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Vailima

CUCAÑA

CUCAÑA ”lo que se consigue con poco trabajo o a costa ajena”, “palo largo, untado de jabón o de grasa, por el cual se ha de trepar o andar para coger como premio un objeto atado a su extremidad”, del it. cuccagna ´gran abundancia de bienes o placeres´, ´país de Jauja´, ´palo de cucaña´, voz hermana del fr. cocagne íd., de origen incierto, quizá de creación expresiva.

Ayer domingo en un momento de sofá/televisor, fui testigo de unas declaraciones de este artista de cortijos que es Humberto Janeiro. La polémica está servida, señores.
Ya sabemos que la vida de un artista es jodida. Sí, sí, aunque corra por tus venas sangre del famoseo no por ello se libra uno de dimes y diretes que ponen en tela de juicio tu honestidad como artista. Este vaginista de sesentonas hambrientas de cucañas engrasadas en viagra ha sido acusado de plagio.
Y me dirán ustedes, ¿cómo puede ser que encima de malo de solemnidad no tenga inspiración ni para inventarse los motivos de las guarrerías que pinta?
Pues el mundo del genio y de la creatividad tiene estos vaivenes de acusaciones y celos artísticos. Al contrario de lo que ha manifestado públicamente en los medios de comunicación, su inspiración no le viene de las cosas de la naturaleza natural que encuentra cuando sale a pasear por el cortijo, sino que, como afirma una señora –también artista como él-, nuestro pintor de influencia prerrafaelita se inspiró en un cuadro de punto de cruz que ella misma había confeccionado.
Naturalmente, el bodegón en cuestión, tampoco provenía de la cosecha de esta pedazo de artista marujil, sino que a su vez, lo había sacado de una revista de “motivos de punto de cruz y cómo realizarme como mujer”.
Es normal, pienso yo, que de tanto trajinar entre coños y coñas, esta revista haya caído en manos del famoso pintor y a lo “Duchamp” haya decidido que lo importante es la idea y no el objeto. Además, bodegones, bodegones los ha habido desde siempre en la historia del arte y cada uno se inspira y se documenta en donde quiere.
Y es que los celos son muy malos y muy peligrosos sobre todo cuando las mejores galerías de arte se pelean por tu visión de la naturaleza natural. Vamos, que cucaña te dedico hoy, Monsieur H. Janeiro-Lautrec, en ambas acepciones: por lo que haces y por lo que te desean.

Sólo una advertencia del populacho difamador:
”Quien con niños se acuesta, mojado se levanta”

o dicho de otro modo: cambia tu fuente de inspiración por otra de “petit point” que siempre lo francés ha sido más fino. En el arte, en el sexo y en la mantequilla.

3 comentarios

Ligustrum -

Y dices que pinta??? otro más para la lista :(

Vailima -

Pronto le oiremos gritar:
¡A MÍ LA LEGIÓN!

Palimp -

ja, ja, ja ,aj,

Si es que tiene que haber de todo en este mundo...
¡Al Guggenheim!!

Ja, ja, ja...