EL CLAN DE LOS PARRICIDAS
Quizá todo lo espantoso, en su más profunda base, es lo inerme, lo que quiere auxilio de nosotros.
Rilke, R.M.:Cartas a un joven poeta, Alianza, Madrid, 1982, p.85
No, a pesar de que he tomado prestado el título de este post a Ambrose Bierce, no voy a hablarles de este relato corto de terror sino de otro, que no por ser mío, es menos escalofriante.
Quizás la cita del encabezamiento surtiera efecto sobre el joven Franz Xaver Kappus, destinatario de la carta rilkeana. Al menos, a mí me da qué pensar.
Les confieso que jamás descansaré en mi empeño para que a mis vástagos, todavía infantes, se les revuelvan las tripas con lo que mi ingenua pero tenaz voluntad considera lo bello. Sea en la disciplina que sea, intento (bueno, intentamos mi marido y yo), inculcarles en vano, por supuesto- que deben trabajar la capacidad de emocionarse y sorprenderse. Los sentidos son el vehículo por el cual absorbemos la belleza de las cosas. Con ella en nuestro poder, experimentamos sensaciones nuevas que provocan, incluso, que el estómago nos dé un salto mortal con tirabuzón y medio en nuestro mecánico interior.
¡Cómo transmitirles que escuchar un aria de Bach surte el mismo efecto que el sabor de un beso!
¡Cómo expresarles que hay cuentos y novelas tan magníficos que son capaces de arrollar la vida de uno de tal modo que te hacen ser otro hasta que concluyes su lectura!
¡Qué maléfica estratagema se esconde en la pintura para que el pintor haya robado sin que nadie se haya percatado de ello- un trocito de realidad al mundo!
Me parece que nuestros Kappus ni tan siquiera piden auxilio. Considero más bien que somos nosotros los que lo necesitamos. Ahí radica el verdadero espanto.
Ahora, como les he prometido, el relato corto de terror:
Miércoles, 22 de septiembre de 2004
El señor y la señora Petros, sentados en una terraza cercana a su residencia, beben dos espléndidos Cresta Rosa mientras sus vástagos, todavía unos pueri cantori, juegan en una plaza contigua.
El señor P. estudia un denso pero magnífico estudio sobre un tema relacionado con la matemática.
La señora de P. lee de forma apasionada (no sabe leer de otra forma) un espléndido tratado de arte. Se deleita contemplando las reproducciones y, fumando un cigarrillo rubio abandona su tarea para darle un sorbo al vino que reposa sobre la mesa.
En ese lapsus de tiempo, el primogénito se acerca hasta donde ellos se encuentran. Hace ademán de sentarse al mismo tiempo que despliega un objeto sobre la mesa.
El señor y la señora P. fijan su mirada hacia la cosa. Al cabo de un momento el adolescente exclama:
- ¡El Real Madrid va de mal en peor!
El niño se va abandonando el MARCA sobre el metálico asiento de la silla.
El señor y la señora P. se miran como sólo ellos saber hacerlo.
- Te quiero. Dijo la señora P.
- Yo también te quiero. Le contestó él.
Por cierto, mañana Tio Petros y yo vamos a darnos un caprichito gastronómico en Saint Jean de Luz. ¿Alguien quiere apuntarse? Al menos, brindaremos por vosotros. Que paséis un buen fin de semana.
Rilke, R.M.:Cartas a un joven poeta, Alianza, Madrid, 1982, p.85
No, a pesar de que he tomado prestado el título de este post a Ambrose Bierce, no voy a hablarles de este relato corto de terror sino de otro, que no por ser mío, es menos escalofriante.
Quizás la cita del encabezamiento surtiera efecto sobre el joven Franz Xaver Kappus, destinatario de la carta rilkeana. Al menos, a mí me da qué pensar.
Les confieso que jamás descansaré en mi empeño para que a mis vástagos, todavía infantes, se les revuelvan las tripas con lo que mi ingenua pero tenaz voluntad considera lo bello. Sea en la disciplina que sea, intento (bueno, intentamos mi marido y yo), inculcarles en vano, por supuesto- que deben trabajar la capacidad de emocionarse y sorprenderse. Los sentidos son el vehículo por el cual absorbemos la belleza de las cosas. Con ella en nuestro poder, experimentamos sensaciones nuevas que provocan, incluso, que el estómago nos dé un salto mortal con tirabuzón y medio en nuestro mecánico interior.
¡Cómo transmitirles que escuchar un aria de Bach surte el mismo efecto que el sabor de un beso!
¡Cómo expresarles que hay cuentos y novelas tan magníficos que son capaces de arrollar la vida de uno de tal modo que te hacen ser otro hasta que concluyes su lectura!
¡Qué maléfica estratagema se esconde en la pintura para que el pintor haya robado sin que nadie se haya percatado de ello- un trocito de realidad al mundo!
