue fruto de un sincretismo culturalmente enriquecedor. El uso de documentos paganos para enriquecer la propia doctrina nunca fue un problema irresoluble: bastaba con adecuar convenientemente dichos textos a la doctrina. No en vano advierte San Agustín:

"El cristiano ha de entender que en cualquier parte donde hallare la verdad, es cosa propia de su Señor" (De doctrina christiana II, 18)

Así pues, la incorporación de los fabulistas griegos y romanos a la visión alegórica de la vida de los animales pudo realizarse sin mayores problemas teológicos que los derivados de adaptar la fábula a la doctrina. De esta forma surgen en el medievo los bestiarios, bellísimos libros que insertan historias edificantes sobre las conductas de los animales, adaptadas a la época y de gran valor pedagógico.

 


 

Entre ellos, tenemos el Physiologus. Se trata del libro de historia natural más famoso de Europa hasta el siglo XIII. Sin embargo, su primera edición pudiera datarse según unos en el siglo II en versión griega, y según otros en el siglo III de nuestra era en Siria. Dado el éxito de la obra, existen múltiples versiones diferentes, pero lo que nos interesa aquí es la amplia difusión de un libro con imágenes sobre animales, y textos asociados en los que se daba a dichos animales una serie de características -reales o ficticias- pero en todo caso acordes con los tiempos y relativamente consensuadas.

Ya en el siglo VIII se recomienda a los clérigos que utilicen ejemplos "exempla" en sus sermones. La oratoria del siglo XII hizo énfasis, según Santiago Sebastián López en su obra arriba citada Iconografía medieval, en dichos "exempla".

Acabamos este post con las palabras de este autor:

"Este conocimiento de los animales en la época románica nada tiene de común con las ciencias naturales, ya que no los describen como son ni como se los puede observar. Se trata de presentar al animal tal como figura en el universo creado por Dios, un mundo encantado bajo el signo de lo sagrado, por lo que representa su aspecto físico y su comportamiento dentro de una significación religiosa y moral. Por otra parte, el mensaje simbólico del animal no es fácil de descifrar, porque en el discurso se interfieren informaciones desde diversos ángulos, no siempre coherentes, resultando que un animal puede significar una cosa y también la contraria; tal es la ambivalencia de su mensaje"

5 comentarios

isabelbarcelo -

Ay, que eso de que algo o alguien pueda significar una cosa y la contraria parece de actualidad preelectoral. Besitos, guapa.

Naboleon -

Realmente el ser humano siempre ha proyectado su ignorancia del bien y del mal (léase sus miedos, fobias, prejuicios, ...) en seres de formas o comportamientos imposibles. Lógicamente los miembros del "reino animal" han sido los preferidos para, a partir de ellos, construir toda la imaginería de la Historia de la Humanidad.
Por cierto, los personajes de Disney (que siempre representan al bien o al mal)forman parte también de ese "nuestro" imaginario.

Vailima -

jajajja, anarkasis, me has dado una buena idea!!!!
se van a cagar...

anarkasis -

cobardes
¿donde habéis ido?
HAY QUE LEÉRSELO ENTERO, QUE LUEGO PREGUNTA.

mizo -

Fuera del esoterismo animal puro y duro, que afecta a gatos, lobos, murciélagos, arañas, serpientes, etc... en tan sólo una fracción de tiempo, unos pocos años frente a los y pico mil que llevamos aquí destrozándolo todo, somos capaces de determinar el "caracter y personalidad" de los animales hasta casi emparentarnos a ellos con la similitud genética descubierta en los propios y personales ADN. Diferentes religiones tendrán que actualizarse ya que mucha de su base quedará como poco más que bonitas leyendas, fábulas o cuentos para ¿dormir? a los niños.
Nos quedará el ARTE.
Paseis buen día.