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Vailima

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La primera edición de la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla (BACS) no ha podido comenzar su andadura con mejor pie. Permítanme que les haga una breve introducción de carácter personal.
Tengo un amigo que en esto del “arte contemporáneo” es un visceral y que dice lo que piensa (que ya es mucho). Resulta que lo que piensa no concuerda con lo que los críticos y expertos denominan “obras de arte contemporáneas”. Por eliminación, mi amigo define todo objeto artístico como aquello que “yo sería incapaz de realizar, de ejecutar. Aquello cuyo origen parte de una magnífica idea y para cuya ejecución son necesarios dos ingredientes básicos: técnica y genialidad ”.
Partamos de la base de que la capacidad que tiene mi honorable amigo de crear una obra de arte es directamente proporcional a la capacidad que tiene mi hermana para interpretar el “Rejoice greatly. O daughter of Zion” del Mesías de Händel. Es decir, nula. (Para qué deciros el sufrimiento familiar cuando mi querida hermana entona el “Clavelitos. Clavelitos. Clavelitos de mi corazón...”). Pues a lo que iba:

- “...sí, Vailima, sí, mucha transgresión, creatividad, pero ahora mismo puedo imaginar decenas de cosas, que según el vacío estético imperante en el momento podrían ser consideradas como obras de arte...”

y me dibujó sobre una servilleta de papel varias genialidades. Lo confirmo.

- “Y ¿sabes que te digo?, que todo eso sólo es provocación y con la provocación, el “artífice” que no artista, sólo busca vender más. Cuanta mayor es la publicidad de lo que hace (no utilizó los términos “obra de arte”, ¡qué cachondo!) mayor beneficio obtiene. Dinero, dinero y dinero.

De esta manera transcurrió, grosso modo, la conversación con mi amigo. Hasta aquí la introducción que me permite hilar mi discurso con la BACS.
Supongo que habrán podido leer y ver en diferentes medios de comunicación el escándalo que se ha producido a raíz de la exposición de una escultura del artista italiano Maurizio Cattelan que ha suscitado una potente “polémica” en el patio de entrada a la Cartuja de Santa María de las Cuevas, lugar escogido para exponer las obras de la Bienal.
Se trata de la obra titulada Untitled y voy a ver si consigo describirla. La escultura se compone de tres puntales de acero y una talla sujeta a uno de los puntales por una soga que rodea el cuello de un niño. El efecto es sobrecogedor, puesto que además de la escultura en sí, la sombra que proyecta el niño ahorcado sobre la fachada colindante pone los pelos de punta.
El artista en cuestión, expuso esta misma obra en Milán en el mes de junio. En una plaza pública tres niños ahorcados hacían las delicias del “arte contemporáneo” internacional. Su exposición en la plaza apenas duró 36 horas, puesto que un ciudadano milanés (que claro, que ni idea de arte ni de sensibilidad), arrancó dos de las tallas y las dañó seriamente (¡cachis, cómo está el mundo! Lo mismito, mismito que la Pietà de Miguel Angel!. ¡qué pérdida para la humanidad!).

La Consejería de Igualdad y Bienestar Social de Andalucía ha solicitado a la organización de la Bienal la inmediata retirada de la obra.
Pero ya saben ustedes que con los mandamases del arte hemos topado pues ¿cómo se puede permitir que recortemos de esta guisa la “libertad de expresión” de un artista de la talla de Maurizio Cattelan?.
En fin, saquen ustedes sus propias conclusiones al respecto. Y digo yo, que para provocar del todo y sobrándole al “artista éste” un par de mástiles: ¿por qué no aprovecha los medios a su alcance y se cuelga él mismo de un mástil y el director de la Bienal del otro? El efecto daría como resultado un mayor realismo, una mayor concentración de patetismo y la obra pasaría de carecer de título a denominarse “Cristo y los dos ladrones”.
No sé, por sugerir algo...
¡Ah!, se me olvidaba. Aquí la OBRA DE ARTE CONTEMPORÁNEO en cuestión. La he dejado para el final porque lo mismo hago con los postres. Si puedo, no me los como.



¿Qué opinan ustedes? Rásguense las vestiduras y hablen, hablen. Les tiro el guante.
p.d. venga Carl Philip, dame caña...

7 comentarios

Nfer -

Vailima, entro a tu blog llena de ilusiones, me voy de cabeza a ver la obra...y Hermes decide mostrarme un cuadradito con una cruz! Al parecer toos la vieron ...bueno vale: hemos reiniciado contacto. A pesar, o gracias a, el cuadradito, y a Lola en primera instancia.
Buen domingo.

