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ILLUMINARE (4)

ILLUMINARE (4) LIBROS ESPECIALIZADOS Y DE USO CORRIENTE

Se podría completar la lista de los libros de carácter religioso que hemos visto estos días, con otros que, aunque voy a pasar por encima de ellos, no por eso dejan de tener cierta importancia. Entre estos estarían los homiliarios (compilación de sermones), los martirologios (historias de mártires), los legendarios (compilación de leyendas), etc.
Además de los expuestos, existían una extensa serie de libros de carácter profano, muchos de ellos tratando temas de astronomía y de medicina. Los primeros seguían los modelos de la mitología clásica y, en los segundos, al conocimiento médico le acompañaban ilustraciones aclaratorias.
El arte de la guerra y reproducciones de armas, con imágenes de animales y caza basados en estudios empíricos, manuales de arquitectura y, otros entre los que encontramos los dedicados a plantas medicinales describiendo sus propiedades curativas, fueron frecuentes a lo largo de toda la Edad Media. Entre los últimos, destaca el magnífico Tacuinum sanitatis:


Tacuinum sanitatis

Sus equivalentes en el ámbito de la zoología son los conocidos Bestiarios. Vemos cómo todo el saber se recogería en enciclopedias de las que sin duda, la más importante, es el Hortus deliciarum (siglo XII), de la abadesa Herrade de Landsberg. Contaba con muchas ilustraciones pero, por desgracia, se quemó en el siglo XIX.

NARRACIONES, HISTORIA Y VIAJES

Para finalizar voy a hablarles someramente de otro tipo de libros que reflejaban la vida cortesana y caballeresca de un modo especial. Se trataba de obras educativas y poéticas que se acompañaban de ilustraciones explicativas y decorativas. Una de las más famosas, de sobra conocida por ustedes, es El Cantar de Roldán del fraile Konrad. No debemos olvidar tampoco la Eneida de la Staatsbibliothek de Berlín, cuyas 100 miniaturas traducen en imágenes el poema épico de heinrich von Veldeke, que narra en alemán medio-alto el ocaso de Troya (tan sonado en nuestros días) y los destinos de Eneas. Evidentemente, no nos olvidemos del rey Arturo y su mesa redonda, de las aventuras de Lanzarote del Lago, de Tristán (tan querido por algún compositor alemán) y, por supuesto, de Alejandro Magno.
La Divina Comedia de Dante inspiró las iluminaciones de los miniaturistas de varios siglos; el Codex Manesse nos muestra, como hasta entonces no se había hecho, la vida caballeresca y escenas cotidianas.
Como decía más arriba, los libros de viajes como los de Marco Polo constituían otro puntal de la literatura medieval.
Y hasta aquí hemos llegado amigos, dando un repaso a un tipo muy concreto de obras de arte. Soy consciente de que esta afición mía por los códices medievales puede no ser compartida por muchos de ustedes (les voy a confesar algo, incluso mi marido no la comparte con la pasión con la que a mí me gustaría) pero ya saben que si hay algo en esta vida que nos pierde son las pasiones.
Mañana es viernes, con eso me conformo.

3 comentarios

salvador ortiz -

bradley -

leelo

Anónimo -

Ya has creado otro apasionado...