ESCENARIOS DEL MIEDO
Existen dos tipos de películas de terror. La A y la B, como diría Tio Petros.
La A termina cuando salimos del cine después de haber sobrevivido a hora y media de presionar el culo contra el asiento como para hacer despegar tres boeings y, la B comienza cuando uno tiene un hijo en edad adolescente.
Como su propio nombre indica, un adolescente adolece de todo signo racional que pudiera relacionarle con un individuo de su misma especie en edad adulta. El adolescente deja de ser niño para pasar a un estadio que podríamos denominar purgatorio enajenante del que todavía, las Luces de la Razón, se encuentran infinitamente lejanas.
Crees que durante doce años más o menos tienes un hijo y llega un día en que te das cuenta de que pariste una bestia. La distracción, la falta de memoria, el desinterés general, la mala baba, la osadía, el joder cansino y constante a su hermano y esa mano que merodea las veinticuatro horas del día por los alrededores (y no tan alrededores) de ese lugar donde ahora reside inexplicablemente- su cerebro, son los signos inequívocos de que uno convive con un adolescente en casa.
Hasta aquí podría decirse que simplemente se trata de una película de miedo. Pero no, es que aquí no termina el asunto. Cuando además de la retahíla anterior, este ser puede pasarse una hora de reloj leyendo la sección de fútbol del teletexto al ritmo que le impone Federica la mano amica mientras se come un donuts de chocolate ; cuando este monstruo (que parece mentira que lo tuviera en mis entrañas y no me comiera el hígado y el bazo) te comenta durante la cena (porque para eso están las cenas, para que la familia hable de sus cosas, porque la familia es el pilar de la sociedad, lo bueno que es comunicarse ) jugadas magistrales del histórico Di Stefano que en cada bocao que me meto me entran ganas de que vuelve a salir por donde ha venido), en fin, es cuando uno está viviendo una película de terror.
Pero hay además otro estadio del terror, esta vez con mayúsculas, ese terror que hace que te cagues patas abajo, que consiste en esa combinación (que tan hábilmente maneja el adolescente) entre la imaginación y la consideración de que los individuos que te concibieron son rematadamente gilipollas. Esta habilidad unida a la creencia ciega en el Espíritu Santo hacen particularmente diferenciable al adolescente del resto de miembros de su especie. ¿Por qué esta afirmación tan categórica? Pues porque el adolescente espera, por norma, hasta el último momento para preparar los exámenes porque aún sin criterios para decidir sobre su religiosidad o su ateísmo, se inclinan por la primera. Es lógico, el ateísmo no les ofrece nada mientras que de la primera todavía puede caerles algo. Me explico.
Si el Espíritu Santo fue capaz de hacer tamaña proeza con la Virgen María pasándose por el forro a un tal San José ¿cómo no va a poder inspirarme para una mierdecilla de examen de 6º de EPO a ocho horas escasas del mismo? Vamos, por favor. Con cinco minutos basta para saberlo todo sobre la métrica y la rima de unas frases chorras que unos imbéciles han decidido llamar poemas. Y claro, con las tres horas y media que me sobran antes de irme a dormir y gracias a la intervención del E.S. puedo jugar cuarenta millones de partiditas al FIFA 2004 en la game cube.
- ¿Has terminado los deberes? Enséñamelos para que les eche un vistazo.
LENGUA CASTELLANA
COMPRENSIÓN DEL POEMA
1) ¿Conoces el significado de los términos saeta y alberca?
Si no lo conoces puedes ayudarte del diccionario
No y no
FIN DE LA RESPUESTA. FIN DEL EJERCICIO
Comienzo de la bronca, de la voces, de los gritos, de las advertencias: VETE DE AQUÍ QUE TE ARRANCO LA CABEZA DE CUAJO, SO VAGO Salta la alarma del chip cerebral que todo padre tiene que te impide empotrarlo contra la pared. El niño se levanta, pone pies en polvorosa por si mi mano le alcanza, me mira de soslayo como la pantera rosa, corre raudo a coger el diccionario (mierda dice el adolescente- tengo que coger los dos tomos, el de la a/g para alberca y el de la h/z para saeta. Si es que tengo mala suerte ). En la casa no hay una mesa, ni dos ni tres hay muchas mesas pero el niño sabe que donde mejor se escribe es en el suelo, encima de la alfombra blandita que va a hacer que un agujero, como un himen inmenso que diría Neruda, florezca de un momento a otro en la hoja de deberes de LENGUA CASTELLANA debido a la rabia contenida y a la presión con la que el alienígena marca con el bolígrafo cada una de las letras de las malditas definiciones de saeta y alberca mal rayo os parta.
El poema familiar termina, las aguas vuelven a su cauce, ha buscado en el diccionario, ha copiado las definiciones, no se ha enterado de nada, sólo sabe que la puta saeta le ha costado seis líneas de cuaderno, se sienta en el sofá y en una esquizofrenia salvaje coge el mando a distancia de la tele y aparece, por obra de su colega el Espíritu Santo, el teletexto con los resultados de los partidos de tercera división.
