LUJURIA DE UN MANIERISTA
Lujuria es el sobrenombre de la Alegoría de Venus y Cupido que Agnolo Bronzino pintara entre 1540 y 1545. Se trata de una de mis representaciones favoritas del tandem Venus/Cupido. Obsérvenla con detenimiento y alevosía pinchando sobre la imagen si desean ampliarla:
Las figuras principales protagonizan una escena cargada de erotismo y sensualidad y si no, fíjense en esa lengua de la diosa que está a punto de deslizarse por los jóvenes y carnosos labios de Cupido (“como los panaderos prueban el pan” que diría el recientemente fallecido Ángel González) o en la mano derecha de éste, que apresa con delicadeza el pecho de Venus liberando suavemente su pezón de esa cárcel de carne y hueso mientras sus miradas permanecen intactas, la una frente a la otra, ignorantes de cuanto les rodea.
Lujuria, aunque desde nuestros ojos del siglo XXI contemplemos la más tierna manifestación de expresión del amor. Amor que abarca con toda su luminosidad la obra. Sin embargo, este sentimiento parece no venir solo. Detrás de Cupido, en el borde izquierdo del cuadro, se encuentran los celos, personificados en una figura que grita y se tira del cabello. Detrás del muchacho que tira rosas, en el borde derecho, emerge una figura enigmática, de falsa inocencia y de manos invertidas, que ofrece a los protagonistas un panal de miel y un escorpión. Este cuerpo que surge como una quimera no es otro que el engaño.
Bronzino nos quiere decir algo, más bien nos advierte que este amor está sentenciado a perecer. Será la necedad (1), representada en la parte superior izquierda por una máscara con rostro de mujer y sin cerebro, la que intente ocultar ese amor ante la mirada del dios del tiempo, recurriendo para ello, a una cortina que el dios atrapa bruscamente. El reloj de arena nos avisa del irremediable final: la muerte.
Abajo, en la esquina inferior derecha, unas máscaras esparcidas por el suelo nos hablan de las apariencias: todo en este cuadro es símbolo. Aprendan de ellos y sepan ustedes que contemplan esta obra, que la lascivia y la lujuria están destinadas a ser desenmascaradas. Claro que eso en la visión de un manierista italiano que fue poeta además de pintor.
(1) sobre este enigmático personaje existe otra interpretación que lo identifica con la sífilis y los efectos que produce a aquél que la padece. Quédense con la explicación que a ustedes les guste más.
11 comentarios
humo -
Siento ser tan pedestre...
india -
neftali -
¿El autor (Agnolo) dejó escrita la interpretación de cada elemento del cuadro? y en caso contrario ¿quién o quienes son los responsables de validar o consolidar las interpretaciones de las obras como las más veraces?
Gracias y te sigo
Recaredo Veredas -
anarkasis -
Vailima -
¿o es que las diosas no necesitan pasar por el tirón?
isabelbarceló -
el brujo don carlos -
india -
Hay muchas representaciones de este dúo en las que Cupido aparece con un panal de miel o rodeado de abejas. Esto se puede interpretar como las dos vertientes del amor, por un lado es dulce como la miel y, por otro, hiere, como un aguijón.
También se puede añadir que la pareja de palomas de la parte inferior izquierda hace alusión a Venus, la cual lleva en una mano la manzana de oro que consiguió por su belleza en el Juicio de Paris.
Un saludo! :)
Salamandra -
Cuando se está en faena no te preocupan los peligros, las amenazas ni nada que no sean esos ojos. Después...
Gracias por publicar esto un miércoles y no hacerme competencia el viernes.
mizo -
Paseis buen día.