ENTRE QUEVEDOS Y GÓNGORAS
En una recopilación que hace Josep M. Albaigès y, que me permito reproducir a continuación, se encuentran una serie de “refranes cultísimos” –como él los denomina- que reflejan una afición de los estudiantes de su tiempo. En su artículo, Albaigès se remonta a la conocida zarzuela La del manojo de rosas, donde el camarero era apodado Espasa (como la Enciclopedia) por su afición a cursilizar determinadas frases más o menos hechas y refranes varios.
He considerado conveniente comenzar esta buena semana (por el puente digo) con unos cuantos ejemplos donde refranes del pueblo llano y quevediano han sido traducidos al lenguaje gongoriano, permitiéndome para tal empresa una licencia de gran magnitud por idear un diálogo entre dos grandes de nuestras letras que bien seguro nunca hubiérase hecho realidad alguna. Espero que este empeño sea de su agrado y conviertan unos minutos de su lunes en agradecido jolgorio lingüístico.
A solípedo objeto de un obsequio no le periscopees el incisivo:
A caballo regalado no le mires el diente.
A fonemas emitidos por laringes inconscientes, trompas de Eustaquio en estado letárgico:
A palabras necias oídos sordos.
A irreprimibles deseos de deglutir bolos alimenticios, no existe masa almidonosa panificada que ocupe elevados lugares en la escala de Mohs:
A buen hambre no hay pan duro.
A perturbación ciclónica en el seno ambiental, rostro jocundo:
A mal tiempo, buena cara.
Congregación de empresarios ganaderos, res ovina fenecida:
Reunión de pastores, oveja muerta.
El rumiante caprino propende de forma temporalmente ilimitada al accidente orográfico:
La cabra siempre tira al monte.
H2O que no has de ingurgitar, permítele que discurra por su cauce:
Agua que no has de beber, déjala correr.
La ausencia absoluta de percepción visual torna insensible al órgano cardíaco:
Ojos que no ven, corazón que no siente.
No existe adversidad que por sinecura no se trueque en el devenir de las cosas:
No hay mal que por bien no venga.
No se encuentra la oquedad termogeneradora para manipulaciones reposteriles:
No está el horno para bollos.
Ocúpate de la alimentación y educación de aves córvidas, y éstas te extirparán las córneas, el iris y el cristalino:
Cría cuervos y te sacarán los ojos.
Preferible es bípedo volador en cavidad carpometacarpiana que 10 a la 2 surcando las etéreas regiones:
Vale más pájaro en mano que ciento volando.
Trasládeme yo a temperatura debidamente confortable, y demuestre visual y acústicamente el vulgo su regocijo:
Ande yo caliente y ríase la gente.
Hasta mañana.