LA ESCOLÁSTICA Y LAS ARDILLAS
A Walt Disney le debemos el haber reinventado y redimido la honra y la figura de este simpático roedor cuya representación, a lo largo de la historia del arte, ha sido sinónimo de rebeldía, avaricia y maldad. Tal vez, ese color rojizo que cubre su piel o bien su rapidez y difícil captura o esa costumbre (modus vivendi) suya de acumular comida han sido la causa de que en la imaginería cristiana sea considerada como símbolo del mal y del mismo diablo.
En este lienzo de mi muy estimado Lorenzo Lotto tenemos un ejemplo de ello. Ejecutado en 1525, este óleo lleva por título Retrato conyugal de Niccolò Bonghi y de su mujer.
¿Qué vemos?: homenaje a Santo Tomás
Como siempre les sugiero, comencemos por lo que vemos. Un hombre y una mujer miran directamente al espectador. Se encuentran en una estancia cerrada cuya única conexión con el mundo exterior se abre a través de una pequeña ventana. Allí afuera se nos presenta un paisaje en tempestad en el que contemplamos dos árboles doblados por el fuerte viento. Por el contrario, dentro de la habitación de los esposos todo parece estar en calma. Ambos personajes están ricamente ataviados y el tapiz que cubre la mesa donde ambos se apoyan nos da una idea de su nivel social.
La esposa sujeta con su brazo izquierdo un perrito y su mano derecha se apoya, levemente, sobre el brazo de su marido. Éste, apunta con su mano derecha a un animal arremolinado sobre sí mismo situado sobre la mesa y que, desgraciadamente, no puede apreciarse en condiciones. No se preocupen, que les adelanto su naturaleza: se trata de una ardilla. Con la mano izquierda, justo en el centro de la obra y donde se recoge la mayor concentración de luminosidad, el señor Bonghi sostiene una hoja de papel en la que puede leerse la siguiente inscripción: “homo nunquam”.
¿Qué no vemos?: homenaje a San Agustín
Una vez recogidos todos los datos, pasemos a la fase de descifrar todo aquello que el artista nos dice a través de pequeños detalles.
Ya saben por ahora que se trata del retrato de un matrimonio. Entre los muchos lazos que lo componen, esta alianza entre dos personas conlleva el compromiso de la fidelidad. Pues bien, este es el tema en el que Lotto hace girar su obra y, es precisamente la figura situada en el centro del lienzo la que da sentido al resto de la obra: la ardilla pues según se decía, el macho de la ardilla, una vez bien provisto de comida, se aletarga en la madriguera y abandona a la hembra en la intemperie. A partir de aquí, se van desmadejando los significados de los demás elementos que forman la composición.
Como les he comentado al comienzo del post, la ardilla es sinónimo de maldad y avaricia. Pues bien, el paisaje en tempestad hace referencia a las adversidades de la vida y los dos árboles que el viento intenta abatir simbolizan la vida conyugal y la necesidad de enfrentarse juntos a cualquier contratiempo. La fidelidad de la que nos habla Lotto, queda manifiestamente representada en el perrito que porta la dama, como todos ya saben, y en ese leve apoyo con el que la mano derecha de la señora Bonghi se recoge sutilmente en el hombro de su esposo.
En cuanto a la figura masculina, sin duda es la figura más apasionante del cuadro. Con su dedo índice apunta directamente a la ardilla medio escondida y para que así conste ante nuestros ojos, una sentencia latina cierra su firme compromiso:
“El hombre nunca (debe comportarse así)”
10 comentarios
Vailima -
Ana Bande -
churra -
Muy interesante.
Un saludo
Vailima -
TioPetros -
Salamandra -
El tipo se compromete a no acaparar y a no dejar a la mujer en la calle, tampoco es mucho.
Sus rostros hablan de fidelidad, no de amor.
anarkasis -
a mi me parece que dice:
"no hagas lo que te digo", a la parienta en rebajas la visa a recaudo"
o peor aún, el tío señala la ardilla pero me mira de una manera las tetas que
me recuerda eso de el burlador burlado
"y al maestro cuchilladas", como quien manifiesta
"me lo gasto en putas que pa decente mi mujer"
Vailima -
vitalidad: observando los detalles y con dos o tres cosillas que aprendamos ya disfrutamos más de lo que tenemos delante. Eso sí, siempre y cuando demos con el código adecuado.
un saludo a ambos
vitalidad -
Javier García Blanco -
Saludos!