MI ALMA POR UN CABALLO
Oskar Kokoschka miraba con asombro a Alma Mahler. Veía en ella a “la mujer simplemente” –tal y como la definiría después-, como si se tratara de una de las maravillas del mundo. Su relación se regía por el sexo fundamentalmente convirtiendo lo real en irreal en una orgía en la que los dos se unían como santateresas para las que la unión significa la muerte para el macho.
En una ocasión en la que el pintor era entrevistado contestó lo siguiente a la pregunta de qué era lo que más le había fascinado de ella: “¡Las líneas que parten de su ombligo y van hacia su intelecto, y aquellas que van desde su ombligo hacia abajo, al paraíso!”
Las cartas de y para Kokoschka hubieran constituído (de haberse conservado) todo un Decamerón del siglo XX. Ella misma solía decir que “lo que nosotros nos escribimos no lo han confesado o dicho ni siquiera Hero y Leandro, Heloisa y Abelardo, o Romeo y Julieta”.
Así amamos y queremos ser amados todos alguna vez pero como decía la propia Alma ningún fuego, aparte del Sol, quema eternamente. La fatalidad de esta relación llegó cuando un día comprobaron que se amaban y que entre ellos dos existía algo más que su pasión (obsesión) por el sexo.
Kokoschka poseía un pequeño estudio con un estrecho dormitorio en el Stubenring de Viena. Una vez separado ya de Alma, pintó las paredes de las dos habitaciones del estudio de color negro. El poeta Georg Trakl le acompañaba mientras pintaba, entre estas paredes negras, La novia del viento . No podía ser de otro modo, amaba y odiaba al mismo tiempo, como un tipo raro (¿quién no lo ha sido alguna vez?). La novia del viento fue el retrato de su “dramática separación del drama”. Drama sí, tragedia no. La primera conlleva siempre una salida del héroe, una opción por la que se decanta y elige su destino. De la segunda, no hay salvación ni escapatoria, de ahí que Kokoschka vendiera el cuadro a un farmacéutico de Hamburgo. Con la cantidad de dinero que recibió por él, por su pasado con Alma, adquirió un caballo media sangre con el que ingresó en el ejército ya que el pintor servía como aspirante a oficial en la Caballería y debía de disponer de caballo propio.
Todo un pasado por un caballo, los sonidos que se derramaban en una animalidad delirante por un puñado de dinero. Oskar no creyó nunca en una separación permanente: Alma le dio una cadena roja que conservaba de su madre. Él un anillo mágico, un talismán. No sirvió de nada, en la lejanía su amada terminaría casándose con un hombre opuesto en todo a él: Walter Gropius .
Desde el hospital militar donde convalecía de sus graves heridas pensaba un moribundo Tristán que su Isolda ya no cantaría nunca más para él y con placer doloroso soñaba con el azul del viento, su novia, Alma Maler (1).
(1) Maler en alemán significa pintor.
Para recuperar la dinámica del blog y para que piensen un poco (¡no todo va a ser placer!) ¿Sabrían decirme el nombre del caballo que adquirió Kokoschka? Venga, un esfuerzo…
20 comentarios
adara -
Sandra -
marta -
ladydark -
A riesgo de pesada, la muñeca y el caballo se llaman ...
Lola -
muy bueno el post... mil gracias!
ladydark -
Vailima -
Vailima -
Vailima -
el nombre de la muñeca: pues yo sé el nombre de la modista que se la hizo, pero el de la mujer tamaño natural... investigo, que me has picado.
Herri -
La relación con Alma le llevó también a escribir el poema Mörder, Hoffnung der Frauen (El asesino: la esperanza de la mujer).
Del nombre del caballo ni idea, pero ¿Alguien podría decirme como llamaba a la muñeca de tamaño natural que llevaba con él a todas partes después de finalizada la guerra?
Vailima -
Otro para ti.
Eduardo -
Un beso,
Eduardo
ladydark -
(Probando con el caballo Genghis Khan, por si cuela). Cuando llegue a casa ya leeré más cuidadosamente.
Vailima -
Doy una pista al nombre del caballo: dos palabras, la primera dos sílabas. La segunda, una sóla.
Veo que estáis desentrenados, tanto erotismo os ha dejado fláccidos. jeje
Jafatron -
Vailima -
un abrazo desde un jueves lluvioso y gris que cae a plomo sobre mi ciudad.
Charles de Batz -
En cuanto a lo del nombre del caballo, así a pelo termina por tirarme siempre sin que de con él.
La nieve es blanca hasta que se convierte en hielo. Orlando.
Vailima -
migratoria -
Anónimo -
(La nieve, femenina, es blanca; pero su color es el blanco :-))