Quiero creer en Dios y no puedo.
Me temo que esta película de terror CONTINUARÁ.
La A termina cuando salimos del cine después de haber sobrevivido a hora y media de presionar el culo contra el asiento como para hacer despegar tres boeings y, la B comienza cuando uno tiene un hijo en edad adolescente.
Como su propio nombre indica, un adolescente adolece de todo signo racional que pudiera relacionarle con un individuo de su misma especie en edad adulta. El adolescente deja de ser niño para pasar a un estadio que podríamos denominar purgatorio enajenante del que todavía, las Luces de la Razón, se encuentran infinitamente lejanas.
Crees que durante doce años más o menos tienes un hijo y llega un día en que te das cuenta de que pariste una bestia. La distracción, la falta de memoria, el desinterés general, la mala baba, la osadía, el joder cansino y constante a su hermano y esa mano que merodea las veinticuatro horas del día por los alrededores (y no tan alrededores) de ese lugar donde ahora reside inexplicablemente- su cerebro, son los signos inequívocos de que uno convive con un adolescente en casa.
Hasta aquí podría decirse que simplemente se trata de una película de miedo. Pero no, es que aquí no termina el asunto. Cuando además de la retahíla anterior, este ser puede pasarse una hora de reloj leyendo la sección de fútbol del teletexto al ritmo que le impone Federica la mano amica mientras se come un donuts de chocolate ; cuando este monstruo (que parece mentira que lo tuviera en mis entrañas y no me comiera el hígado y el bazo) te comenta durante la cena (porque para eso están las cenas, para que la familia hable de sus cosas, porque la familia es el pilar de la sociedad, lo bueno que es comunicarse ) jugadas magistrales del histórico Di Stefano que en cada bocao que me meto me entran ganas de que vuelve a salir por donde ha venido), en fin, es cuando uno está viviendo una película de terror.
Pero hay además otro estadio del terror, esta vez con mayúsculas, ese terror que hace que te cagues patas abajo, que consiste en esa combinación (que tan hábilmente maneja el adolescente) entre la imaginación y la consideración de que los individuos que te concibieron son rematadamente gilipollas. Esta habilidad unida a la creencia ciega en el Espíritu Santo hacen particularmente diferenciable al adolescente del resto de miembros de su especie. ¿Por qué esta afirmación tan categórica? Pues porque el adolescente espera, por norma, hasta el último momento para preparar los exámenes porque aún sin criterios para decidir sobre su religiosidad o su ateísmo, se inclinan por la primera. Es lógico, el ateísmo no les ofrece nada mientras que de la primera todavía puede caerles algo. Me explico.
Si el Espíritu Santo fue capaz de hacer tamaña proeza con la Virgen María pasándose por el forro a un tal San José ¿cómo no va a poder inspirarme para una mierdecilla de examen de 6º de EPO a ocho horas escasas del mismo? Vamos, por favor. Con cinco minutos basta para saberlo todo sobre la métrica y la rima de unas frases chorras que unos imbéciles han decidido llamar poemas. Y claro, con las tres horas y media que me sobran antes de irme a dormir y gracias a la intervención del E.S. puedo jugar cuarenta millones de partiditas al FIFA 2004 en la game cube.
- ¿Has terminado los deberes? Enséñamelos para que les eche un vistazo.
LENGUA CASTELLANA
COMPRENSIÓN DEL POEMA
1) ¿Conoces el significado de los términos saeta y alberca?
Si no lo conoces puedes ayudarte del diccionario
No y no
FIN DE LA RESPUESTA. FIN DEL EJERCICIO
Comienzo de la bronca, de la voces, de los gritos, de las advertencias: VETE DE AQUÍ QUE TE ARRANCO LA CABEZA DE CUAJO, SO VAGO Salta la alarma del chip cerebral que todo padre tiene que te impide empotrarlo contra la pared. El niño se levanta, pone pies en polvorosa por si mi mano le alcanza, me mira de soslayo como la pantera rosa, corre raudo a coger el diccionario (mierda dice el adolescente- tengo que coger los dos tomos, el de la a/g para alberca y el de la h/z para saeta. Si es que tengo mala suerte ). En la casa no hay una mesa, ni dos ni tres hay muchas mesas pero el niño sabe que donde mejor se escribe es en el suelo, encima de la alfombra blandita que va a hacer que un agujero, como un himen inmenso que diría Neruda, florezca de un momento a otro en la hoja de deberes de LENGUA CASTELLANA debido a la rabia contenida y a la presión con la que el alienígena marca con el bolígrafo cada una de las letras de las malditas definiciones de saeta y alberca mal rayo os parta.
El poema familiar termina, las aguas vuelven a su cauce, ha buscado en el diccionario, ha copiado las definiciones, no se ha enterado de nada, sólo sabe que la puta saeta le ha costado seis líneas de cuaderno, se sienta en el sofá y en una esquizofrenia salvaje coge el mando a distancia de la tele y aparece, por obra de su colega el Espíritu Santo, el teletexto con los resultados de los partidos de tercera división.
