FRÍO AL ANOCHECER
El documento estaba guardado en la carpeta, la carpeta estaba en el fondo del cajón de la cómoda. Lo había encontrado mientras buscaba desesperado los papeles que sin duda había guardado muy bien para que no se perdieran. Demasiado bien, estaba seguro, no los había tirado, los había guardado, pero no recordaba dónde. Volví al documento. Eran páginas amarillentas, tamaño cuartilla (no A5 como en los tiempos modernos) escrito en vertical con tinta color violeta. Empezé a leer, no podía evitarlo, la curiosidad, el impulso de entrar en la vida de otra persona fue superior a cualquier otro pensamiento y leí:
"Siempre me pasa lo mismo. Intento controlarme pero no lo consigo. Empiezo buscando aquello que me atrae especialmente. La última vez fue en la casa, el llegó noté que venía antes de que llegase a la puerta, lo dejé entrar. Aunque percibía su presencia sentía el deseo me había propuesto no lanzarme como una cualquiera. Dejé que fuera viendo la casa, posiblemente si le gustaba se quedase, era cuestión de esperar. En el fondo va a ser mejor, pensé, me daría tiempo de pensar, planificar y hacer que todo fuera perfecto.
Había pasado un día, percibía su presencia por toda la casa, ruidos nuevos, olores diferentes y sobre todo el calor que desprendía. Notaba el rastro de ese calor y no podía sustraerme a él. Incluso esa noche había estado junto a la cama y había notado la respiración pausada del sueño, y el calorcito que salía de su boca. Tenía que ser pronto, no iba a aguantar mucho más.
La noche siguiente entré de nuevo en el dormitorio, acababa de bañarse, y estaba caliente. No pude controlarme y me acerqué. Le dije :"Tengo frío". Se asustó, no se esperaba a nadie, menos a una mujer, lo abracé sin decir una palabra. Me dijo que estaba fría, helada, que me iba a dar calor, me acarició. Me iba poniendo más nerviosa, no quería que acabase como la última vez, que fue un desastre, tenia que aguantar como fuera. Seguía hablando, le di un enorme beso, se asustó, pero siguió. Me empezó a tocar despacio por encima del camisón, yo seguía pensando en que iba a volver a pasar, que no lo iba a poder controlar pero me estaba empezando a dar igual. A cada caricia me iba sintiendo mejor, más excitada a cada momento, empecé a tocarle la espalda, al principio se sobresaltó del frío de mis manos, pero en menos de un segundo había vuelto a la tarea. Seguí sin hablar lo dejé seguir, empezó a besarme el cuello, el pecho, y a darme pequeños mordiscos. Iba cada vez más rápido y más abajo.Todavía podía controlarme. Se separó se bajó el pantalón y volvió. Lo noté contra mí, me lo iba a hacer, me iba a dejar hacer. Tocó bajo el camisón, no llevaba nada, se excitó más y empujó, de pie, sin esperar, comenzó a moverse dentro y me pasó otra vez, perdí el control, le besé otra vez, primero en la boca, se movía más rápido, luego en el cuello, seguía moviéndose hasta que me llenó de calor por dentro, en ese momento no pude más y busqué mi propia satisfacción y de la forma más rápida posible, colmillos inferiores buscando la carótida, justo bajo el borde del músculo, sin tonterías de la yugular que sangra con poca presión. Sangre a 38º a chorro sin necesidad de hacer nada más que tragarla. Se cayó, murió casi antes de llegar al suelo. Me quedé ahita, caliente, pero sabía que tendría que volver a pasar.
Su sangre por mi existencia."
No me lo podía creer, no sabía qué era aquello ni quién lo había escrito, pero parecía demasiado real. Cuando lo estaba pensando tuve la sensación de que había alguien allí.
Me di la vuelta.
La vi.
Me dijo:
"Tengo frío".
Autor: Salamandra
Nota: imagen escogida por el autor.
8 comentarios
peggy -
Vailima -
un abrazo y gracias
Salamandra -
¿Alguien tiene frío?
Pixie -
Capitán Pescanova -
Me encantó, Salamandra, tu forma de narrar.
Feliz fin de semana a todos.
Vailima -
ladydark -
Vere -