EL PERVERSO INGRISMO DE TAMARA DE LEMPICKA (y 3)
“Las formas bellas son superficies planas con redondeces”
Ingres
Ingres: Detalle de Júpiter y Thetis
Los contemporáneos del francés afirmaban que su Gran Odalisca tenía tres vértebras de más y que el cuello de Thetis era demasiado largo. ¿Demasiado largo?: “un cuello de mujer no es nunca lo bastante largo” –nos reprocharía-. Las líneas que quizás nosotros encontremos exageradas no son para el artista más que correcciones de la naturaleza por sí misma, punto éste al que Baudelaire criticaría con su demoledor estilo: “aquí (en los modernos), tenemos un ombligo que se extravía en las costillas, allí un seno que apunta al sobaco”. Lo que está claro es que Lempicka hacía oídos sordos a estos y otros reproches y en sus obras puede contemplarse la exaltación de espaldas, muslos, caderas y brazos que, como buena alumna, ha atesorado para sí de su maestro.
La identificación llega incluso a reproducir en más de una ocasión una deformación típica del francés como en el caso de Andrómeda con respecto a Angélique: la misma carnosidad, las mismas deformaciones en brazos y cuerpo e, incluso, el mismo bocio, hipertrofia de la glándula tiroides que las predispone a una vida sexual especialmente activa.
Mujeres que esperan el placer o se recrean en su recuerdo. Individualidades que en su voluptuosidad nos alertan entremezclando sus cuerpos desnudos mientras se acarician y se huelen. Heroínas del erotismo creadas desde la mirada de Lempicka, desde el secreto más oscuro de la ancianidad de Ingres.
Alrededor de estas formas perfectas, merodea el deseo.
6 comentarios
Juan Cosaco -
ladydark -
Virginia -
el brujo don carlos -
Estupenda miniserie de post.
Saludos
Vailima -
Charles de Batz -
Saludos