Quiero creer en Dios y no puedo.
Me temo que esta película de terror CONTINUARÁ.
26 comentarios
Vailima -
angelrls, El Lobo Rayado -
Vailima -
"mal de muchos...EPIDEMIA"
Un saludo
arce salpicado -
-además de cagarte patas abajo- con las de tus hijos, me siento menos sola.
Como "premio" (?) te enlazo en mi blog, que, por cierto, tiene el mismo panel de fondo que el tuyo.
TaLieSin -
1. Los progenitores lo saben todo sobre todo y nunca se equivocan.
2. Los progenitores, si bien tienen unos conocimientos vastísimos, también dudan de vez en cuando. A veces hasta cometen pequeños errores.
3. Los progenitores no se enteran de nada y no alcanzamos a comprender cómo pueden sobrevivir siendo tan ignorantes sobre loas aspectos más importantes de la vida.
4. Se empieza a observar que los progenitores no van tan desencaminados y siguen teniendo algo de razón en determinados temas.
5. Nuestros progenitores ya no están con nosotros, y tenemos tantas preguntas que hacerles... Ellos sabrían la respuesta correcta.
La adolescencia es, obviamente, la tercera fase. Por suerte, pasa pronto.
TaLieSin -
1. Los progenitores lo saben todo sobre todo y nunca se equivocan.
2. Los progenitores, si bien tienen unos conocimientos vastísimos, también dudan de vez en cuando. A veces hasta cometen pequeños errores.
3. Los progenitores no se enteran de nada y no alcanzamos a comprender cómo pueden sobrevivir siendo tan ignorantes sobre loas aspectos más importantes de la vida.
4. Se empieza a observar que los progenitores no van tan desencaminados y siguen teniendo algo de razón en determinados temas.
5. Nuestros progenitores ya no están con nosotros, y tenemos tantas preguntas que hacerles... Ellos sabrían la respuesta correcta.
La adolescencia es, obviamente, la tercera fase. Por suerte, pasa pronto.
Vailima -
Mutis por el foro.
Si es que lo que digo yo: "mal de muchos....epidemia"
jose -
Sirotxo -
Logan -
Logan -
Carlos Alvarez -
Si su hijo ha tardado 12 años en volverse un bestia ha tenido suerte... El mío con 6 años cuando le regaño ya me llama "hijoputa". Debe ser precoz :-)
Sirotxo -
¿Son estos tiempos iguales?
Carlos -
Conmigo funcionaba ;)
Vailima -
Andy -
Lástima que tengas que emplear tanto tiempo y energía para que no le deje secuelas graves...
Un diletante -
Y en relación con la cita -soy un tanto despistado y mi memoria deja bastante que desear-, o no recuerdo de quién es, como dije, o (vana pretensión por mi parte) acaso sea mía y la atribuya a alguna lectura (más bien lo primero). También deseo decirte que tu sinceridad me parece harto admirable.
Carl Philip -
Vailima -
Un abrazo
Vailima -
Diletante: por supuesto que he perdonado a mis padres, sobre todo por el darme la coña para que dejara de estudiar y de hacer deberes para que me divirtiera un poco...
sobre tu filosofía... nada de particular, estoy totalmente de acuerdo con ella lo que ocurre es que me he dado cuenta demasiado tarde.
Buenísima la cita, por cierto.
Un diletante -
Un diletante -
Question is?: ¿has perdonado ya a los tuyos? Yo, sí.
Y, con respecto a mi filosofía -por supuesto personalísima-, otra cita, aunque presumo no podáis compartirla: "Para crear, no engendrarás." (No recuerdo de quién es.)
Palimp -
Ahora en serio, si como profesor me llevo las manos a la cabeza ante
a) La estulticia del alumnado (pero bueno, al fin y al cabo nadie nace enseñao)
b) La nula motivación para cambiar el estado a).
¿Cómo debe ser si el sujeto en cuestión es tu hijo?
Que os sea leve...
Vailima -
el traer un hijo al mundo es doloroso de cojones pero sabes que en un momento dado el dolor desaparece y da paso a la felicidad de tener a tu retoño en brazos. El educar a un hijo, es como un parto invertido: doloroso de cojones y sin poder hacer nada para que el puñetero niño vuelva a meterse dentro de tí. Cuando sea vieja quiero creer que habré perdonado a mis hijos, pero de lo que estoy segura es de que nunca podré olvidar ese dolor cojonero que conlleva intentar razonar con un ser irracional que además, por razones que se me escapan, no he asesinado en más de una ocasión.
TioPetros -
Nunca he estado tan en sintonía con el autor a la hora de publicar un comentario a un post en blog alguno.
¿Porqué será?
Un diletante -
ÓSCAR FINGALL O´FLAGHERTY WILLS WILDE.