SOLA VIVENDI CUPIDITAS DUCTUS
“Muchas son las cosas admirables, pero no hay ninguna que lo sea más que el hombre” –sentenciaba Sófocles-. La admiración por la naturaleza es tan vieja como la humanidad misma, incluso –dicen-, anterior al lenguaje o al desarrollo de una capacidad simbólica. Entendamos como entendamos la naturaleza (como Madre, como morada de los dioses…) la admiración del hombre por ella se ha visto casi siempre vinculada a lo mítico o a lo religioso. Será en la edad moderna cuando esa admiración torne capacidad de aprecio estético. Será después con Hegel, asimismo, cuando este concepto filosófico caiga en el descrédito y el abandono.
El carácter de modernidad le vendrá dado por aquel individuo capaz de contemplarla desinteresadamente como un fenómeno cuyas raíces se entroncan con el dominio de la técnica y del conocimiento científico. Desde este punto de vista asistimos, pues, a una rehabilitación de este concepto estético cuyo largo recorrido comienza con las observaciones de Petrarca y termina con la conciencia ecologista de los años sesenta.
A partir de aquí me gustaría hablarles de:
- la estética de la compensación de Ritter.
- La estética negativa de Adorno.
- La estética ecológica de Böhme.
- La estética ética de Seel.
Pero esto lo dejo para otro día que ya es jueves y el fin de semana ya despunta.
13 comentarios
Jorenob -
Jajajaja y por cierto muy buen vídeo.
Un saludo.
Vere -
Vere -
Herri -
Vere -
cedovi -
anarkasis -
mira que se han dicho cosas sobre lasteticas, que si grandes que si pequeñas, que si en la mano quepa, pero "compensables, negativas, ecológicas, y éticas"
...no te acostarás sin saber una cosa mas,
(esta noche no me acuesto),
esto,
¿el cursillo va ilustrao?
(me gusta fijarme bien en los conceptos)
Vailima -
jeje, venga, a definir...
Vere -
herzebeth -
Dani -
Un saludo.
Vailima -
Por cierto, prometedor tu post. También espero, compagnon.
Charles de Batz -
Me ha venido doblemente bien, pues del Monte Ventoso y de Petrarca hay algo que en alguna ocasión me gustaría contar, pero eso "lo dejo para otro día". jeje.
Por ahora me quedo con aquello de:
"¡Oh con cuánto empeño debemos esforzarnos, no en alcanzar un lugar más elevado en la tierra, sino en domeñar nuestros apetitos, incitados por impulsos terrenales!"
Aunque mejor mirado nos olvidamos de esto que, como tu dices, mañana es viernes en La Divina Comedia.
Salud