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Vailima

LAS FARMACIAS YA NO SON LO QUE ERAN

LAS FARMACIAS YA NO SON LO QUE ERAN

           Cuando uno va entrando en años tiende a afirmar que las cosas ya no son lo que eran, mientras los más jóvenes, con gesto condescendiente asienten pensando que se trata de eso, de otra tontería de gente entrada en años.

            Quien esto escribe es de los que piensan que el abismo generacional no existe, a pesar de ser notorio y apabullante: cada generación es un calco de la anterior con diferencias mínimas. Si las diferencias fueran tan grandes como parecen (y ya lo creo que lo parecen, basta con tener hijos para saberlo) el ritmo de evolución social de la humanidad sería absolutamente endiablado, y no lo es: hoy somos tan cretinos y gilipollas como lo eran nuestros ancestros hace quinientos, mil o dos mil años. No me arriesgo nada al aventurar que los conflictos entre vecinas de la antigua Roma no difieren en lo esencial de los de las actuales, ni de lo que ocurre entre compañeros de trabajo, o entre estudiantes de la misma clase.

            Ilustrando este aspecto invariable de la especie nuestra, tenemos “Los trabajos y los días”, de Hesíodo, obra en la que el escritor de “La teogonía” alecciona a su hijo de una forma bien parecida a la que hoy en día haría cualquier padre; o sea: en vano. Leí en una ocasión que en alguna tablilla sumeria un padre hacía lo propio con su respectivo y díscolo vástago; de modo que ya ven, el tema es antiguo como la humanidad misma.

            Hecho este preámbulo que me redime ante el lector del posible pecado de falta de perspectiva o de miopía generacional; me atrevo a afirmar: las farmacias ya no son lo que eran. Todo esto viene a cuento de mi doble cabreo por dos constataciones recientes.  

Primera constatación: una de las farmacias que tengo a tiro de piedra exhibe de un tiempo a esta parte un rotundo letrero glosando las excelencias de la homeopatía. No se trata de una parafarmacia, sino de una farmacia de tomo y lomo, tras la cual se supone que existe una persona licenciada en farmacia, carrera nada trivial en la que se debe enseñar que la homeopatía es una patraña.

Todo licenciado en farmacia debería saber qué cosa es el número de Avogadro, y debiera tener un mínimo de conocimientos matemáticos sobre proporcionalidades directas e inversas suficientes como para refutar las afirmaciones homeopáticas, pero ya ven… no es así. Si los conocimientos de un BUP bien aprovechado son suficientes, ya me dirán los de un licenciado en farmacia. En honor a la verdad y licencias literarias aparte, debo confesar que sigo pensando que la inmensa mayoría de ellos NO cree en la homeopatía, de la misma manera que creo (por poder vivir en paz, más que otra cosa) que la mayoría de los médicos también la rechaza aunque conozco a varios que no les bastó la carrera para asimilar contenidos suficientes para rechazar ni la homeopatía ni el lamarckismo; pero esa es otra historia.

Segunda constatación: hoy mismo Vailima y yo hemos visto un producto en una farmacia elaborado con sal marina. No sal marina normal, nooooo; sal marina del mar muerto. ¡Tócate los cojones!

Me pregunto yo si el cloro formará con el sodio en tierra santa enlaces iónicos de estructura geométrica diferente a la que forma en el resto del orbe. He estado a punto de requerir la presencia de la licenciada para que me explicara el asunto, pero sabiendo los malos ratos que uno hace pasar a su Santa con estos pequeños asuntos diarios en los que uno tanto goza pero los demás no; he decidido no hacerlo.

Una idea me lo ha quitado de la cabeza: ¡esto me da para un post!

TioPetros

12 comentarios

Alkaest -

¿A qué tanto aspaviento, por unas sales "marmuerteadas" de nada?
Lo raro, es que no hayan salido antes al mercado. Después de todo proceden de "Tierra Santa", o sea, que el poder curativo está asegurado. ¿Que no?
Menos "santa" es Francia y desde hace luengos años allí se vende como "milagrosísima medicina" el agua de Lourdes.
¡Un momento! ¡Ah, ya...! Me aclaran que lo que allí se venden son los envases, que el agua que va dentro te la dan gratis. Pero me asalta una sospecha, ¿la "gratuidad" del agua milagrosa, no te la habrán incluído ya en el precio del envase?

Salud y fraternidad.

Javier -

Hace ya algunos años, hacia el 2001, pasé algunos meses en Francia. Si no recuerdo mal –es posible que me equivoque y esté metiendo la pata–, la homeopatía estaba incluida dentro de la Seguridad Social, o al menos recibía subvenciones estatales... En fin... Tristemente, cada vez son más las farmacias en las que se ve el cartel de homeopatía. Imagino que son generosos beneficios a sumar por caja. Ainsss!

Peggy -

Puff quien le pone el cascabel al gato ..nadie , lo se de buena tinta , una que aparte de transitar en este mundo virtual tiene que bregar en la vida real con la legalidad de estos productos , les puede decir es un tena que se escapa , las boticas , los herbolarios , las parafarmacias son una bomba de relojeria quimica que nadie se atreve a controlar , existen miles de preparados supuestamente "dieteticos" con acciones medicamentosas publicitadas ...es el signo de nuestros dias , hasta los alimentos curan , vease los omegas , los bifidus ...etc y el consumidor pobrecillo se piede y la administracion da palos de ciego y los boticas meros tenderos ...

