INSTANTES DE FELICIDAD SANS SOUCI
Entre el siglo del infierno y el de la estupidez –como dirían algunos- adivinamos un s. XVIII feliz. El culto al placer se expande a modo de juegos donde los sentidos son los máximos protagonistas.
Quizás por todo aquello que les comentaba en el post del pasado viernes, he querido acercarme precisamente a todo lo que en estos momentos no tengo, en nombre de esa codicia de la que hablara mi afamado Doctor Lecter.
En la obra que les traigo hoy podemos encontrar ese instante de felicidad del que nos hablaba el título del post.
Se trata de la obra ejecutada por Fragonard en 1768 y titulada La rosquilla. Mucho mejor que yo, los hermanos Goncourt nos hablan de ella:
“Fragonard está fascinado por los juegos matinales de la mujer consigo misma, en ese momento en que gira su cuerpo, despierta del sueño y estira sus miembros, en medio de la tierna blancura y el calor del lecho. Adora esos momentos de abandono en los que su carne respira de sol y se entrega a la luz, en que su cuerpo escapa a las sábanas, recupera su elasticidad y su camisón arrugado no la cubre más que a medias.
Es la voluptuosidad ingenua de esta hora retozona, los esparcimientos libres y sonrientes del sueño, lo que ha querido pintar en este bello lienzo. Con la cofia semicaída, los ojos alegres y complacidos de sus dieciséis años, un mohín sonriente en la boca, esta jovencita despreocupada, sostiene en el aire y entre las piernas un caniche (…), mientras un golpe de luz, venido de los pies de la cama, transita al sesgo por las colgaduras, sacude el cobertor y salta traviesamente por las carnes rosadas, prometiendo un día feliz”.
Queridos amigos, ¿recuerdan aquel anuncio de televisión en el que un limpio señor Luque nos decía aquello de “busque, compare y si encuentra algo mejor…”? pues yo lo he hecho y al comparar, ya se sabe, se corre un riesgo. Ni refinamientos, ni exquisiteces ni extravagancias porque mis despertares no valen un duro y ningún Fragonard hubiera deseado si quiera hacer un boceto de ellos.
Para empezar hace un carro de años que no tengo dieciséis años. No es la letra de una canción de Serrat pero tampoco me preocupa. Es más, me alivia. Cuando me despierto mi cuerpo también gira, pero para acallar las voces del maldito despertador, artefacto maltratador donde los haya que me dice que no puedo quedarme retozando al sol porque entre otras cosas, no hay sol que valga a las siete menos cuarto de la mañana. Y eso sí, mi cuerpo escapa a las sábanas, porque a ver quién aguanta en la cama sin echar la primera meadilla del día, sobre todo, cuando meo y no echo gota al pensar en una “voluptuosidad ingenua de esta hora retozona”. Jesús, Jesús, Jesús. En cualquier caso yo hablaría de un “reto” en la “zona” porque después de Roca hay que preparar ese desayuno que se engulle más que se disfruta.
Lo del mohín sonriente ni me lo imagino. Levantar a la infancia, hacer las camas y recoger sus ropas que crecen por doquier. Mohín. Por los cojones.
Lo del perrito…caniche encima y para más INRI. Un chupacoñ… que diría alguien a quien quiero. Ven perrito ven, ¡vas a ver qué bueno lo que te da tu ama!
Y la cama llena de migas de la puñetera rosquilla. Con lo que joden las migas en la cama…
16 comentarios
Samwise -
Y que sí, que muchos días la rutina y las prisas no permiten las ternuras/tonterías. Pero si te pilla el niño con los abuelos, y se adivina alguna redondez entre la ropa de cama, y hay un roce casual, y otro, y alguno menos casual... Cómo se nota que escribo en viernes aretino...
jose corella garcia -
Ana Bande -
Vailima -
Doy la razón también al viejo en su observación del brazo de la niña que, pardiez, está a punto de salirse por el marco.
Bueno, que vale, que dichosos aquellos cuyo despertar se asemeja a este tan sans souci.
Eso sí, no cambio a mi león por ningún cachorro de ná.
...y menos de humano
anarkasis -
buen latigazo,
isabelbarcelo -
el viejo mas joven del palco -
Samwise -
Y yo que me había acordado de esos despertares tardíos, de mañana holgazana, en la que uno se levanta (y sí, va a mear lo primero), bebes un vaso de agua, y por alguna inspiración preparas un desayuno algo más especial, o te quedas embobado pensando que, aunque no tenga 16 años, y la edad y la fuerza de gravedad se van cobrando su precio, no cambiarías a la persona que aún dormita en su trozo de lecho por nada. Y que ese maravilloso momento hace que valgan la pena todos los sapos que, tras el cristal del dormitorio, la mal llamada vida real nos hace tragar.
http://www.poemhunter.com/poem/it-s-ours/
Mis disculpas si estoy demasiado almibarado. Espero que alguna vez también os miren y, además, os vean.
JAVi -
O_o
Vere -
Jorenob -
Me vuelvo a la cueva a estudiar T-T.
el viejo más viejo del palco -
Salamandra -
El viejo mas joven del palco -
Luego ya con mas calma comparamos, si eso, con lo que hay en casa. Por rematar la faena.
mizo -
Pues eso, a disfrutar.
Lumen Dei -
Imagino que todo el público presente, así como quienes aquello vimos por la tele, pensamos lo mismo: "voy a mear". Y la pobre aspirante a guapa oficial tuvo que improvisar alguna sandez con la que satisfacer la pregunta de la acaudalada subnormal en cuestión.
Ese cuadro que nos ofreces, sin duda, obliga a las mentes más inquietas a imaginarse al caniche con una querencia por mermeladas, foie-grases, y otros condumios, que han de ser más que útiles para satisfacer las más intensas inquietudes de la lustrosa, lozana y ociosa moza cuyas carnes brillan al sol de la mañana.
Creo que la clave de todo estriba en que esa chica, ni tiene que madrugar, ni madrugará ni trabajará jamás en su vida.
Al menos durante aquella reencarnación en que fue inmortalizada para ese óleo.