CONFUCIONISMO
- m. “Dícese del conjunto de creencias y prácticas idiomáticas establecidas por el lenguaje y que actúan sobre un estudiante de 4º de E.S.O.”
- m. “Dícese del estado mental resultante a la primera acepción cuando la profesora corrige un examen del susodicho individuo”
Todavía recuerdo –de esto hace ya muchos años- el ejercicio de filosofía de selectividad de una adolescente que había cursado sus estudios en las Escuelas Pías de San Sebastián. Tan píos debían ser sus conocimientos que desarrolló en el examen toda una nueva teoría en torno a lo apolíneo y lo afrodisíaco. Frente a la razón teórica, la pasión con desenfreno, ésa que todos sabemos nos pone cachondos y más calientes que el pico una plancha. Y claro, a la hora de elegir entre un San Agustín o un aquí me explayo yo después de tantos años de devoción creyendo que la masturbación es pecado, que opto por lo pornográfico, dada mi joven condición, que me da mucho más de sí y mis padres no se enteran.
Una vez que el adolescente se libera del pudor cultural –del que por supuesto ignora su existencia- se apodera de ellos lo que podríamos denominar en términos filosóficos, el libre albedrío, que no es otra cosa que la disolución integral y total de toda relación entre el cerebro y la voluntad del individuo. El libre albedrío y la falta de pudor cultural hacen que se produzcan respuestas como la siguiente:
porque todos sabemos que el infinito es cansino y largo y para trayectos matemáticos de esta duración no hay mejor solución que la horizontalidad (con su puntito afrodisíaco y todo).
Pero de lo que yo quería hablarles, es de aquellas situaciones de confucionismo -tal y como reza el título del post de hoy- en las que el cachorro de humano se enfrenta a su propia naturaleza lingüística, a los propios cimientos del lenguaje que nos hace hombres, al logos que dirían los griegos. Un brillante ejemplo de esta teoría filosófica lo encontramos en un examen de historia del arte de 4º de la E.S.O.
PREGUNTA: Menciona el nombre de algún pintor impresionista.
RESPUESTA: Tululo III
La segunda acepción del vocablo que les presento hoy impacta de forma súbita en el cerebro de la profesora que corrige. Como una pedrada en la sien, comienza a repasar conceptos como logos y arjé. De ahí no sale nada y de Grecia pega un salto a Egipto por lo de “tercero” que suena a dinastía que te jodes. Cuando comprueba que Tululo no era ni el nieto bastardo del propietario de la burra de Cleopatra, está a punto de rendirse y pasan por su cabeza las imágenes de toda una vida dedicada a la enseñanza y, consciente de su fracaso como educadora, ya ve la luz al fondo del túnel. Sin embargo, su hora no ha llegado todavía y se esfuerza por escudriñar el significado de la respuesta. Tu-lu-lo-ter-ce-ro.
La luz
La luz
Y hace mucho calor en Sevilla para morirse de forma tan tonta por eso, cuando apenas le restan segundos de vida, descubre que Dionisos tenía su aquel de afrodisíaco, que la representación gráfica del número cinco tiende al infinito y que, su alumno, castizo donde los haya, no ha contestado "ordinalmente" la cuestión porque ¿de qué otra forma podría haber escrito el nombre de Toulouse Lautrec?
10 comentarios
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ignatius -
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Parece ser que su asignatura la cursaba mucha gente de otras carreras. En concreto hubo un ingeniero que a pesar de obtener buena nota en el examen fue suspendido. La razón era que no había leido la bibliografía puesto que de haberlo hecho hubiese escrito correctamente Toulouse Lautrec.
Lo cierto es que cuando oí la historia se me saltaban las lágrimas de la risa.
Vailima -
anarkasis -
juas, juas, juas juas, me lo he imaginado
tululo3
mira que tengo variantes en "keis"
http://www.altavista.com/web/results?itag=ody&kls=0&kgs=0&q=toulouse+lautrec%2Banarkasis
pero esa no, esa es extrema de paroxismo, antológica, radical, de motorola de segunda mano, requiebramentes total.
ladydark -
Vailima -
Creo que lo de los comentarios es un problema con el coComment
Vigi -
Un saludo, ¿aún sigues sin poder dejarme comentarios?