LA SANTA TETA DE MELUN (y 2)
La Virgen es la protagonista indiscutible del batiente derecho. Con un pecho al descubierto sostiene en su regazo al niño Jesús que señala con el índice de su mano izquierda al tesorero para indicar que sus plegarias han sido escuchadas gracias a su Madre y a la misericordia de Dios.
Sin embargo, la imagen de la Virgen se nos presenta de forma demasiado atractiva. Como dijera el medievalista Huizinga, como un soplo de decadente irreligiosidad. Y no es para menos. Fouquet no la representó como madre nodriza ya que el niño Jesús no está siendo amamantado. Si tenemos que encontrar una justificación teológica que explique el pecho desnudo (a lo vigilantes de la playa), diremos que así como Jesucristo mostró a su Padre la herida de su costado, de esta forma María muestra su seno a los hombres para mostrarles su intercesión en la tierra.
Cójanla con pinzas (la explicación, por supuesto) y vayamos a descubrir a quién perteneció el rostro enigmático propietario de tan siliconada teta.
Se ha dicho a este respecto que podría tratarse de Catherina, sumisa esposa de Chevalier que abandonó este mundo en 1452 y fue enterrada en Melun. Pero lo más probable es que perteneciera a la modelo Agnès Sorel, dama que prestó su apoyo en más de una ocasión a Chevalier, tanto en su carrera profesional como en alguna otra carrera de índole más personal. Esta suposición se basa en una inscripción certificada ante notario que se encuentra en la parte posterior de la tabla:
La santísima Virgen con los rasgos de Agnès Sorel, favorita de Carlos VII, rey de Francia, muerta en 1450.
Agnès Sorel era considerada como la mujer más bella del mundo. Contaba con veinte años cuando llegó a la corte. El rey se enamoró de ella aunque le doblaba la edad (y no lo digo como una crítica sino como una curiosidad). El papa Pio II incluso escribiría de ella:
A la mesa, en la cama, en el consejo, ella siempre tenía que estar a su lado
y se preguntarán ustedes que si su relación fálico/monárquica era de dedicación exclusiva, dónde puñetas se encontraba la esposa del rey. Pues bien, la reina María d´Anjou se encontraba demasiado ocupada con la educación de sus catorce hijos y con una apariencia cuenta Chastellain- que asustaría incluso a los ingleses (¡Dios mío, una especie de Camilla Parker con la matriz en el suelo...ajjjjj!)
Sabemos ya a quien pertenecía ese rostro y esa teta tan magníficos. La favorita del rey fue la única mujer que apareció a caballo en un torneo, protegida por una armadura de plata adornada con perlas. Acostumbraba también a lucir unos escotes tan generosos (de vértigo diríamos ahora) que en una ocasión un obispo se quejó al rey de tal estupendas aberturas que mostraban pechos y pezones...
El que la bellísima cortesana aparezca como representación de la mismísima Virgen María era del todo legítimo pues el monarca, ungido de la gracia de Dios, era considerado santo y por ende, santificaba todo lo que tocaba. Además, fíjense que pleitesía, echen un vistazo a los colores que predominan en ambos batientes: el rojo, el azul y el blanco, esto es, los colores del escudo del rey.
Así pues, para terminar, sólo nos falta por descubrir porqué fueron separadas las partes del díptico.
Para toda la eternidad debía conservarse el recuerdo del donante, por el que cada mañana se celebraba una misa para su salvación. Pero a pesar de la voluntad del donante, donde manda capitán no manda marinero. En 1775, cuando los monjes de Notre Dame de Melun tuvieron que restaurar la iglesia, el díptico se dividió y se vendió haciendo caso omiso del deseo del bueno de Chevalier. Tras la Revolución, aparecieron en el mercado del arte. Un alcalde de París originario de Amberes adquirió el batiente derecho (no por cuestiones de teta, claro...) y el batiente izquierdo fue descubierto por un poeta alemán. Como no podía ser de otro modo y conociendo mi afán acertijero ¿me podrían decir cuál era el nombre de dicho poeta?
Espero que les haya gustado la historia relacionada con el díptico: la del tal Chevalier acompañado por un patrón que contempla, con mirada inquietante, quién sabe qué forma redonda y sonrosada.
Hasta pronto.
Nota final: no se lo he dicho, pero los angelotes que acompañan a la frágil María son de un feo que dan miedo. ¿No les parece?
13 comentarios
Tatu -
Tatu y Rochi de Uruguay. Coño!!
Vailima -
en fin, que el post que acabo de colgar me ha llevado hacerlo tres días en condiciones casi de infanticidio.
Un beso
Palimp -
¿Tan poco nos quieres?
nfer -
Sabía que descifrarías mi mensaje...ya eres experta en criptografías (algunas magistrales, la mía de natural analfabestia, pero no importa, sigo pa alante)
Cristina -
Un abrazo,
Cristina
Vailima -
Todo entendido.
Un beso
Vailima -
Un saludete a todos.
p.d. Nfer: no entiendo lo que me quieres decir en tu comentario (estaré espesa...)
Luis -
Nfer -
Reina, ve a nuestro blog (sé que sabrás cuál es) que te hemos enlazado.
Como a varios de aquí, alguno pudimos olvidar...en la emoción...
Luego que haya pasado el estado catártico producido por la risa de los rebuznos virtuales, quejaos y os enlazaremos (o desenlazaremos y negaremos haberos conocido, si eso es necesario para no macular vuestra reputación)
Un abrazote desde este Sur
Vailima -
Francamente son espeluznantes...
jeje
venga Luis, anímate.
Palimp -
luis -
1896, hay poetas para elegir.
Dem -
¿Seguro que el niño señala perdonando? Porque tiene una cara de mala hostia...