EL SIGNUM HARPOCRATICUM
Acabo de terminar de leer un interesante ensayo de André Chastel titulado El gesto en el arte. El estudio parte de la premisa de que toda composición pictórica es una forma simbólica, de tal modo que un gesto de expresión es el medio –junto a la perspectiva- del que el pintor dispone “para suscitar reacciones comparables a las de lo vivido”.
La exégesis del gesto va desde la interpretación naturalista hasta la doctrina cultural del mismo. La teoría naturalista del gesto expresivo asentará su razonamiento desde su origen natural como acto reflejo (arquitectura de reflejos) y la doctrina cultural desde el convencionalismo o la sociabilidad de toda gestualidad. La segunda vía es la que Chastel recoge en su tesis y en ella “se abandona el ámbito de la vitalidad y de la espontaneidad por el de la comunicación”. El gesto expresivo nos quiere decir algo y para que la comunicación se dé, es necesario conocer el código en el que ésta se produce.
Dejando a un lado consideraciones interesantísimas de carácter religioso y pagano, el autor reduce su campo de estudio a lo que califica de “casos privilegiados” en los que el dedo índice acapara todo el protagonismo y que son: el gesto de la oración, el del silencio y el de la admonición.
Permítanme que me quede con el segundo y que les hable del signum harpocraticum o gesto de Harpócrates, “en el cual el sujeto representado declara (…) que es preciso guardar silencio, ya sea cerrando la boca para callar…, ya sea imponiendo al espectador el hacerlo”. Desde la Antigüedad, el pequeño dios de Villa Adriana en Tívoli es buena muestra de la definición anterior: la divinidad calla y recuerda al fiel que ha de guardar silencio
De la misma manera, durante el Renacimiento el sabio no habla y su silencio se convierte en virtud. La fuerza del signum hace que no sea necesario ningún epígafre para entender su sentido último hasta que nos encontramos con esa expresión preocupada del Harpocrates Philosophus de Jan Müller que señala el momento filosófico por el que se insta a conocerse a uno mismo (nosce te ipsum)
Así tenemos diferentes manifestaciones del mismo signo que no debemos confundir con otras representaciones del silencio como es el caso del Lorenzo de Médicis de Miguel Ángel:
Observen la diferencia de la que les hablo. El mutismo del personaje nada tiene de conminatorio, y su silencio “no es subrayado por el signum”, más bien, “no puede escapar al observador el hecho de que la blanda flexión del dedo conviene a la calma del soñador que se acaricia el labio, sin tener la autoridad de un signo”.
De manera sorprendente, el signum harpocraticum adquiere una nueva dimensión en el Siglo de las Luces. Contemplen detalladamente esta obra tan conocida de H. Fragonard
en la que gracias al cupido esculpido en piedra nos encontramos ante una versión galante y frívola del signum; una “versión libertina del Amor Harpocratis” como un dios de doble identidad que reprime la voz y con el dedo invita al silencio: la damisela (desde arriba) ofrece sus encantos al joven que se esconde entre los matorrales (de abajo) y acto seguido se entrega al hombre mayor que impulsa el columpio, que ´lo sustenta´, que ´la´sustenta.
13 comentarios
Salamandra -
Y suele resultar un buen montón de veces.
Me gusta el detalle del zapato volador de Fragonard.
Passy -
Llego hasta aquí siguiendo los pasos de Pepe Cerdá y me encuentro con Chastel a quien citaba hace un par de días: las casualidades.
Al grano: un amigo judío me contaba hace años una leyenda hebrea según la cual la pequeña depresión o canal que va del ángulo de la nariz a la boca no es para nada. Dios lo dibujó así en el hombre para que éste pudiera colocar correctamente el dedo índice sobre los labios a fin de hacer el gesto de silencio.
Atentamente,
Ekata -
isabelbarcelo -
anarkasis -
"No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca, ya la frente,
silencio avises, o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Harpo Marx en con faldas y a lo loco.
TioPetros -
jafatron -
Un abrazo.
Lucia -
Un abrazo.
PD. Es un post muy interesante.
Pepe Cerdá -
Y yo venga a darle a la lengua. ¡Ay!, señor, señor...
Charles de Batz -
Sin embargo de lo que leo en tu anotación, los casos que mencionas van más allá convirtiéndose en simbolo de reflexión, creo yo; o si nos remontamos al Antiguo Egipto, puede que haya algo de místico, de respeto hacia la presencia del hombre-Dios...
Desde luego da mucho que pensar.
Salud
el viejo más viejo del palco -
El viejo mas joven del palco -
Vailima -
Gracias, joven