Carl Philip -

Es un tópico, claro pero;

"la luz del entendimiento…"

Vailima -

De acuerdo contigo Carl Philip. Tenemos, como dices, una importante (en cuanto a su cantidad) muestra de iconografía macabra, por llamarla de alguna forma, y si objetivamos el asunto tan escandalosas nos deben parecer unas como otras. Lo que ocurre es, en mi opinión naturalmente, que en cada momento, en cada período histórico las obras de arte tienen, por decirlo de alguna forma, una "razón" de ser y subrayo el entrecomillado. Las imágenes eróticas de los capiteles románicos, imágenes de santas con sus pechos o sus ojos en una bandeja y demás iconografía similar, tiene su razón de ser en el período en el que se ejecutan.
La obra de este italiano, en mi opinión, sólo busca la provocación negando a la obra de arte todo componente estético.
Por supuesto que estoy de acuerdo contigo en que no podemos decir que todo el arte contemporáneo es así. Joder, ni se me pasa por la cabeza ni decirlo ni pensarlo. Son este tipo de manifestaciones con las que no comulgo. Estas manifestaciones de provocación y aquellos que las defienden a pies juntillas. No hay concepto detrás, no hay razón de ser. Por no haber, y dado que estamos en el siglo XXI no hay ni técnica. Si queremos confundir genialidad con originalidad, allá cada uno. La imaginación al poder y ni te cuento la imaginación de la que dispongo.
Por cierto, valiente hijoputa el Miguel de Santiago. Pero ya ves, como su obra resultó ser magnífica se le perdonó.
Bueno, has estado muy comedido conmigo. Ya te encontraré en otra. Jeje
Un saludo

Carl Philip -

Ninguna caña que dar. Defiendo el arte contemporáneo en general y las manifestaciones concretas que me gustan —particularmente en música—, no cada una de sus manifestaciones, y la que nombras en tu artículo me parece del peor gusto posible.

Con todo, ya que me emplazas, me permito algún comentario. Vivimos en una tradición en que millares de torturas, evisceraciones, flagelaciones y demás lindezas cuelgan de nuestros museos. Sí, me refiero a los miles de cuadros de la crucifixión, los "martirios de San Sebastián", y en suma todas las representaciones de martirios de santos y santas. Eso deja una huella en la cultura, y hay quién parece necesitar seguir esas estelas.

Se cuenta de Miguel de Santiago, pintor si no recuerdo mal, del periodo barroco, que crucificó y alanceó a uno de sus discípulos para lograr un modelo creíble para uno de sus cuadros de la crucifixión. No he logrado, sin matarme a buscar, referencia más clara que ésta

http://64.233.161.104/search?q=cache:68q-HJIqZqoJ:library.thinkquest.org/C006100F/cristo_de_la_agonia.htm+%22Miguel+de+Santiago%22+lanza&hl=en

pero si queréis buscaré otra.

Iba a decir que me parece tan terrible lo del señor que ha cometido lo que narras en este artículo como lo que cuento yo, pero mejor pensado, me parece peor lo de Miguel de Santiago. El otro no ha matado a nadie, que sepamos.

En mi opinión, o consideramos que la religiosidad "quita hierro" a esas imágenes horribles —yo no lo creo así—, o nos parecen igualmente mal o bien unas y otras. Tenemos, por lo que sé, la cultura con una mayor iconografía sadomasoquista y necrofílica de toda la historia. Decías, Vailima, cosas muy pertinentes en tu anterior artículo, que me parecen aquí aplicables.

Respecto a lo de cobros. He vivido bastantes años con una artista plástica, lo que me ha dado ocasión de conocer a muchos otros. Alguno de ellos expone con regularidad en las mejores galerías del mundo, sin hipérbole. No gana lo suficiente para vivir. En cambio, sus galeristas…

¿Alguna pista sobre quiénes son los que necesitan espectáculo?

Termino. Prometo no volver a extenderme tanto en un comentario. La obra me parece despreciable. Pero creo que no es tan diferente de otras que me lo parecen también y que gozan de gran prestigio. Y también creo que no es justo juzgar todo el arte contemporáneo por un único caso concreto.

Cómo compositor de música contemporánea, pido perdón por esta obra. No todos somos unos.

jose -

Aunque yo no tengo mucha idea de arte, desde mi posición opinaría que me parece un mojón, cualquiera puede colgar un muñeco de una farola. De hecho todos los años se hace y encima luego los quemamos, más provocación todavía ^^U

Lola -

Bueno, todos sabemos que ese tipo de... ejem... arte... sólo se hace para precisamente esto, que se hable de ellos, que se den a conocer.

Asigan -

Ese "artista" es un cínico de cuidado. Una entrevista:

http://www.actualidadliteraria.com/ver_noticia.php?id=1176&inicio=0&verSec=0

En mi opinión, sus palabras no hacen más que darle la razón a tu amigo.