UNA PÉRDIDA IRREMEDIABLE: LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE
La imagen que les presento hoy forma parte de los frescos que Luca Signorelli pintó por encargo en 1499 para la Capella di San Brizio de la Catedral de Orvieto. Casi cinco años estuvo subido el pintor a un andamio para finalizar esta monumental obra y crear sobre el revoco fresco su dramática obra: el Fin del Mundo: Historia del Antricristo, el Juicio Final, la Resurrección de la carne, los Condenados, los Justos y la Coronación de los elegidos.
La obra que contemplamos corresponde a La resurrección de la carne y si la observan detenidamente, concluirán que no deja de tener su aquél enigmático. Como siempre, les aconsejo realizar un ejercicio primario, intentando responder a la pregunta del millón: ¿qué vemos?
Dos grandes ángeles, situados al nivel de la bóveda celeste, tocan sendos clarines llamando a los muertos. Abajo, los muertos hacen verdaderos esfuerzos por salir. Lo curioso, es que no salen de sus tumbas sino de un pavimento blanco cuya doble naturaleza es todo un misterio: por una parte, elástica y moldeable permite que los cuerpos de los resucitados emerjan y, por otra, pétrea y lisa una vez que los cuerpos posan sus pies o sus manos sobre ella.¿Han encontrado ustedes algún personaje, entre ellos, con las marcas de la vejez?
Les evito la búsqueda. No hay. Los cuerpos son jóvenes y, por su musculatura, están en la plenitud de la “vida” (si me permiten tomarme esta licencia). Surgen de esa materia siendo todavía esqueletos con un considerable esfuerzo y paulatinamente van recuperando músculos y piel. Fíjense en el hombre que aparece en primer plano, todavía cansado; o en ése que necesita apoyarse en su rodilla para terminar de sacar su pierna derecha.
El proceso es penoso y largo. En la parte inferior derecha tenemos la figura de un varón charlando con seis esqueletos. Todavía pueden apreciarse sus músculos sin piel y los huesos que conforman su columna vertebral. Una vez que la conversión ha finalizado, es cuando los cuerpos quedan de pie y miran hacia el cielo: la carne ha resucitado pero ninguno sabe a ciencia cierta, dónde habrán de morar para toda la eternidad. Condenados o elegidos. La pregunta.
La maestría de Signorelli a la hora de afrontar la anatomía humana es magnífica y todo un referente en cuanto al estudio de las diferentes poses y movimientos. Sin embargo –y de ahí el doble sentido del título del post de hoy-, la Resurrección de la carne se encuentra inmersa en una pérdida del todo irremediable. Como les decía al principio, el artista aplicaba su pintura sobre revoco fresco y aquellas partes que no conseguía terminar en una jornada de trabajo quedaban secas y endurecidas para la jornada siguiente. Como ese pavimento de donde surgen los resucitados, así todo lo pintado sobre los paramentos secos está condenado a perderse para siempre. Fíjense en los querubines por ejemplo.
Sin resurrección posible de esa “carne” de pigmentos que conforma esta obra maestra y, que espero, les haya gustado tanto como a mí.
Condenada. Ahora sí.
12 comentarios
Vere -
ladydark -
Vailima -
Lady: ¿Planet Terror? estás enferma?
ladydark -
Raschid -
Acabo de comprarme "La gran guía de los blogs", que edita la Sociedad de las Indias Electrónicas", y no puedo por menos que felicitarte por la presentación que allí haces sobre "Los blogs y el arte".
Me parece una presentación extraordinariamente lúcida de lo que pasa en el mundo del arte, sobre todo en relación con la web.
Enhorabuena.
También en papel, nuestra Vailima demuestra con su prosa precisa e incisa que tras un bello rostro a veces también se puede encontrar una mente igualmente bella.
Raschid
Vailima -
lo siento.
Joaquim -
Y en fin, de la pintura se infiere asimismo que tras la Resurrección de la Carne no habrán sastres ni ropa pret a porter. Lo siento por Emidio Tucci y por El Corte Inglés.
Ender -
Y es que ya decía Sabina: "¿A quién le puede importar,
después de muerto, que uno tenga sus vicios ?
Un Saludo,
Ender
curruco -
Yo siempre había pensado que los espiritus de viejos, por ejemplo el de mi abuela, siempre iba a ser viejo y que si yo me moría muy mayor tambien tendría un espiritu viejo para siempre......( A veces me quería morir joven para ser joven eternamente).
Observando la pintura me doy cuenta que todos seremos jovenes "en la plenitud de la vida (si me permiten tomarme esta licencia)."
Y ahora.... Si todos estaremos "en buena edad", como conoceré a mis abuelos...? y a mis tios...? Y a esas personas queridas que murieron mayores...?
Que dilema Señor, que dilema....!!!!!
anarkasis -
perdido está la última cena de leonardo pero no se va a perder más, y mira que tuvieron que hacer análisis para dar con el mejunje y su antídoto fijador pues eso.
Salamandra -
Una pregunta: ¿las banderas con la cruz de San Jorge (o similar) significan algo?
Charles de Batz -
Curioso lo del pavimento, ¿no tendrá que ver con eso de que los enterraban en el suelo de las iglesias, y de paso combina con el color de las nubes?
Salud