Vailima -

¡huy, lo que ha dicho el hada!

el hada de la charca -

Pues precisamente porque creen en el número de Avogadro venden homeopatia, ya que casi todos estos productos llevan la forma de bolitas y lo que en realidad persiguen estos profesionales es llegar al numerito antes citado de bolitas vendidas. Y llegarán bien seguro, ya que clientes que utilizan la homeopatia hay unos cuantos. De todas formas en estudios médicos bien contrastados se ha valorado en muchos casos positivamente el uso y efecto de placebos, ¿porque no iba a ser la homeopatia uno de ellos?

isabelbarcelo -

Si los padres no sermoneáramos a los hijos (en vano) ¿a qué quedaría reducida la función paterna? Y si los hijos nos hicieran (en vano) caso, ¿no estaríamos aún más atrás en el tiempo? Vamos, que tienes toda la razón, que la humanidad avanza a paso de hormiguita reumática. Pero no en todo, porque en asuntos de saqueo económico al personal y explotación a tope seguimos yendo a velocidad de vértigo. Besazos.

anarkasis -

el número de Avogadro lo he encontrado en un supermercado:
"sal marina" fecha caducidad 15/12/2009
o sea que pal 15/12/2009 deja de ser sal marina,¿que se apuesta el responsable de consumo a que no?, ¡con dos ojones..!
pasará a ser sal del mar muerto por poner un parecer..
En el mar muerto se flota diga lo que diga el Avogadro, yo y mi padrastro lo constatan, gracias a la gran cantidad de sal. Y, ya sea homepáticamente o medicinalmente, se cura la Psoriasis en unos 20 días, (me parece recordar) también había casos de gente que decía haber tenido dermatitis atópica y que con un par de días al año, decían, que no se les reproducía.
Allí empezó todo, Yo me bañé con mi padrastro, me acordé de mis muertos..y me volví con él.
En la zona Jordana vierten varios arroyos con sales unos ferrosos, otros sulfurosos,.. con balnearios con el cartel de completo, doy fé que se lleva mucho en la zona.
No recuerdo ver que vendieran sales con efectos sanadores, pero el ingenio y el desconocimiento pueden obrar aún más que milagros económicos, como de donde voy a sacar yo 9.375 € que tengo que poner pasanear homeo páticamente hablando o me mojo, los bancos en los que no soy accionista 150.000.000.000 / 16.000.000 de currantes, ese si que es un número cojonudo de avogadro.

Salamandra -

Existe una realidad peor, hay algunos que no lo han entendido. Pero hay otros que sí lo entienden y directamente se aprovechan de la gente y prostituyen su carrera.
Hay que añadir que el mar muerto lo está precisamente por la sal, luego no puede ser buena.

Turulato -

¡Oiga, qué carácter TioPetros!. Comprendo la inquietud de la dulce y suave Vailima. En fin.
¿Sabe?; creo que la cosa no tiene nada que ver con el Avogadro ese sino con Manolito "el tendero", un conocido mío.
Su lema preferido, que ya mencioné, es "compro a dos, vendo a cuatro y con ese 2% voy tirando".
La economía homeopática, ya sabe

Jorenob -

Lo de las sales raras, y cuando digo raras hablo de exóticas, con colores como el rosa, el negro se están poniendo mucho de moda me atrevo a predecir un estantería llena de sales de colores de lugares remotos, que han sido envasadas al lado de tu casa, y que se expondrán en también algún lugar remoto de una de las secciones de el corte ingles.

En algún programa de cocina he visto utilizar sales extrañas, pero ahí lo que buscas es un determinado sabor, pero de ahí a que nos cure sal traída de la Patagonia debe de haber unas profundas creencias económicas por parte del farmacéutico para venderla como producto milagroso.

Lo peor de esto es que seguro que alguno de los que compra esas cosas se tomará cucharadas soperas después de cada comida como el medicamento para la tos.

TioPetros -

Sí, Salamandra, tienes razón. Pero es que dentro de esta "gente" están licenciados en medicina y en farmacia, gente privilegiada que ha recibido una educación privilegiada, y que por lo visto no ha entendido nada.

Me encanta cuando me dicen cosas así como "este vino no tiene química". Debe ser un vino espiritual, porque si no, no lo entiendo.

TP

PS. Respecto a tu pregunta (retórica), la respuesta buena es la 2.

Salamandra -

Al hilo de la cuestión, una anécdota de hace muchos años: visitando a un paciente a domicilio por alguna patología banal me comenta que está en tratamiento homeopático para otra patología banal diferente. Me dice que no le gusta tomar productos químicos, le pregunto qué está tomando y saca un bote etiquetado como gluconato de litio.
Preguntas:
a) El gluconato de litio ¿es producto químico?
En caso afirmativo
b) ¿El paciente era/es tonto?

Pienso que es más fácil creer que esforzarse. El problema de la medicina alopática es que dice la verdad, indica los efectos secundarios de forma clara y no miente respecto a los resultados. Eso es lo que no le gusta a la gente, que prefiere la promesa de una curación mágica.