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LETRINA

LETRINA

“tomado del lat. latrina ´baño´, ´retrete para evacuar el vientre´, contracción de lavatrina, derivado de lavare ´lavar´; la forma española se debe a una etimología popular que relacionó arbitrariamente este cultismo con LETRA.”

Después del día de ayer en el que dediqué –desde el cariño, ya me conocen- una loa en forma de post al pensamiento humano y cómo éste puede vomitarse en palabras con sus monemas y todo… pues hoy y, para mi descargo, retomo la cuestión del lenguaje pero esta vez redimido por mi estimado J. Corominas.

Para nuestra salvación, he escogido un vocablo cuya naturaleza me trae a la memoria los versos de nuestro ilustre poeta Jorge Manrique y no porque el que se muere abandona de inmediato el hábito de evacuar el vientre, sino más bien por ese carácter tan universal que lo define como una necesidad, aquella necesidad que todo ser humano experimenta de expeler –a veces de forma perentoria- los excrementos propios ya sean en su forma líquida, semilíquida, sólida o semisólida. Y la necesidad no distingue de condiciones al igual que la temida muerte, porque ricos o pobres, Papas o mendigos corren la misma suerte y en el momento decisivo del apretón buscan cualquier lugar para deshacerse de ella y descansar en paz que es otra forma de muerte, de ahí también la analogía.

Pues bien, este lugar sacrosanto al que irremediablemente todos acudimos, puede adoptar varias modalidades. Una de las más conocidas y que existe ya de antaño es la que les propongo hoy en el post: la letrina. Pero si bien el evacuar no distingue entre fortunas y noblezas, el lenguaje sí, queriendo el populacho hacerse con él a su modo para parecerse al culto y al erudito, transformando raíces arbitrariamente a su antojo para hacer suyo lo que no le pertenece. En su gratuidad radica la importancia de tal empresa y nacen vocablos de hermosas intenciones como el de hoy.

En el momento más íntimo del ser humano que es el evacuar, mucho más que el del fornicio, ustedes me dirán quién no se ha puesto a leer unas letrillas… de Miguel de Cervantes, de Neruda o de un tal Jorge Manrique que sabiamente decía:

Recuerde el alma dormida

avive el seso e despierte

8 comentarios

ladydark -

Iba a decir que a mi me recordaba a Quevedo, pero ha llegado raudo y veloz el amigo Herri :).

Vere -

Bonita inmersión (puag) en las letrinas del lenguaje. Escatológico en su doble acepción.

Jafatron -

A esa doble acción de evacuar mientras se lee lo llamaría yo realimentación positiva (que no retroalimentación, eso sería autocoprofagia, agg).

Vailima -

Mis exámenes de instituto los preparaba casi íntegramente en la letrina. Ya en la facultad no podía: evacuar estudiando a Kant no me parecía de Razón Práctica.

Herri -

Yo he de confesar, que estas letrillas, más que en costumbre, se me han convertido en piezas imprescindibles, pues sin ellas no se evacuar.
Pero quisiera recordar otro uso de esas letras, que bien pudieran haber contribuido a esa la adopción de ese cultismo (que mirado de este modo a algunos no lo parecería tanto)en palabras de Juan Lamas El del Camisón Cagado (D. Frqancisco de Quevedo y Villegas):
"...digo que lo que se queda en el pañuelo de la boca es gargajo, y lo de las narices moco, y lo de los ojos legañas, y lo de los oídos cera; pero lo que queda del culo en la camisa es palomino, nombre de ave regalada. Fuera de que los ojos no tienen cosa señalada con qué limpiarse, que a veces piden el pañuelo prestado a las narices y a la boca. Mas volviendo al culo, ¡qué de firmas de grandes señores ha iluminado! ¡Qué de libros de hombres doctos ha gastado! ¡Qué de billetes de damas ha firmado! ¡Qué de procesos importantes ha manchado y que camisas de Holanda ha teñido! Y al fin han servido de limpiadura las mejores manos del mundo..."

India -

allí los ríos caudales, allí los otros medianos e más chicos, allegados son iguales los que viven por sus manos e los ricos.


Ciertamente, versos aplicables en este caso también

Vailima -

ahhh la facultad!!! qué tiempos.
Buenísimo el estudio, lector. Muy completo incluso con las imágenes de las puertas y por plantas. Muy bueno.

El lector a la sombra -

Acuden a mi memoria los textos, escritos o pintadas de toda suerte que uno leía en la Facultad, alguno, incluso, altamente poético. Poco queda de eso ya y el lugar es cada vez más insulso. Tal vez por ello sea recomendable acudir provisto de una buena lectura, prosa o verso, qué más da..., hasta el ensayo puede solucionar algún que otro problema de estreñimiento.
Para nostálgico, consúltese:

http://www.um.es/tonosdigital/znum1/download/corpora_mas.PDF