EL NOMBRE DE LAS NOTAS MUSICALES
Aprovechando que Tio Petros nos ha enseñado e ilustrado magistralmente la base matemática de las notas musicales, yo quisiera apuntar una curiosidad que tal vez desconozcan: porqué las llamamos así. Estoy segura de que Tio Petros sabrá perdonarme la osadía de utilizar su post como inspiración para el mío, pero ambos, como amantes de la música que somos y yo, en particular, he considerado interesante rematar (por decirlo de alguna manera) la información que él nos brindaba, con la explicación sobre el origen de su nombre.
Un himno en honor al nacimiento de San Juan Bautista (24 de junio) es el culpable de que las notas se llamen como las conocemos todos en la actualidad, con la salvedad de la primera de ellas (DO) que en su forma original era UT.
El himno (aquí podéis visualizar la partitura) está escrito en estrofas sáficas, entre las cuales, la que ha quedado para la posteridad es la primera ya que la sílaba inicial de cada uno de los hemistiquios se convirtieron en las seis primeras notas de la escala diatónica. Como he dicho más arriba, la primera sílaba (UT), dio paso a la actual (DO) quizás por el sonido abierto de esta última aunque no se sabe con seguridad. Cuando surgió la necesidad de nombrar la séptima nota, Erich Van der Putten (1599) sugirió el silábico (BI) del vocablo labii, pero una gran mayoría de expertos en teoría musical defienden la idea de que la sílaba (SI), fue formada por las iniciales de las dos últimas palabras de la estrofa, a saber, Sancte y Ioannes.
A continuación les transcribo la famosa estrofa:
UT queant laxis
REsonare fibris
MIra gestorum
FAmuli tuorum
SOLve polluti
LAbii reatum
Sancte Ioannes.
Se dice que el himno fue compuesto por Paulus Diaconus en cierto Sábado Santo cuando, teniendo previsto cantar el Exultet para la bendición del cirio pascual, fue víctima de una tremenda afonía. Tal vez, recordando la recuperación de la voz del padre de Juan Bautista, imploró un milagro similar cantando la primera estrofa. Ya saben, chascarrillos religioso-musicales de los que uno no se puede fiar, pero ahora que nadie me oye les diré que para mi próximo concierto (el Requiem de Fauré en Bergerac) rogaré al santo por mi voz y, por si acaso, a Santa Lucía para que me deje ver bien la partitura.
He considerado oportuno añadir al post un comentario que Tio Petros me ha dirigido con respecto al tema y que pueden comprobar fácilmente con el enlace de la partitura en cuestión. Si se fijan, la composición está escrita en clave de Fa y, el autor hizo coincidir el nombre de cada nota con la nota misma que nombra. Curioso y muy acertado.
Un himno en honor al nacimiento de San Juan Bautista (24 de junio) es el culpable de que las notas se llamen como las conocemos todos en la actualidad, con la salvedad de la primera de ellas (DO) que en su forma original era UT.
El himno (aquí podéis visualizar la partitura) está escrito en estrofas sáficas, entre las cuales, la que ha quedado para la posteridad es la primera ya que la sílaba inicial de cada uno de los hemistiquios se convirtieron en las seis primeras notas de la escala diatónica. Como he dicho más arriba, la primera sílaba (UT), dio paso a la actual (DO) quizás por el sonido abierto de esta última aunque no se sabe con seguridad. Cuando surgió la necesidad de nombrar la séptima nota, Erich Van der Putten (1599) sugirió el silábico (BI) del vocablo labii, pero una gran mayoría de expertos en teoría musical defienden la idea de que la sílaba (SI), fue formada por las iniciales de las dos últimas palabras de la estrofa, a saber, Sancte y Ioannes.
A continuación les transcribo la famosa estrofa:
UT queant laxis
REsonare fibris
MIra gestorum
FAmuli tuorum
SOLve polluti
LAbii reatum
Sancte Ioannes.
Se dice que el himno fue compuesto por Paulus Diaconus en cierto Sábado Santo cuando, teniendo previsto cantar el Exultet para la bendición del cirio pascual, fue víctima de una tremenda afonía. Tal vez, recordando la recuperación de la voz del padre de Juan Bautista, imploró un milagro similar cantando la primera estrofa. Ya saben, chascarrillos religioso-musicales de los que uno no se puede fiar, pero ahora que nadie me oye les diré que para mi próximo concierto (el Requiem de Fauré en Bergerac) rogaré al santo por mi voz y, por si acaso, a Santa Lucía para que me deje ver bien la partitura.
He considerado oportuno añadir al post un comentario que Tio Petros me ha dirigido con respecto al tema y que pueden comprobar fácilmente con el enlace de la partitura en cuestión. Si se fijan, la composición está escrita en clave de Fa y, el autor hizo coincidir el nombre de cada nota con la nota misma que nombra. Curioso y muy acertado.
24 comentarios
andres -
melissa -
ita -
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kate -
mary -
se los agradeceria mucho
pro-pancho -
B O R R E N L A P O R F A
bebe -
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diego javier chavez gomez -
yolanda -
gracias
luisa margarita cámara de la cruz -
Vailima -
Un saludo
MA. ENRIQUETA -
Vailima -
Tio Petrus -
Ut comienzo en Do, Re comienza en Re, y así hasta el final, con la excepción de la última.