Me parece que nuestros Kappus ni tan siquiera piden auxilio. Considero más bien que somos nosotros los que lo necesitamos. Ahí radica el verdadero espanto.
Ahora, como les he prometido, el relato corto de terror:
Miércoles, 22 de septiembre de 2004
El señor y la señora Petros, sentados en una terraza cercana a su residencia, beben dos espléndidos Cresta Rosa mientras sus vástagos, todavía unos pueri cantori, juegan en una plaza contigua.
El señor P. estudia un denso pero magnífico estudio sobre un tema relacionado con la matemática.
La señora de P. lee de forma apasionada (no sabe leer de otra forma) un espléndido tratado de arte. Se deleita contemplando las reproducciones y, fumando un cigarrillo rubio abandona su tarea para darle un sorbo al vino que reposa sobre la mesa.
En ese lapsus de tiempo, el primogénito se acerca hasta donde ellos se encuentran. Hace ademán de sentarse al mismo tiempo que despliega un objeto sobre la mesa.
El señor y la señora P. fijan su mirada hacia la cosa. Al cabo de un momento el adolescente exclama:
- ¡El Real Madrid va de mal en peor!
El niño se va abandonando el MARCA sobre el metálico asiento de la silla.
El señor y la señora P. se miran como sólo ellos saber hacerlo.
- Te quiero. Dijo la señora P.
- Yo también te quiero. Le contestó él.
Por cierto, mañana Tio Petros y yo vamos a darnos un caprichito gastronómico en Saint Jean de Luz. ¿Alguien quiere apuntarse? Al menos, brindaremos por vosotros. Que paséis un buen fin de semana.
11 comentarios
Carl Philip -
Vailima -
Le dejamos que se explaye cuanto quiera (le dura poco tiempo porque las respuestas son del tipo: ¿no me digas?, ¿ah sí?, ¡qué bueno es ¿no?!). Sí, de esas respuestas en las que no dices nada y ruegas al mismísimo Bach que no te haga más preguntas comprometedoras...
Pero nada, yo como dije, seguiré en mi empeño. Por lo demás, intentaremos seguir tu consejo y después de muchos años, ya te diremos el resultado.
Un abrazo
TioPetros -
Casí ná.
Carl Philip -
Cuantas más oportunidades des, más fácil será que tus hijos sean grandes personas. Pero es claro que el espíritu rebelde de un adolescente saldrá, necesariamente, por donde más moleste, y te conoce bien. La única estrategia posible, es no darle importancia. No garantizo el éxito.
Suerte.
TioPetros -
Como decía Valima: si no hay mata, no hay patata.
Vailima -
Lo que es evidente, es que eso que se esconde hay que hacerlo aflorar de alguna forma (si es que hay "eso" naturalmente). Si uno tiene medios a su alcance, entonces la cosa irá mejor. Lo que está claro es que como decimos aquí "si no hay mata no hay patata", pero eso no lo sabemos hasta que pasa el tiempo. Si un niño ve en su casa (como entorno inmediato) un lugar donde VE, SE HABLA, etc. de ciertas cosas, al niño algo se le quedará... o al menos es nuestra intención. Me da pena, que actualmente que los niños tienen TODOS los medios a su alcance, nadie se preocupe de enseñarles "cosas" que pueden hacerlos mejores hombres y más felices. Más críticos con su entorno (lo tienen todo y entonces no se revelan por nada) y más exigentes consigo mismos.
En fin, c´est la vie.
Gracias por tus palabras.
Un saludo
Sirotxo -
¿ A vos se os inculcó de esa capacidad "emotico-sorpresiva" que reclamais para los vostros vastagos, o simplemente surgió sin saber como....?
Por lo demas sigo deleitandome con tu bitacora.
Vailima -
No te creas JHL que aspiro a que mis hijos sean grandes hombres para la historia, lo que desearía es que tengan más "sensibilidad"(entendida ésta como aquella capacidad para absorber las cosas bellas). De seguro, que su felicidad y la forma ética de ver su entorno se ve enriquecida.
Por último, me alegra que digas que eres un hombre feliz. No se encuentran tantos como creemos.
Lo del festín, pues eso, que sepas que el segundo brindis (el primero siempre suele ser un enérgico "carpe diem") irá por tí:
junto al mar, y con un día que haría palidecer al mismísimo Monet.
Un saludo
JHL -
Un saludo de JHL, un ...fracasado estudiante, pero feliz al fin y al cabo.
P.D. que os aproveche vuestro festín a TioPetros y a tí!!!
JHL -
Dentro de 15 o 20 años, el Sr. Petros y su Sra. quizás puedan decir que su retoño (impulsivo lector del Marca, edición 2020 y seguidor del Real Madrid... ¡argh!) es un gran tipo...puede que descubra la vacuna contra el cancer o contra el sida, puede que descubra el porqué de las religiones, puede que consiga la paz universal y el fin de los ejercitos, o puede que...sea un buen tipo, q
TioPetros -