LA PÉRDIDA

Hoy hemos salido a la calle. Se le veía radiante y lleno de optimismo. El nudo del estómago con el que hemos vivido durante unos días interminables se torna felicidad en esta mañana de lunes. Con la cara lavada y resplandeciente bajo este sol que por fin nos ha regalado mayo.
¡Cuántas veces pasamos por alto todo lo queremos inconscientes de la inmediatez de la vida!
Ya no es joven, lo sé, y tarde o temprano nos dejará. Irremediablemente ha de ser así. Pero mientras tanto, contemplo como si fuera la primera vez, mi Toyota aparcado en la calle. Este fin de semana ha vuelto con nosotros.

0 comentarios